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La Gran Aldea Global

Pienso luego existo 

La Gran Aldea Global 

AUTOR: SAFO

En esta época de gran dominio tecnológico y con el apogeo de medios de comunicación que a cada instante y de manera implacable nos muestran las diferentes facetas de nuestro planeta, de nuestra galaxia y hasta de otras galaxias con presunta existencia de vida no terrestre; donde los modernos sistemas de medición nos muestran con profusión de detalles lo macro y lo micro, expandido a sus infinitas potencias hacia lo grande y lo infinitesimal; donde a las medidas tradicionales se han añadido nuevos términos como los pársecs y los quarks y sus seis variedades conocidas hasta la fecha, así como también se habla de nuevas dimensiones en pleno proceso de investigación y demostración con métodos más allá de las reglas físicas por nosotros conocidas, cabe plantearnos la pregunta básica, ¿realmente conocemos nuestro planeta Tierra, familiarmente conocida como la Aldea Global? 

La velocidad y simultaneidad de las comunicaciones nos permiten conocer casi en el mismo instante de su ocurrencia, los diferentes hechos buenos y malos que suceden en todas partes del mundo, así como las reacciones de los más de siete mil millones de habitantes que poblamos el mismo entre los dos polos. 

Sin ánimo de abundar en cifras y datos estadísticos que solo pueden ser asegurados y fiables por sus ejecutores, podemos afirmar que cada vez estamos más separados y lo que es peor, nos sentimos solos en medio de la multitud. ¿Acaso es importante y trascendente en nosotros lo que ocurre en otros continentes, otros países y hasta en otros departamentos y barrios, si es que esos hechos no nos afectan directa e inmediatamente? 

Se habla de nuevas políticas sociales que tienen el ánimo inicial de proteger a los desvalidos pero que en última instancia solo favorecen a unos pocos; de nuevas filosofías e ideologías que buscan convencer a las “masas” de otras maneras de pensar e interpretar nuestra existencia, sin que ninguna de ellas solucione los problemas actuales de tipo existencial y pragmático; religiones cada vez más dogmáticas que tienen a la violencia como el medio más expedito para ampliar sus fronteras y demostrar que “ su verdad” es la verdad absoluta, como si ésta existiese…….. 

La gran aldea global, es una idea nacida al fragor de las inútiles confrontaciones existentes entre los líderes de 

moda que aparecen, crecen y caen en cuestión de pocos años, que nos demuestran que la dimensión TIEMPO es solo una ilusión mental y por la cual nos pretenden guiar hacia futuros venturosos. Hoy la sociedad de consumo ha impuesto la idea de la comida rápida que llena pero no alimenta; ha creado lo desechable ya que todos los bienes deben ser descartables en lapsos de tiempo más breves para así justificar la producción multinacional. Se ha inventado la “realidad virtual”, que nos confunde pues ya los límites de lo real, lo físico, lo tangible se distorsionan con la existencia de juegos virtuales, “nubes” virtuales de almacenamiento de información; y ahora dinero virtual donde para agilizar las transacciones (siempre en el afán consumista) evita el intercambio de bienes y servicios con dinero físico, reemplazándolo con simples mensajes y transacciones virtuales. 

En contraposición el término “aldea” se refería a una porción pequeña de tierra, donde nadie era un extraño, todo era conocido por todos y donde se respiraba un aire casi de familia o en su origen de “clan”. Los éxitos y los problemas eran compartidos y el nacimiento y la muerte eran hechos de gran trascendencia y con efectos en todos sus componentes. 

Indudablemente la sociedad y el ser humano há cambiado, no sabemos si para bien o para mal. Hoy se habla de razas, colores, costumbres, hábitos, idiomas, creencias, comportamientos sexuales, filosofías y religiones que van desde las más simples y naturalistas, hasta las sofisticadas relaciones extrasensoriales con viajes mentales y presuntas comunicaciones con otros universos. El conocimiento no conoce límites y el internet ha extendido las posibilidades de acceder a textos exclusivos de limitado acceso para todo aquel que con una mínima inversión y adecuado equipo cada vez más accesible, desee indagar en las profundidades del saber humano. 

La nueva “aldea global” nos permite conocer de todo, pero con un sentimiento de indiferencia total que permite por ejemplo, que noticias que antes estaban reservadas para horarios de adultos, ahora sean el 80% del contenido informativo de los canales vistos por niños, adolescentes y adultos, sin mediar límites de cordura o madurez, para evitar el exitismo, las ganas de sobresalir y sobre todo el desmedido protagonismo. 

¿En qué medida hemos avanzado como humanidad? Científicamente se habla de una constante evolución, en la que el ser humano está conociendo más de su interior, de su ADN existencial y afirma que su conformación cerebral ha variado y que el antiguo “homo sapiens” se encuentra evolucionando a una nueva categoría con nombre aún no aceptado universalmente. 

¿Acaso los humanos hemos aceptado la práctica de la tolerancia como principal virtud de vida en comunidad? ¿Nos preocupa y ocupa algo de nuestra mente la paz mundial, 

la tranquilidad de quien comparte nuestra mesa y hasta nuestro lecho? ¿Somos conscientes de las enormes y devastadoras consecuencias de nuestras criminales actitudes con el clima, con nuestra tierra, agua, recursos naturales, y para con otras especies vivas? 

El ser humano, se ha considerado siempre como el Rey de la Creación, pero pragmáticamente hablando, no puede existir rey sin reinado y hoy por hoy estamos directamente encaminados a destruir el – hasta ahora – único lugar habitable para el ser humano. 

Las distintas doctrinas filosóficas y religiosas han predicado siempre sobre la necesidad de que el ser humano debe cultivar virtudes de paz, caridad, humildad, solidaridad, englobadas en un término macro de apenas cuatro letras que se llama AMOR. Si a este valor le sumamos los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, endosados todos ellos con la lealtad, sinceridad y respeto, con seguridad podremos hacer de nuestro planeta un lugar de vida en comunidad, donde la tecnología se convierta en una ayuda y no en una finalidad de enriquecimiento o de poderío dominante. 

Se aclara entonces que el concepto de “aldea global” debe traducirse como el de la unidad verdadera, consciente e inteligente entre todos, donde aprendamos a compartir las enormes riquezas existentes tanto en el plano material, espiritual como intelectual, sin envidias ni limitaciones propias del egoísmo y la soberbia. Dice la historia que periódicamente las diversas generaciones que poblaron el Universo en diferentes épocas pasadas fueron víctimas de sus propios excesos y que existe un poder Supremo que origina, al igual que el cuerpo humano, periódicas limpiezas internas que renuevan las mentalidades y formas de vivir a fin de permitir su continuidad. ¿Será que nos acercamos a una de estas épocas? 

El planeta Tierra, pequeño ante la magnitud ahora mejor conocida del Universo poblado de galaxias iguales y mayores a la que orbitamos, según el telescopio Hubble, posee niveles de coordinación geométrica perfecta en las escalas de tiempo, espacio y movimiento; similares a la perfección, aun no descubierta en su totalidad, que encierra el complejo pero perfecto andamiaje del ser humano. Conocer ambos extremos a la perfección es uno de los desafíos de los científicos de todas las latitudes, pero la misión personal e individual, debe ser siempre la de indagar en nuestro interior para encontrar respuesta a las básicas preguntas ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? 

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