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HOMBRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO TU FUTURO (Primera parte)

Inicio esta opinión observando el acontecer del mundo, reflexionando y recordando una idea antes expresada: tiempos que vienen y tiempos que se marchan y con ellos situaciones nuevas y de expectativa y otras que se van después de haber agotado su vigencia en la vida de la humanidad.

Si estamos al final de una época, esta se está cerrando dejando mucho asombro a quienes aún respiramos. Hubo tan impresionante conocimiento, desarrollo humano, científico, tecnológico en las últimas décadas, que casi nos convencimos que estábamos muy cerca de explicar la creación y aparición del ser humano sobre la tierra. Éramos excepcionales. Pero también, sorpresa aterradora por la actitud y conducta agresiva, violenta, amenazante del hombre, seducido de ser la estrella y artífice de la creación; negando desafiante, cualquier poder sobrenatural o divino; calificándose como la única criatura digna de administrar a su antojo el resto de la creación, como la naturaleza, el medio ambiente, los recursos que brinda el planeta, la vida, etc.

Este engreimiento sobre poderoso del individuo, lo conduce al dominio. Debe imponerse, al resto de la creación y sobre todo a sus congéneres humanos que piensan o sienten diferente. El medio de imponerse, no es a través de su conocimiento y el convencimiento que lleva a la verdad; sino, con el ejercicio de la violencia brutal y muerte con la que impone, su verdad.

Este ejercicio de rudeza física y material, ha tenido varias veces en la historia de la humanidad, una respuesta adversa con características tan violentas, como las que imponían. Casi siempre, fueron las guerras devastadoras y sangrientas que demostraron, a unos y otros, cuan equivocado es el ansia de ejercer poder ilimitado y control absoluto sobre otros. Pero, pese a todas las experiencias, la sed de dominio del hombre, es imparable.

En el último conflicto mundial concluido en 1945, que ocasiono más de 50 millones de muertos, los contendientes en lucha, recién estaban bajando las armas y usando los brazos para levantar sus muertos, cuando sus dirigentes ya estaban nuevamente, con las ansias de dominio sobre el resto. Escasas semanas después, el continente europeo ya estaba dividido entre las hegemonías triunfantes, iniciando nuevas pugnas para dominar. Hasta el presente, esta situación continúa, con permanencia o alternancia de actores, pero como siempre, todos buscando tozudamente el dominio, la imposición sobre el resto.

A consecuencia de esto, la humanidad y el planeta viven en la angustia. La enorme mayoría y variedad, con el temor que el egoísmo e irresponsabilidad, de alguno de los soberbios, rompa la precaria paz y las víctimas, además de los insensatos, seamos los justos pagando por los pecadores. La confrontación entre poderes, es real, efectiva, verdadera y evidente. En algunas áreas el enfrentamiento es directo como en el comercio internacional y la tecnología. En otras como la militar, es avieso y artero, empujando y manipulando a terceros para que la confrontación mortal sea entre ellos y no entre los directos interesados, que la eluden, por terror al resultado.

La competencia entre potencias ya no es por el poder destructivo, muy bien desarrollado por cada una de ellas; sino por la capacidad de supervivencia, a la destrucción mutua y total. Cuando esto logren, cuando una de ellas asegure su capacidad de supervivencia al ataque del contrario, con certeza no tardara en ejercer el dominio de todos y el aniquilamiento de las rivales.

Sin duda la humanidad esta traumada, está herida emocionalmente, al permitir que lideres sin escrúpulos ni temor a la destrucción, se encaramen por cualquier medio, en las alturas del poder político de las naciones y estén actuando, en abierto desafío, al contrario, demostrando el poderío militar que disponen, para aniquilar al del frente. Ese es su interés, pese a que sus pueblos y sociedades atemorizadas, viven con necesidades apremiantes insatisfechas, con niveles de educación social bajos, sistemas sanitarios precarios, restricciones a la expresión de la libre voluntad y expresión tan duras, que atentan contra la libertad individual y social.

En cada país hay mucho por hacer para sus sociedades y medio ambiente, antes que gastar recursos humanos, financieros, científicos, tecnológicos, en el desarrollo de amenazas y desafíos al resto de la población.

Esta es una visión extensa y casi invariable, de la realidad mundial. Detener la mirada en cualquier lugar del planeta, con certeza se descubrirá sin esfuerzo alguno, falencias que ocasionan sufrimiento al ciudadano de ese lugar. Ese padecimiento que debería ser superado y convertido en bienestar, no solo es responsabilidad del propio habitante, sino de la sociedad toda y principalmente del gobernante y sus seguidores que administran ese lugar.

  • Esa responsabilidad, ¿es asumida por los indicados a ejercerla? Con certeza, no.
  • Incumplir una responsabilidad y causar perjuicio, infelicidad, desgracia, miseria a la población, es una falta humana, social muy grave, un atentado a las Declaraciones de los DD.HH. y de las Responsabilidades y Deberes Humanos (DRDH). ¿Esto es conocido? Definitivamente, sí. Los DD.HH. desde el 10 de diciembre de 1948 en Paris, ratificada por la Asamblea de las NN.UU. Los DRDH, desde 1998 en el marco de la UNESCO, en Valencia España.
  • Si existen esas normas de validez mundial, ¿por qué no se cumplen? Por falta de escrúpulos, de los seres humanos llamados a cumplirlas y hacerlas cumplir.

Por falta de potestad para imponer el cumplimiento de la ley.  Por desobediencia al compromiso moral de los suscribientes de ambas declaraciones, de someterse, a la normativa de ambos documentos.

  • ¿Hay alguna esperanza favorable de la vigencia plena de ambas declaraciones?                                                                                                                   

En tanto los seres humanos no cambien la actitud y conducta mantenida hasta la fecha;  

Desprecien la moral y ética como principios y valores de relacionamiento habitual;

Reconozcan al hombre solamente como un ser material negando al ser espiritual que lo hace superior;

Impidan y manipulen la mejor educación y formación que merece, por los tiempos y avances ocurridos;

No hay esperanza de efectividad, de las declaraciones de los DD.HH. lanzados en respuesta de la humanidad a la catástrofe de la II Guerra Mundial, y de la DRDH emitidos en 1998, por el medio siglo de aniversario de los primeros y por el fortalecimiento de su vigencia, tan venida a menos en el transcurso del tiempo, por el incumplimiento moral de los firmantes. La ética y moral, no tienen acción ni fuerza de cumplimiento. En Bolivia hay un dicho: La ley se acepta, pero no se cumple.

He aquí un ejemplo de la frustración de la humanidad, ante la inconducta de unos perversos liderazgos que solo buscan satisfacer su sed de dominio y control total, para beneficios individuales, arrastrando detrás ellos, como fuerza de combate obligadas o ignorantes, a sus poblaciones que nunca adoptaron las decisiones de enfrentamiento, pero son la carne de cañón que perece en la lucha desatada por sus líderes, en tanto estos permanecen en buen y seguro resguardo.

Esta descripción no es reciente ni única. Es repetida muchas veces en la historia, con la variación en la tecnología y velocidad de la matanza. Algunas de las más significativas fueron: Las guerras Napoleónicas entre 1792 a 1815; guerra de Crimea entre 1853 a 1856; 1ra Guerra Mundial entre 1914 a 1918; la Segunda Guerra Mundial entre 1939 a 1945; Guerra del Vietnam entre 1965 a 1975; guerra del Golfo Pérsico entre 1990 a 1991; guerra de Irak entre 2003 a 2011 etc. en todas ellas se jugaba el dominio de pueblos y regiones.

Todo lo mencionado, son los periodos y años de algunos conflictos suscitados. Veamos las consecuencias en vidas humanas que costaron estas confrontaciones, en las cuales, salvo una excepción, ninguno de los líderes que las ocasionaron, fueron parte de las victimas recontadas.

         CONFLICTODURACIONBAJAS CIVILES        Y MILITARES
Guerras Napoleónicas23 años 7.000.000
Guerra de Crimea  3 años1.500.000        
1ra. Guerra Mundial  4 años         18.000.000
2da. Guerra Mundial  6 años         56.000.000
Guerra de Vietnam10 años  5.000.000
Guerra del Golfo Pérsico7 meses40.000
Guerra de Irak8 años     400.000

En esos conflictos armados, alrededor de 88.000.000 de personas han perdido la vida en varios periodos de conflictos que totalizan aproximadamente 55 años. No son todos, lamentablemente hay muchos otros, algunos más sangrientos que los mencionados anteriormente como las guerras de Corea, Balcanes, Afganistán, Siria, Chechenea, etc.

Además, en determinados lugares ha existido violencia extrema de los gobernantes sobre la población civil, que ha cobrado millones de vidas humanas en represión. Los casos más mencionados son la China y la ex URSS, donde decenas de millones de ciudadanos perecieron, por la represión gubernamental ejercida desde 1945 hasta 1980 aproximadamente.

Por lo tanto la humanidad tendría que estar suficientemente persuadida que los liderazgos sustentados en ideologías, intereses sectarios, egoísmos o finalmente antidemocráticos, que son fácilmente identificables desde su aparición en escena, son los que más daños y traumas ocasionan a la mente y sentimientos de la humanidad; dejando en ella precariedades, inseguridades, amarguras que  la gente joven y madura, el futuro de las naciones, difícilmente pueden  superar el daño y muchos no lo hacen, convirtiéndose en población enferma psicológicamente, una pérdida para la nación.

Continuará…

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