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Fernando Ramos: II Encuentro Masónico “Paz del Chaco”

Columna libre

Fernando Ramos: II Encuentro Masónico “Paz del Chaco” 

Hoy, nos reunimos por segunda vez, comprometidos con la Paz. 

Hoy, en este Segundo Encuentro Masónico “Paz del Chaco”, ratificaremos nuestro juramento de no repetir, nunca más, una guerra entre nuestros pueblos Hermanos. 

Hoy en estas tierras sagradas, donde descansan valerosos soldados paraguayos y bolivianos, venimos a refrendar, como SOLDADOS DE LA PAZ, el deber de mantener nuestros lazos hermanados, como debía haber sido siempre. 

El Primer Encuentro en Villa Montes, Tarija, Chaco Boliviano, fue el inicio de un deseo de los HH de reunirnos una vez al año alrededor del 12 de junio. Con estos HHidealizamos que la Paz alcanzada en 1.935 debía ser festejada entre HHde la Orden, así como también se debían renovar los votos de mantener la Paz ante cualquier circunstancia. Villa Montes marcó el fin de la guerra en junio de 1935 y fue, también, en Villa Montes que valerosos y esperanzados HH de la Gran Logia de Bolivia y de la Gran Logia Simbólica del Paraguay marcaron el inicio de la reivindicación de la Paz. 

Donde terminó la guerra comenzó nuestro deber por la Paz. 

Para los que no pudieron estar en Villa Montes el año pasado, debemos contarles que vivimos muchas anécdotas: la calidez de los HH anfitriones, las reliquias de la guerra, la magnífica tenida … pero lo que todos recordamos con mayor emoción es la Cadena de Unión alrededor de un inmemorial, centenario, árbol de ALGARROBO. Ese algarrobo que nos cobijó bajo sus hojas por unos minutos que duró la Cadena de Unión es el mismo algarrobo que 83 años antes fue el mudo testigo de la guerra y, a su vez, de la firma y del abrazo de Paz entre el general Peñaranda de Bolivia y el general Estigarribia de Paraguay. 

El Abrazo de Paz entre los dos Comandantes bajo ese algarrobo está plasmado en un acta que quedó en ese lugar que dice:

Bajo la sombra de este algarrobo, el general Enrique Peñaranda recibe a los cinco representantes de los países vecinos que conformaron la comisión de neutrales para el armisticio de 1935, asimismo en este lugar se dieron un abrazo de paz y amistad los dos comandos del Ejército en campaña como son, el general José Félix Estigarribia (del Paraguay) y el general Enrique Peñaranda (de Bolivia), bajo la atenta mirada del general Martínez Pita (Argentina) y el general Fuentes (Chile)

Fue así que, con una Cadena de Unión entre HH bolivianos y paraguayos y ante un testigo centenario que también lo fue de la Guerra y la Paz, sellamos el compromiso de Paz entre hermanos. 

Villa Montes fue un emotivo inicio de celebración de la Paz. Hoy nos toca celebrar en el Fortín Boquerón. 

Y no vamos a recordar los detalles bélicos… Los paraguayos recordarán que recuperaron Boquerón, los bolivianos que tuvieron el coraje de aguantar el ataque de miles como hicieron en otra época 300 espartanos. 

Hoy, estamos para recordar los detalles humanitarios y revalidar el compromiso de la Paz. Grandes héroes silenciosos nos reciben hoy en el Fortín Boquerón. Héroes de ambos países que lucharon por sus patrias y hoy comparten la misma tierra como camposanto. 

Es muy emotivo ver que el camposanto de los héroes paraguayos está cerca del camposanto de los héroes bolivianos. Es un simbolismo que demuestra al mundo que el ser humano puede, después de una cruenta guerra, mostrarnos la tolerancia que la humanidad necesita. 

Pero el mayor ejemplo, la mayor enseñanza, nos dan dos casi olvidados héroes: Fernando, paraguayo, y Tomás, boliviano. Quienes descansan juntos, en la misma tumba, por decisión de ambos, honrando la amistad y demostrando la tolerancia. 

La historia, nos cuenta: 

  • El Tte. 1o Fernando Velázquez, paraguayo, y el Cap. Tomás Manchego, boliviano, se conocieron antes del conflicto, en Buenos Aires, Argentina. 
  • En 1928, cuando se aproximaba la contienda, tropas paraguayas tomaron el fortín Vanguardia y tomaron dos prisioneros, uno era Manchego. 
  • El capitán Manchego recibió una atención inusual de parte de Velázquez durante su cautiverio, hasta que fue liberado. 
  • Luego, en plena Batalla de Boquerón (1932) entre los arbustos se oían los quejidos de un herido, era Velázquez, quien tenía una bala en la cabeza. 
  • Manchego lo reconoció y pidió darle la mejor atención en la enfermería boliviana. 
  • Cinco días después el capitán Manchego fue a parar a su lado, herido por las esquirlas de un cañón paraguayo. 
  • Poco antes de morir ambos militares heridos en la misma batalla pidieron al doctor que los enterraran en la misma tumba. 
  • El primero, teniente 1 o Fernando Velásquez, cayó para que Paraguay avance; el segundo, capitán Tomás Manchego, dio su vida para que Bolivia conserve el Fortín Boquerón. 

Estos dos amigos, que comparten la misma tumba, nos dan un mensaje claro en tiempos de paz: VALOREN LA AMISTAD Y “PELEEN” POR LA PAZ. 

Usando nuestro poder de entender lo simbólico concentrémonos unos segundos y los oiremos susurrar: 

“No peleen, la beligerancia no lleva a nada bueno para nadie; ¡¡¡nosotros estamos autorizados a rogarles la Paz!!! 

¡¡¡Guerra nunca más!!! 

Aunque la Paz es más difícil que la guerra, la Paz es la única victoria, ¡¡¡créannos!!!”. 

Finalmente mis QQHH, es bueno que como SOLDADOS DE LA PAZ “peleemos” por la Paz pero es también importante que como Masones iniciemos un proceso operativo de integración que pueda extenderse hacia nuestros pueblos. La Paz es el inicio, el paso siguiente debería ser la unión de nuestros pueblos. 

La Paz debemos protegerla en honor de nuestros héroes, la integración operativa entre nuestros pueblos en honor a nuestros descendientes. 

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