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ESPERANZA

El final de mis días junto a ti se acerca constantemente,

Mi agonía desaparece, ha llegado la hora de despedirme,

Hoy será mi último día junto a ti, mi último amanecer  será contigo.

Porque mañana al anochecer será la luz que me ilumine

o será la oscuridad mi castigo.

No sé a dónde iré, no sé dónde estaré el resto de mi eternidad,

no quiero dejarte, pero la muerte me lleva, pues dice que ya es ahora de marcharme a otro mundo desconocido y al otro lado del camino esperan por mi alma, suéltame la mano amada mía que ya tengo que partir.

Quizás me den alas, quizás me den las cadenas, eso… yo no lo puedo decidir.

Juzgué tantas veces a tantas personas posibles,

y ahora dos hombres inmortales de blanco y negro me juzgaran   a mí,

 por mis pecados.

Ahora es mi turno de afrontar los miedos de todo ser humano.

Trato de ir sin temor por aquel camino oscuro,  lleno de ira  y  maldad,

iré despacio para no caer al río de las almas perdidas, pues no hay una luz que me ilumine por este camino de soledad.

Aquel ángel que tanto oí de Él, el que me  ofreció placer y riquezas,

a cambio de mi alma, a cambio de una firma escrita con tinta roja,

            la más sagrada, ése ángel  me espera en  el pentaculo rodeado de almas,

 dejaré que ese ángel  me cubra con sus alas negras,

 el dolor desaparecerá y las lágrimas de sangre ya no caerán más.

Mientras tanto esteré aquí esperándote a que me rescates

 y me lleves a lo más alto a lo maravilloso con lo que todos soñamos algún día.

Sé que vendrás, porque mi única esperanza es volverte a ver,

Estar junto a ti,  en tus brazos, poder amarte y besarte otra vez.

Ayúdame a quitarme estas cadenas que me detienen en este infierno

 tan cruel lleno de almas malditas.

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Alejandro Dumas en El Conde de Montecristo, escribió: “No hay felicidad o infelicidad en este mundo; solo hay comparación de un estado con otro. Solo un hombre que ha sentido la máxima desesperación es capaz de sentir la máxima felicidad. Es necesario haber deseado morir para saber lo bueno que es vivir”. Hoy digamos: ANIMA nostra exspectat Dominum. Etinim apud te est fons vitae, et in lumine tuo videmus lumen = Nuestra alma espera al Señor. Porque en Ti está la fuente de vida, y en tu luz vemos la luz.   AUTOR: DESCONOCIDO                                                 RECOPILADO: ANDALUZ

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