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EL VOLUMEN DE LA LEY SAGRADA

En los ritos de la Francmasonería judío-Cristiana se considera como Volumen de la Ley Sagrada, a la Biblia y su uso en el Templo es un requisito indispensable para instalar los trabajos en una Logia.

Al respecto el sexto Principio Básico para el reconocimiento de una Gran Logia, sustentado por la Gran Logia Unida de Inglaterra y la mayoría de las Grandes Logias en el mundo textualmente dice que: ‘ Las Tres Grandes Luces Emblemáticas, de la Masonería, el libro de la Ley Sagrada, o La Biblia como la más importante de las tres, La Escuadra y el Compás, deben encontrarse siempre exhibidas cuando la Gran Logia o las Logias subordinadas estén trabajando’

Con relación al Libro de la Ley Sagrada y considerando la absoluta libertad de credo y religión que existe en nuestra Orden surgen cuestionamientos válidos como: Que significa realmente la Ley Sagrada y por qué debe ser exhibida en el Templo Masónico como un símbolo o Luz Emblemática y finalmente por qué la Biblia es considerada en nuestra Orden como el Volumen de la Ley Sagrada; este hecho además no dá lugar a una interpretación inadecuada de los conceptos de libertad de culto y religión que pregona la Francmasonería.

Esta inquietud planteada sobre la existencia y vigencia de una Ley Sagrada, su posición sobre el ARA en los Templos de la Masonería y por qué se elige a la Biblia como el Volumen de la Ley Sagrada, se debe en parte a que se tiene un conocimiento muy superficial de este símbolo y a un concepto erróneo sobre la forma cómo debe practicarse la Libertad en Masonería y fuera de ella.

A fin de aclarar estas interrogantes en torno a un tema tan delicado, W. Cox Learch en su libro titulado, ‘La Regularidad Masónica en una Nueva Luz’, plantea tres aspectos fundamentales a considerar:

  • El reconocimiento de la existencia de una Ley Sagrada,
  • Por qué debe haber en todo Templo Masónico un símbolo de la Ley Sagrada
  • Por qué la Biblia es elegida como símbolo de la Ley Sagrada.

Un análisis del contenido de este libro, nos permite plantear las siguientes conclusiones:

El verdadero significado e importancia que tiene el Volumen de la Ley Sagrada, radica en aceptar y entender que todo lo que existe en el Universo se encuentra gobernado por un conjunto de Leyes o Normas que deben respetarse rigurosamente para lograr objetivos específicos y concretos.

Nuestra vida diaria se encuentra permanentemente sujeta a obedecer leyes o reglas de una sociedad, de una familia, de un trabajo. Existen leyes que rigen la estática y la dinámica de los cuerpos, químicas y biológicas que regulan el funcionamiento del cuerpo humano, leyes instintivas que permiten analizar el comportamiento de diferentes fenómenos físicos; es decir todo lo que observamos en nuestro sistema es producto de una investigación que surge del conocimiento y aplicación de leyes; nada de lo que seamos capaces de realizar en este mundo puede ignorar esta realidad.

La ciencia es el resultado del estudio, análisis e investigación de un proceso evolutivo de las leyes de la naturaleza. El avance científico y tecnológico se debe a que existen leyes y normas que son cuidadosamente observadas y obedecidas para lograr grandes metas y objetivos

En masonería la Ley de la Causa y Efecto nos permite entender por qué un Masón se hace merecedor a un salario justo cuando ha cumplido con los mandatos de la logia. Todos los símbolos de nuestro Templo tienen un significado que se basan en leyes de orden, armonía, respeto y obediencia.

Así mismo las Leyes del Universo que tienen un propósito superior, tienen un origen y un carácter esotérico y oculto que no podemos percibir inmediatamente, son parte de una Voluntad Suprema. En analogía con lo anterior podemos afirmar que las Leyes Masónicas son también esotéricas y debemos conocerlas, respetarlas y obedecerlas fielmente.

Por todo lo expuesto debemos reconocer y aceptar en nuestra Orden la existencia de una Ley Sagrada Universal, insustituible, inexorable e inquebrantable que gobierna y garantiza su existencia a través del tiempo.

Habiendo reconocido y aceptado la existencia evidente de una Ley Sagrada Universal y Divina que gobierna y controla todos los actos y sucesos de este mundo, debemos analizar ahora por qué es necesario que en todo Templo Masónico debe estar presente el Volumen de la Ley Sagrada, como un símbolo que nos motiva e impulsa a vivir bajo los conceptos de nuestra Orden.

Estos conceptos se basan precisamente en entender el Propósito o La Voluntad del G:.A:.D:.U:. que es el que guía nuestras vidas y nuestros actos, por tanto, el respeto y obediencia a las Leyes que emanan de su Voluntad Divina no pueden ser discutidas. No existe una Logia Masónica sin Ley, como tampoco pueden existir masones que no demuestren respeto y obediencia a esta Ley Sagrada.

Esta Ley Sagrada plantea, por ejemplo, preceptos tan importantes como la Libertad, Igualdad y Fraternidad. Ante la Ley Sagrada todos somos seres con libre albedrío, iguales a los ojos del G:.A:.D:.U:. fraternalmente unidos en busca de una sola Verdad.

La Libertad los hace hombres capaces de distinguir, discernir y decidir sobre cualquier acto de nuestra vida, ejercitándola como un don relativo y no absoluto, haciendo lo que se debe hacer, antes que lo que se quiere hacer. La libertad de pensamiento, credo o religión que predica la Masonería no le da derecho a ningún masón a practicar algo contrario a la Orden.

El concepto de Igualdad nos permite sensibilizamos con nuestros hermanos buscando una equidad justa entre todos y la Fraternidad nos mantiene unidos ante cualquier eventualidad.

Por tanto, para practicar los conceptos antes mencionados debemos reconocer la existencia de una Ley Sagrada como el punto central sobre el cual gira la Masonería aceptándola como el símbolo más importante y sagrado en todo Templo Masónico. Ella representa la Voluntad del G:.A:.D:.U:. y debemos observarla y aplicarla fielmente con orden, amor, respeto y obediencia.

Finalmente queda por aclarar, por qué en Masonería, donde existe total libertad de credo, religión o política se elige a la Biblia como el Volumen de la Ley Sagrada entre otras Escrituras también Sagradas, aunque con cierto tipo de limitaciones, como el Corán, Zendavesta, los Sustras o el Veda Rig y otras.

Por su carácter universal, lo que busca la Masonería es una Ley que refleje con la mayor precisión posible la Voluntad Divina del G:.A:.D:.U:. Aquellos estudiosos de la Biblia consideran que este Libro contiene, en su difícil interpretación, mensajes precisos y claros que revelan una Voluntad Suprema, Divina y Superior.

Ella contiene Mandamientos Sagrados, en los que se basa toda la doctrina masónica. Mandamientos como el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos o el mandamiento de no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros.

Se puede confirmar también que la Biblia, como Escritura Sagrada contiene profundas enseñanzas que nos guían y muestran un camino hacia La Luz o Verdad Suprema, reforzando con ello su significado simbólico, condición, que es básica y fundamental en Masonería.

La Constitución de la Masonería Moderna está basada en el contenido Sagrado de la Biblia sin que ello signifique que la Orden sea específicamente cristiana o hebrea. La Masonería no es propiedad de ninguna religión en particular y tampoco adopta ninguna de ellas para establecer sus principios.

Cualquier otro libro o Volumen que ayude a buscar y lograr el perfeccionamiento del ser humano es aceptado por la masonería, porque en ella no se infringe la libertad de creencia de sus miembros, siempre y cuando se observen y se respeten los principios que en ella se inculcan.

En definitiva podemos concluir declarando nuestra firme creencia sobre la existencia de una Ley Sagrada que transmite la Voluntad Divina del G:.A:.D:.U:. y la aceptación que una representación de esta Voluntad, en todo Templo Masónico, la constituye como el símbolo más importante, el Volumen de la Ley Sagrada sobre el ARA. Finalmente reconocer a la Biblia como el Libro más completo y real que contiene los principios básicos de nuestra Orden, sin que esto impida el conocimiento de cualquier otra Escritura cuyos fundamentos no contradigan los preceptos básicos y fundamentales de la Masonería.

Por: Luis Andrade Ruiz

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