Desde las Logias
Pablo Martin Machicao Medinaceli
Introducción.-
El aprendiz tiene como herramientas el Mazo, el Cincel y la Vara de 24 pulgadas, cada una de ellas nos ayuda en la transformación de la Piedra Bruta.
a. El Mazo. Es un instrumento que nos ayuda a golpear, machacar, aplastar, devastar o labrar. Tiene diferentes tamaños y diferentes formas. Según nuestro Rito el Mazo sirve para deshacer todo nudo o protuberancia, representando LA FUERZA DE NUESTRA CONCIENCIA, con el cual el hombre podrá modelar sus costumbres, transformar sus hábitos que no son correctos y lograr eliminar los vicios y dominar sus pasiones.
b. El Cincel. Es una herramienta para labrar a golpes la piedra, consiste en una barra de acero con un extremo acabado en un filo en forma de cuña, se usa poniendo este extremo sobre lo que se quiere labrar y golpeando con el martillo por el extremo opuesto. Según nuestro Rito, el Cincel, sirve para suavizar y preparar la Piedra Bruta, emblema de la personalidad profana que por medio del estudio y la educación nos hace dignos miembros de la Institución Masónica. El Cincel simboliza la inteligencia, sin este el Mazo solo sería un instrumento de destrucción.
c. Vara de 24 pulgadas. Instrumento de perfección, de medida y emblema simbólico de la línea recta. Según nuestro Rito, sirve para medir el trabajo hecho y representa el empleo que debemos darle a las horas del día. Destinando este tiempo a la Oración al Todopoderoso, al trabajo, descanso y atención a los hermanos o amigos en sus necesidades.
REFLEXION
Estoy convencido que el G.·. A.·. D.·. U.·. pone en nuestro camino las herramientas necesarias para lograr nuestras metas, llegar al momento donde nuestros pensamientos y acciones nos den paz, llegar al momento donde el amor sea comprendido como el camino que debemos seguir.
Después de una explosión de sentimientos y el peso de los recuerdos, construyendo desde los hechos y dejando a un lado los aprendizajes, mi vida sucumbió ante lo más poderoso que tenemos, nuestras creencias. Volví a ver mi rostro verdadero en el espejo del alma, aquel que distante del ego, ¡esperaba tener la valentía para vivir!
Aún en mi cárcel, sin salida aparente, cargaba como compañera la piedra que me aferraba al mundo profano, sin forma, sin beneficio, cementerio de mi evolución, cada vez más pesada tomaba mi vida como su rehén.
Vislumbrar el sol (G.A.D.U.) no sería fácil pero tampoco imposible, aferrarse a la luz (fe) sería el camino, porque aún el miedo se arrodilla ante la fe.
Bastaría con darme cuenta como dijo San Pablo apóstol, ¨Somos transformados por la renovación de nuestras mentes¨, bastaría con entender la importancia que tiene la piedra bruta en nuestras vidas, entender que, si deseamos transformar el mundo, si deseamos transformar nuestro mundo, la única forma es ayudar a los que lo necesitan, con nuestros actos, nuestros pensamientos, nuestros silencios, con nuestra presencia. Entender sobre todo que cada caminante tiene una tarea, una misión.
Con el ego adormecido, mis ojos posaban la atención en tres compañeros de vida que aún en esa soledad, jamás se alejaron del camino que elegí transitar, empecé a entender la misión que cada uno de ellos tendría cuando tuviera el valor de pulir y transformar el templo interno que es el tesoro de cada hombre libre.
¡EL CINCEL!, símbolo de la inteligencia, sustancia de todo lo que existe, resultado del significado que damos a los aprendizajes para que la mente, conciencia y pensamiento, nos regalen la oportunidad de crear la visión que deseamos para nuestra vida. Este símbolo me mostraba el oriente, sendero por el cual llegaría a conocer los restantes seis aspectos de mí universo, la vida, el amor, la verdad, la unidad, el espíritu y el principio.
¡EL MAZO!, símbolo de voluntad, acción en el presente, donde somos responsables de las causas y efectos de la fuerza de nuestros pensamientos. Seremos responsables de la construcción o destrucción en base a nuestros actos, en base al control y el compromiso que demostremos para que nuestra obra tenga un sentido, un fin. Ese fin que a todo hombre libre le habrá costado sacrificios, pero también alegrías, le habrá costado desaferrase de creencias, en mérito a la construcción de virtudes. Ese fin que le habrá hecho conocer parte del camino para encontrar la verdad. Ese fin que nos habrá enseñado la práctica de la fuerza y la voluntad para renunciar a las cosas que no ayudan a construir nuestro templo.
Estas dos herramientas no tendrían el impacto necesario sin la VARA DE 24 PULGADAS, símbolo de la perfección, muestra del sendero que nos ayudará a comprender y practicar los tesoros de los cuales forman parte de nuestra esencia, con el fin de dejar un legado en la vida de los que nos rodean y enriquecer el camino que elegimos. Nos hará entender que siempre habrá un principio y un final, un eterno retorno.
Ocho horas dedicadas a la oración, pidiendo que nuestros actos y pensamientos nos den la SALUD que nuestro cuerpo y espíritu necesita para actuar en el camino del amor.
Ocho horas destinadas al trabajo, manifestando nuestra FUERZA, para que nuestros pensamientos y acciones logren la remuneración que deseamos, la verdad.
Ocho horas destinadas al descanso, a servir a un hermano, a un prójimo, buscando la UNION, la vida, entendiendo que todos los que nos rodean son nuestros maestros, donde la ayuda que les brindemos es la enseñanza que debemos aprender, ayuda que nos hará conocer lo que llevamos dentro.
Tres ochos que nos recuerdan el camino, la verdad y la vida, que nos recuerdan la naturaleza infinita del Espíritu Santo y la Santísima Trinidad.
Estas herramientas tendrán el significado adecuado en nuestras vidas cuando tengamos el valor para aceptar nuestro destino y luchar para crear la paz en nuestros corazones. Dependerá de que entendamos en el silencio de nuestras palabras, la grandeza de nuestros actos, porque cuando las campanas se manifiesten, todo habrá cobrado sentido.