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Ceremonia de Avance de Marca

La Masonería es una organización en la cual sus miembros progresan a través de los grados, pasando los mismos a través de Rituales que consisten en un drama alegórico o la narración de un relato con una lección de moralidad en relación con alguna historia legendaria sobre los tiempos de la Masonería Operativa. Durante el desarrollo de estos Rituales, se brinda a los candidatos Signos, Toques y Palabras que permitirán a otros Masones probar su progreso.

La Masonería Simbólica comprende tres Grados, estos son el de Aprendiz, Compañero y Maestro Masón, en este último se narra la historia del asesinato de Hiram Abiff, “el más perfecto Masón sobre la tierra” a quien se le atribuye la responsabilidad de la genialidad arquitectónica del Templo del Rey Salomón. De acuerdo con el Ritual del Grado de Maestro Masón, Hiram fue asesinado por tres Compañeros que querían aprender los secretos de su habilidad como albañil. Su cuerpo fue enterrado apresuradamente y la obra del Templo y se detuvo. El Ritual dice cómo el cuerpo de Hiram fue encontrado y fue re-enterrado en un lugar de honor en el Templo. Sin embargo, los secretos del arte de Hiram se perdieron.

Para avanzar a Hombre de la Marca y Maestro Masón de la Marca, es necesario haber obtenido el Grado de Maestro Masón en la Masonería Simbólica. La Ceremonia de Avance nos lleva una vez más a la construcción del Templo del Rey Salomón, al Candidato se le recuerda que fue admitido sobre la punta de un instrumento afilado presentado a su pecho desnudo, en el Segundo Grado, sobre la Escuadra, y ahora es admitido sobre el Mazo y Cincel. Posteriormente es retejado para asegurarse de que ha tomado los Tres Grados de la Masonería Simbólica a través del saludo a los Vigilantes y al Venerable Maestro, luego como era costumbre en todas las Logias de Compañeros es invitado a elegir una Marca, para que su trabajo pueda ser reconocido por el Supervisor; siendo la Marca seleccionada, una no elegida previamente por otro Hermano de la misma Logia y exceptuando siempre el Triángulo, ya que este es el signo de aprobación del Maestro de la Marca y luego ser conducido a inscribir la misma a la mesa del Registrador de Marcas de la Logia, que será enviada para su inscripción en los libros de la Gran Logia y no podrá ser cambiada después. El Venerable Maestro como muestra de admiración por la ejecución del trabajo lo designa Hombre de la Marca.

El Vigilante Mayor presenta el Candidato al Venerable Maestro al que ha cumplido su término de Compañero, que ha sido admitido como Hombre de la Marca y está capacitado para avanzar al honorable Grado de Maestro Masón de la Marca, al que está deseoso de acceder para tener el derecho de presidir una Logia de Masones Operativos. El Venerable Maestro atiende la presentación, donde el Diácono Mayor instruye al Candidato el método de avanzar hacia el Pedestal, para que posteriormente el Candidato pueda realizar el juramento de rigor.

Por instrucción del Venerable Maestro y con el objeto de mejorar la aclaración de los secretos del Grado solicita al Candidato que se dirija a las canteras y reingrese a la Logia como Hombre de la Marca bajo la guía del Diacono Mayor; a su retorno el trabajador, trae consigo materiales para la construcción del Sagrado Templo, que está ansioso para presentarlo para su aprobación por los Supervisores. El sillar es presentado al Supervisor Menor, pero antes de admitir el ingreso del artesano, le informa que el trabajo no era tal como el que podía recibir, sin embargo, por la habilidad magistral demostrada en su ejecución, y por su belleza y artesanía, se sintió renuente a rechazarla y bajo su responsabilidad permitió proseguir al Portal Oeste sin darle la Palabra de Pase; el Supervisor Mayor inducido por sentimientos similares al del Supervisor Menor, no queriendo asumir la responsabilidad de rechazar la piedra, dio al artesano la opción ya sea de regresar a las canteras o pasar al Portal Este y si deseaba correr el riesgo por negarse a darle la Palabra de Pase, al que su trabajo no le daba derecho. Posteriormente, el Maestro Supervisor, revisa la piedra curiosamente labrada, no siendo cuadrada ni oblonga, no correspondiente a las instrucciones para permitir pasarla, por lo que solicita al Candidato la Palabra de Pase que recibió del Supervisor Menor, quien no puede dársela por desconocer la misma, motivo por el cual convoca a un consejo con los Supervisores, donde el Supervisor Mayor acepta las explicaciones de los otros Supervisores como excusa, pero al ser las órdenes del Gran Maestro perentorias de recibir, para la construcción del Sagrado Templo, únicamente aquellas piedras ya sean cuadradas u oblongas, marcadas y numeradas por un Maestro Masón de la Marca regular, no tienen otra opción que reprobar y rechazar la piedra como inadecuada para el trabajo; por lo tanto, se ordena que la piedra sea arrojada entre los escombros.

A la sexta hora del sexto día de la semana el Venerable Maestro instruye a los Diáconos reunir a los artesanos para marchar en procesión hacia las ventanillas del Vigilante Mayor con el objetivo de recibir sus salarios de Maestro Masón de la Marca, el Candidato se presenta mostrando el signo manual e inmediatamente el Vigilante Mayor retiene su mano, acusándole de ser un impostor y le amenaza con el antiguo castigo que era dado a los falsos artesanos; el de cercenarle la mano derecha; por lo que interviene el Diácono Mayor para que lo perdonen y solicita al Vigilante Mayor llevarlo ante el Venerable Maestro para que decida si el antiguo castigo se infringirá; el Venerable Maestro exige al Candidato demostrar que es un Hombre de la Marca, por lo que el mismo realiza el signo manual que le dieron anteriormente durante la Ceremonia, reconoce el mismo, pero muestra indignación porque el Candidato haya pretendido obtener el salario de Maestro Masón de la Marca sin estar en justo derecho, pero que debido a que la culpa se trataría de su ignorancia y no de un deseo de engañar, ordena al mismo regresar a las canteras para preparar algún trabajo, para que cuando sea sometido a inspección, sea recibido, aprobado y se le dé el derecho de compartir los privilegios del Grado.

El Vigilante Mayor informa al Venerable Maestro que el trabajo en el Templo del Rey Salomón se encuentra paralizado debido a la falta de una Piedra Clave para el Arco Sagrado. Una exhaustiva investigación revela que existía una piedra tallada adecuadamente pero que había sido rechazada por el Maestro Supervisor porque este no había recibido instrucciones para dejar pasar una piedra con tales características, por tal motivo el Venerable Maestro ordena que se haga una búsqueda diligente al ser la piedra más importante del edificio e indica que recompensará espléndidamente a quien logre encontrarla. El Diácono Mayor informa que la Piedra se ha encontrado por el hábil artesano que la preparó, el Venerable Maestro en gratitud al candidato procede a confiarle los Secretos del Grado de Maestro Masón de la Marca y es investido con el mandil y la Joya del Grado, la cual tiene la forma de la Piedra Clave y tiene grabadas las letras H.E.H.D.L.V.E.A.R.S. (Hiram el Hijo de la Viuda Enviado al Rey Salomón) y finalmente presenta las Herramientas de Trabajo del Maestro Masón de la Marca que son el Mazo y el Cincel que también son las herramientas con las cuales uno fue admitido.

La piedra rechazada por los Supervisores resultó ser la Piedra Clave, al tener una forma especial y única, que la diferencia de las demás, no solo puede encontrar su lugar en el curso de la construcción, sino que inclusive los Supervisores no pueden comprender cuál es el destino; si lo hubieran comprendido, es evidente que no la hubieran arrojado entre los escombros, creyéndola inutilizable; el destino de esa piedra es comprendido por otra categoría de constructor, que en ese estadio no ha intervino aún; tal como indica el texto “Lapis reprobatus caput anguli” que significa “La piedra rechazada se ha convertido en la piedra angular”, que recuerda con fuerza la fragilidad del juicio humano.

MMM Emilio C. Ampuero Sanjinés

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