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Virtudes Cardinales Prudencia Práctica (3da. Parte)

Una vez que tratamos la Prudencia en la expresión y las ideas, toca ahora tratarla en las acciones y actividad. Como no puede ser de otra manera, en esencia el concepto se mantiene: Es una actividad humana, desarrollada con equilibrio; practicada con plena rectitud o derecho, sensatez, mesura y cautela; y con un entendimiento completamente discurrido por la mente.

“Moderación en todo…
Ni siquiera
en los deleites
debes ser
exagerado.
La misma
inteligencia
se agota si la
presionan
demasiado”

Repetido el concepto, cabe analizar la práctica de la Prudencia en las diferentes acciones humanas, referidas principalmente al ámbito personal y al público. La separación en estas áreas es consiguiente porque la acción y sus resultados tienen características comunes y propias. La acción del hombre en el plano estrictamente personal, de su familia o trabajo tiene características particulares cuyo desarrollo compromete a él, su entorno y el resultado afecta a los mismos. En cambio cuando se trata de un ámbito dirigencial privado o público el desarrollo compromete a otros actores y el efecto recae sobre una parte o toda la población. Una distinción notable y pertinente a tomar en cuenta.

“Todo es bueno
y todo es malo,
según quien lo mire.
Necio serás
si quieres juzgar todo
sólo desde
un punto de vista.
Ni te dejes llevar
del aplauso
de los que
están contigo”

Hay conceptos y formulas sociales que es preciso al menos mencionarlas. Principios. Son leyes fundamentales, universales, implícitas en el hombre, que gobiernan la efectividad, el desarrollo y la felicidad. Sus características son:

a. Normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento o la conducta de los componentes en un grupo humano.

b. Definen la conducta, dan los fundamentos, pautas, orientaciones para el ejercicio de una profesión, oficio, agrupación humana.

c. Son manifestaciones externas.

Algunos ejemplos de Principios:

  1. Moralidad.
  2. Buena Fe.
  3. Imparcialidad.
  4. Responsabilidad
  5. Participación.
  6. Transparencia
  7. Eficiencia.
  8. Eficacia.

“Que te respeten
más por tus
virtudes personales
que por el cargo
que ocupes.
Nunca lo contrario.
Con la ostentación
del puesto…
aumentarán
tus admiradores,
y con la adulación
llenarán tu corazón,
si eres muy
pequeño de alma”.

Valores. Son conductas consideradas deseables, o cualidades de los seres humanos, para acondicionar el mundo de nuestras vidas, a toda realidad y tiempo. Son el reflejo de nuestro comportamiento. Algunas características son:

a. Impulsan al hombre a la acción.

b. Influyen directamente en sus decisiones.

c. Son principios aplicados

d. La continua práctica generan hábitos. Son manifestaciones internas y subjetivas.

e. El hábito termina convirtiéndose en Virtud.

Algunos ejemplos de Valores:

  1. Respeto.
  2. Equidad.
  3. Solidaridad
  4. Responsabilidad
  5. Honestidad
  6. Lealtad
  7. Compromiso.

Virtudes. Recordaremos lo expresado cuando tocábamos el tema de la Virtudes: el más amplio ejercicio de la Razón, que busca el continuo perfeccionamiento humano, mediante el esfuerzo y la voluntad individual. Ahora enriqueceremos este concepto: Son Valores habituales, practicados automaticamente, sin razonar y en toda oportunidad. La practica constante de las Virtudes, le transforman en persona integra.

Ya está diseñado el proceso de mejoramiento personal que empezamos al inicio e introducción al tema de las Virtudes. Los principios rigen las ideas y la conducta; estos adoptados como norma natural de vida, devienen en valores; la practica consuetudinaria de los valores crean una habitualidad que es parte de la persona, que es mejorada y considerada como una persona íntegra.

Con estos complementos indispensables el abordaje de la Prudencia en la actividad esta mas auxiliado. La Prudencia en la Actividad Personal Citaremos una reflexión que de cierta manera resume el contenido del análisis que sigue:

«No es más hábil quien actúa, sino quien sabe cómo actuar.»

En su actividad particular, el hombre debe obrar con cautela, actuar con razón, obedeciendo virtudes, valores o principios, procurando hacer el bien y adherido a la verdad. Con este marco de acción el hombre no se equivoca.

“Muchas cosas grandes
se vuelven pequeñas,
se disuelven solas…
Otras pequeñas
se vuelven grandes
por hacerles
mucho caso.
Son frecuentes
las ocasiones
en que es bueno
dejar hacer,
dejar pasar”.

En todo caso debe tener en la conciencia que su existencia es importante para quienes le rodean y para el mismo. Así fuera solo en la sociedad, es decir sin alguien que lo conozca, la persona íntegra es aceptada en el medio y es un ejemplo para quienes reparan en ella. Lo contrario también es cierto. Por lo tanto el hombre acondiciona su vida para el medio y en el tiempo de su existencia practicando sus valores.

“No hay nadie
tan perfecto
que no necesite
alguna vez
consejo.
Es enfermo
insoportable
el necio que no
escucha a nadie.
El más preventivo
debe dejarse
aconsejar.
Aun el muy
poderoso debe
tener humildad”.

En el caso en que el hombre tenga familia, ocupación compartida con varios trabajadores como él; participe en varias entidades de la sociedad sea por educación personal y de los hijos; salud, recreación, religión, etc. la actividad del hombre es más compleja y por lo tanto con mayor exigencia de una conducta con principios, valores y virtudes.

Su actividad si bien es individual, pero su participación es representativa de su persona y de la familia creada por él. Determinados principios, valores y virtudes cobran más significancia por su participación y la representación que ostenta. La Responsabilidad por ejemplo es mayor porque el efecto de su acción recae en él y su familia; en su persona y en varias otras que tienen vinculos familiares con él. La Responsabilidad le afecta por acción de actos o por omisión de los mismos. Dentro el marco de la legalidad, los actos ejecutados en contra de la ley (acción) generan responsabilidad contra el infractor. Así también omitir una acción (omisión) que permite a otra accionar contra la ley, le genera igualmente responsabilidad.

“Lo que no se tiene
se desea,
y quien lo ofrece,
controla la voluntad
del que lo desea.
Los filósofos
no dan importancia
a las necesidades
de la gente.
Para los políticos,
en cambio,
son lo más importante,
y saben sacarles
el mejor provecho”.

Por lo tanto el hombre es responsable de sus actos de hacer o no hacer y en este sentido La Prudencia es la virtud que aconseja como, cuando y en qué forma actuar. » No es más hábil quien actúa, sino quien sabe cómo actuar». La Prudencia en la actividad Pública. La actividad del hombre en el plano público le exige mucho mayor cuidado o más bien Prudencia. Su accionar debe estar revestido no solo de alta honestidad, equilibrio, responsabilidad, transparencia, eficiencia, eficacia, sino sobre todo de conocimiento, capacidad intelectual, legalidad y legitimidad. Estos dos últimos conceptos son los que conceden estabilidad, capacidad de dirección y fortaleza de mando a las autoridades. Autoridad que se ejerce de acuerdo a la Ley y la Norma Jurídica y es reconocida por esta cualidad, ha cumplido con los requerimientos básicos exigidos. La Prudencia en la actividad humana es un principio de buen vivir en sociedad. La Libertad que es un derecho humano reconocido universalmente a todos los seres humanos, requiere para la práctica de la misma, el respeto de ese derecho a todos y cada uno de los habitantes del planeta.

El Constructor

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