Las tensiones que se viven hoy en todo el mundo a nivel personal, familiar, social, laboral y económico, han creado un clima y ambiente de incertidumbre y pesar, que orienta los pensamientos y hasta algunas acciones hacia lo negativo pudiendo caer en niveles de una desazón general que en lugar de solucionar simplemente nos complica mental y físicamente guiando nuestros pensamientos y acciones hacia la desesperanza e inactividad. Importante es por ello desglosar algunas de estas actitudes negativas que causan pesar en nuestro estado anímico y por consecuencia en nuestra manera de vivir, a fin de identificarlas, entenderlas y de alguna manera evitar el caer en alguna de ellas, o en su defecto vencer estas pruebas que la vida nos ha puesto en nuestra existencia.
Una clasificación científica utilizada por los médicos y especialistas en la conducta humana agrupa estos sentimientos en tres grandes categorías, que son la depresión, el stress y la ansiedad, los que a continuación desglosaremos para su mejor comprensión.
LA DEPRESION:
Esta considerado y definido como: un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Las causas que generan este tipo de trastorno son aquellas situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso sexual, la muerte o la pérdida de un ser querido, una relación difícil o problemas económicos. Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión, trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio.
Si analizamos con cuidado la definición podremos deducir que la depresión es un trastorno ocasionado por los problemas del PASADO, sobre los cuales no tenemos ya poder alguno de cambio y simplemente debemos dejarlas enmarcadas en el ayer, a veces difícil de olvidar o ignorar, pero convencidos que nada podemos hacer y en el mejor de los casos lo sucedido debe servirnos de experiencia para nuestro presente.
EL STRESS:
Como stress se conoce el estado de tensión emocional y física que es provocado por situaciones en que somos sometidos a demandas o desafíos que exceden nuestra capacidad de respuesta habitual. Lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando sentimos stress es que el organismo libera hormonas para que nuestro cerebro esté más alerta a las demandas externas.
En este sentido, el stress es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia. En pequeñas dosis, puede ser positivo, pues nos permite estar alertas, asumir responsabilidades, evitar peligros, entre otras cosas. Sin embargo, cuando es muy prolongado, puede resultar perjudicial para la salud y conllevar trastornos psicológicos.
El stress puede deberse a muchas cosas. Una carga agobiante de trabajo puede traducirse en stress laboral; las exigencias de la universidad, pueden derivar en stress académico; haber estado expuesto a una situación traumática (maltratos, catástrofes, la guerra), puede generar stress postraumático; situaciones de la vida cotidiana, como viajar, mudarse, cambiar de empleo, casarse, divorciarse, tener hijos, estar expuestos a un peligro, etc., también pueden conducirnos a estados de stress.
El stress se manifiesta a través de un gran número de síntomas de índole emocional, psicológica, conductual o física, que se presentan de manera distinta dependiendo de cada individuo. Así, el stress puede manifestarse en estados de ansiedad, miedo, irritabilidad o nerviosismo. Puede causarnos problemas de concentración, ansiedad por el futuro, dificultades en el habla, risa nerviosa o llanto. A nivel físico, signos de stress podrían ser músculos tensos, dolores de cabeza, rigidez de espalda o cuello, malestar estomacal, sudoración, dilatación de las pupilas, palpitaciones muy aceleradas o respiración agitada.
Dependiendo de la duración, existen distintos tipos de stress:
Stress agudo: es aquel que se presenta de manera esporádica, y cuya duración es siempre relativamente corta. De allí que no afecte gravemente la salud de la persona.
Stress crónico: es aquel que se da por periodos muy prolongados, y que puede llegar a causar serios problemas de salud. Puede extenderse durante semanas o meses. Está relacionado con trastornos de ansiedad.
Estos problemas son parte de nuestro PRESENTE y por lo tanto es nuestro deber el conocer sus diferentes aristas, causas y consecuencias para luchar contra estos efectos perniciosos en nuestra salud, estado mental, anímico y físico. Debemos aprender y aceptar que no todo lo que pensamos o deseamos se puede volver realidad, que hay situaciones en las que simplemente deberemos aceptar y conformarnos con lo que sucede; actuar con resiliencia y adaptabilidad dirían los sociólogos y pedagogos modernos, lo que en términos sencillos significa simplemente aceptar la realidad y adaptarnos a ella.
LA ANSIEDAD:
La ansiedad es una emoción que todo el mundo ha experimentado en algún momento y que ayuda al organismo a prepararse para hacer alguna cosa importante. La ansiedad produce una reacción psicofisiológica de activación intensa del sistema nervioso central y de todo el organismo. Aparece cuando se ha de actuar en una situación que demanda un esfuerzo intenso o sostenido y sirve para activar y hacer frente a una amenaza o peligro que está ocurriendo en el presente o que puede pasar en el futuro.
Por lo tanto, la ansiedad provoca cambios en diferentes sistemas del cuerpo (activándolos) que nos preparan para actuar y ayudan a responder de manera rápida. La ansiedad es una reacción normal y saludable en la mayoría de los casos. Por ejemplo, cuando uno afronta una entrevista de trabajo o un examen puede resultar útil porque pone en estado de“alerta”.
Se pueden notar algunas sensaciones físicas como que el corazón va más rápido o tener la boca seca, que disminuyen a lo largo de la entrevista o del examen. Incluso, antes de la entrevista o del examen se pueden notar estas sensaciones y tener algunos pensamientos como que el entrevistador puede ser muy duro o que las preguntas son muy difíciles.
Es necesario tener en cuenta que la ansiedad es una emoción normal y es un aspecto importante para aquellos que la tienen, ya que el objetivo no puede ser eliminarla, sino aprender a tolerarla y gestionarla. Esta sensación es pues un trastorno de FUTURO de algo que aún no pasó, pero para la que debemos prepararnos y en lugar de significar un problema debiéramos aceptarlo como el desafío para el que debemos prepararnos y afrontarlo con éxito el momento que éste llegue.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar un miedo o ansiedad intensa y/o una preocupación excesiva. Estos trastornos generan un importante malestar y afectan al funcionamiento habitual de la persona, tenga la edad que tenga, (ya sea de cara a la relación con la familia o amistades, o en el rendimiento en el colegio o en el trabajo). En función de cuál sea el foco principal del miedo y/o la preocupación se habla de un trastorno u otro.
Trastorno de ansiedad por separación. En este tipo de trastorno el menor tiene un miedo intenso de separarse de las personas que le cuidan por temor a que les pase algo y no las vuelva a ver. Por ejemplo, cuando un menor se pone nervioso cada vez que su madre se va de casa, aunque se quede con el padre. Se pone a llorar y a chillar y dice que a la madre le puede pasar alguna cosa mala por la calle o tener un accidente. Aun así, acepta ir al colegio, pero tienen que sacarlo del comedor escolar, y los padres deben ser muy puntuales cuando lo van a recoger a la salida.
Fobia específica. Cuando una persona tiene un miedo intenso a un objeto o situación (inyecciones, avión, alturas, insectos, etc.). Si la persona tiene miedo intenso a situaciones sociales (mantener una conversación, ser observado o actuar ante otras personas, etc.) se le llama trastorno de ansiedad (o fobia social). Un ejemplo de fobia específica sería, por ejemplo, cuando a una persona le dan miedo las alturas, se pone muy nerviosa, tiembla y nota como si se mareara. Un caso de trastorno de ansiedad social sería cuando una persona se siente muy nerviosa cuando habla con otras personas. Tiene miedo de hacer alguna cosa que le deje en ridículo y que los otros piensen cosas negativas sobre ella. En estas situaciones la persona suele ponerse roja y al darse cuenta de esto se siente peor aun.
Trastorno de pánico. El ataque de pánico se define como un episodio de ansiedad repentino e intenso que se acompaña de sensaciones físicas desagradables (palpitaciones, sensación de ahogo, mareos) y de pensamientos que suelen ser catastróficos (miedo a perder el control o a morirse, entre otros). Con frecuencia, el trastorno de pánico se da de manera conjunta con la agorafobia. Sería el caso de una persona que nota malestar y ansiedad en situaciones en las que piensa que se puede llegar a desmayar, cuando va en el autobús, en calles céntricas, con mucha gente lo que le obliga a no coger el transporte público y a necesitar ir siempre acompañada.
Agorafobia. La persona tiene de forma habitual miedo a sentir sensaciones de ansiedad (de que el corazón le vaya rápido o de sudar mucho) cuando está en algunas situaciones, por si no puede marcharse o pedir ayuda si lo necesita. A consecuencia de esto, la persona suele evitar estas situaciones como coger el transporte público, ir a un concierto o a un restaurante.
Sería el caso, por ejemplo, de una persona que nota mucho malestar y ansiedad porque piensa que se puede llegar a desmayar cuando sube en el autobús lo que le obliga a bajarse antes de llegar a la parada. Al final opta por no coger el transporte público. Tiene una sensación similar cuando se va de compras o por la ciudad donde hay multitud de gente.
Trastorno de ansiedad generalizado. Cuando una persona se preocupa todo el tiempo por diversas cosas del día a día (por ejemplo, por el colegio, el trabajo o por la salud de sus hijos), hasta el punto de que estas preocupaciones afectan al sueño, la capacidad de concentración o la persona se siente muy tensa o fatigada. Sería el caso de una persona que siempre ha sido muy sufridora, que desde pequeña se ha mostrado preocupada por si sus padres iban bien de dinero o si se morirían. Y que desde ha comenzado a estudiar en niveles superiores las preocupaciones han ido a más. Sobre todo se preocupa por si podrá aprobar y pasar de curso y, también, por si los amigos lo dejarán de lado cuando les dice algo inconveniente. Todo esto hace que le cueste dormir y esté en una constante tensión. También tiene días en los que le duele la cabeza y tiene dolores de barriga.
Una misma persona puede tener varios trastornos de ansiedad al mismo tiempo y no es extraño que tenga otros trastornos del ámbito de la salud mental (como la depresión, o problemas con el abuso de algunas sustancias como el alcohol).
En resumen los trastornos existen y forman parte de nuestro existir en las tres etapas del ayer, el hoy y el mañana; de nosotros, de la profundidad de nuestro razonamiento y la calidad de nuestros pensamientos, saldrán las actitudes que nos distinguirán en la sociedad como simples victimas de ellos o de racionales seres pensantes dotados de la capacidad de entenderlos, combatirlos, olvidarlos y/o aceptarlos.
SAFO