Una partícula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y una de oxígeno, ya ha nacido el agua , esta partícula inicial la llamaré: Pádevi, que conoce a otras recién nacidas o ya existentes, se identifican y perciben que casi son iguales, forman un grupo y transitan la atmósfera terrestre impulsadas por el viento, aparentemente sin rumbo.
En el decorrer de su tránsito encuentran otros grupos de agua a los cuales, luego de medir fuerzas se unen y así sucesivamente van conformando grupos cada vez mayores en magnitud, denominado por el ser humano, nube.
Por leyes naturales, estos grupos dispersos, en algún momento y lugar se enfrentan provocando estrepitosos truenos y relámpagos anunciando una batalla, que desde la tierra entendemos como anuncio de tormenta de lluvia, a veces bienvenida y en otras ocasiones catastróficas, que denominamos: fenómeno natural al cual ya estamos acostumbrados, pero no siempre comprendida en su mensaje.
La batalla ha concluido, los combatientes se precipitan a tierra en torrentes o rocíos de lluvia, entre los cuales, en algún lugar se halla nuestro personaje y casualmente aterriza en la cima más alta del planeta.
Desde lo alto contempla la esplendorosa naturaleza y decide explorarla, mira su entorno y junto a otros compañeros se desliza en un torrente de agua, precipitándose cuesta abajo creando o descubriendo caminos ya trazados, por los cuales halla obstáculos de toda índole, desde los
fáciles de salvar hasta en los cuales necesita la cooperación y solidaridad de los que lo acompañan, en una aventura que parece no tener meta.
La “caída” parece cada vez más tenue, más apacible, lo que le permite conocer otros estados de vivencia, desde contemplar y disfrutar de naturaleza diversa, hasta enfrentarse con peligrosas situaciones de enfrentarse con rocas sintiendo golpes muy duros o ser devorado por animales sedientos o desplomes poderosos que posteriormente se entera que fue una cascada.
No hay tregua, no hay descanso, el viaje continua por valles y llanos donde continúan los momentos apacibles y surgen los instantes de terror a ser devorado por plantas acuáticas y diversas especies de seres acuáticos que los halla en ríos cada vez más caudalosos, donde la compañía se hace imprescindible para afrontar los peligros siguientes o disfrutar de
los encantos misteriosos a devenir. Nunca se ocupó ni tuvo la oportunidad de hacer un cálculo del tiempo transcurrido, no había necesidad, los acontecimientos acaecidos no le permitieron siquiera en el tiempo, estaba viviendo y sin percatarse, también aportando: …Vida.
El camino era tortuoso, no había descanso, estar atento había sido lo que aprendió en su recorrido, las sorpresas podían estar a la siguiente curva. Si bien no fue tan traumante, de pronto se vio inmerso en un vasto y profundo espacio colmado de elementos parecidos a él, se sentía un tanto solitario, muchos de sus amigos habían perecido o tomado otro rumbo. ¿Qué hacer? Reconocer en ambiente, indagar conversar los que se parecían para hacer amistad con los que compartían sus experiencias, escuchar atentamente a los demás, comparar los relatos con su experiencia y sus metas, crear nuevas amistades, conformar grupos, compartir las suyas y principalmente valorar la experiencia de los otros, con humildad y tolerancia. Todo aquello le permitió conocer las olas del mar como medio de transporte que le dieron la ocasión visitar, playas, estar cerca de barcos de variada envergadura, ver aviones. No exento de nuevos peligros, soportando frio, lluvia y sol candente, y seguir adquiriendo conocimientos.
Un amanecer apareció casi en el centro mismo del océano, sobre una superficie muy calma, cuando de pronto, por influjo del sol candente sintió elevarse, hasta algún lugar de la atmósfera. Había cumplido un ciclo de vida. ¿Retornará?, ¿Trascenderá a otro plano? Otro ser ha nacido, tiene otras características, sus componentes son diversos, más complejos,
son miles de millones de moléculas que se entrelazan comunicándose sus virtudes, se hacen dependientes una de otra para formar una estructura de formas y acciones que lo identifican como un ser humano, que luego de experimentar similares situaciones que nuestro conocido Pádevi, debe desenvolverse junto a seres de su misma especie, para, si desea, compartir conocimientos, aspiraciones, ilusiones y escuchar las de los otros.
Desde tiempos ancestrales, el ser humano ha vivido comunitariamente, desde clanes hasta lo que hoy son naciones o estados, por tanto decide compartir sus conocimientos y escuchar los de otros allegados a su sociedad. Así se inicia a practicar la Tolerancia, una de las virtudes, que
en la civilización occidental se la conceptúa como virtud cardinal, como una expresión de respeto y consideración hacia las opiniones o prácticas ajenas, halladas en el respeto muto, que no rebase las ideas y acciones de decencia.
Ser tolerante debe ser el escuchar con respeto, integridad, concentradamente el pensamiento del prójimo, de tal manera que la escucha se pueda albergar en la alocución y ser parte de ella, para poder
aceptar o rechazar los conceptos vertidos sin que provoque ofensa o resentimiento alguno, vale decir escuchar en un elevado grado de conciencia para que el final sea de beneficio mutuo y enriquecedor para el alma.
Lo contrario sería simplemente un acto de egoísmo para sí mismo, que en términos profanos se llama hipocresía. En mi próxima escucha, me propongo ser tolerante en consciencia, pues mis conocimientos así
me lo dictan y lo recibo con humildad.