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Silencio en Logia

Que reconfortante es terminar el día después de haber efectuado una tarea que va en beneficio de todos y a la superación de uno mismo. Esta es la satisfacción que expreso ahora luego de haber labrado este texto que deseo sea una luz para todos los hermanos, que en la incesante búsqueda de la verdad puedan distinguir los valores del hombre que practica con esfuerzos y dedicación una vida justa y dedicada a sus semejantes, dando el ejemplo de su buen comportamiento aplicando el lema de los sabios: «EN EL SILENCIO DE TUS OBRAS TE ENCONTRARAS A TI

MISMO». Según la definición del Diccionario Enciclopédico de la Masonería, SILENCIO es la «privación voluntaria de hablar, el silencio y la compostura que deben imperar siempre en todos los actos y reuniones masónicas, deben observarlo escrupulosamente los Francmasones en todo tiempo, ya sea en el seno de las logias, ya sea en el medio de la sociedad profana».

Todos los escritores masónicos lo recomiendan como necesario al orden y seriedad a que se debe la enorme diferencia que existe entre las reuniones masónicas y las profanas. El SILENCIO así practicado se eleva al rango de virtud, gracias a la cual, se corrigen muchos defectos por lo mismo que se aprende a ser prudente e indulgente con las faltas que se observan. Por esto la Francmasonería lo simboliza por la trulla o paleta que es la joya del primer diácono en nuestro rito y que es una alegoría del amor fraternal que debe reinar entre los HH:. y con la cual debemos extender en silencio una capa sobre los defectos de nuestros semejantes, así como lo hace el Masón vulgar (operativo) para cubrir los defectos de un edificio.

Según la misma fuente, en algunos rituales se denomina «SILENCIO Y ADMIRACION, al acto de levantar las manos y la mirada al cielo…». Para entender este mensaje que depara la columna del SILENCIO debemos pensar en el sendero difícil que debe atravesar todo aprendiz masón para su perfeccionamiento individual, un largo camino que lo recorremos sólo usando el cerebro y empeñando todo el corazón iluminado por el Gran Arquitecto del Universo.

Al momento en que el V:.M:. dice «SILENCIO EN LOGIA hermanos míos», nos induce a pensar que para la realización de los trabajos requieren el máximo de concentración de todos los circundantes, cosa que el magnetismo fluya en forma positiva y el resultado de la tenida sea provechosa para todos y cada uno de los miembros que conformamos la logia. Silencio en logia quiere decir guardar la debida compostura dando cabida a que aflore lo mejor de nosotros mediante la comunicación espiritual, ya que solo en silencio podemos escuchar la voz de nuestra conciencia y de esta manera ver con los ojos del alma las imperfecciones humanas empezando por la nuestra y por la historia de nuestras contradicciones, donde podemos ver que el hombre ama hasta la abnegación y odia hasta el fratricidio; crea la sublimidad y destruye hasta el vandalismo; asciende hasta las cumbres del genio y se recrea en las penumbras de la imbecilidad. De esto y de lo mucho que es capaz el hombre, a quien, sin embargo, Dios, el Gran Arquitecto del universo ha conferido la razón o el libre albedrío, que es la facultad de distinguir el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo sublime de lo despreciable y la facultad de callar hasta la complicidad o el valor y la valentía, representadas en masonería por los mosaicos blanco y negro.

Es en el desarrollo de esa maravillosa facultad como el hombre encontrará la senda que perfeccionará sus cualidades y lo conducirá al encuentro de su destino trascendente. Creo oportuno citar el pensamiento de Longfellow, quien captó la naturaleza vital de esta forma de orara, cuando dijo : «Tratemos entonces de laborar una quietud interna y una cura interna; ese silencio perfecto donde los labios y el corazón están quietos, y no entretengamos más nuestros pensamientos y vanas opiniones, que Dios sólo hable en nosotros y en unidad de corazones esperamos que podamos conocer su voluntad y en el silencio de nuestro espíritu hagamos su voluntad y hagamos solamente eso.»

Como aprendices debemos saber que nuestra columna blanca es también denominada columna del silencio, justamente por que en el silencio reinante se captan mejor las sabias enseñanzas que se imparten en el templo, en silencio se contemplan y analizan mejor los diferentes símbolos que adornan tanto el cielo como el piso del templo, así como las paredes y las columnas que sostienen la estructura misma del templo.

Para obtener nuevos conocimientos, el H:. tiene que abandonar sus ideas primitivas, ninguna mente es capaz de recibir instrucciones de fuente alguna cuando está preocupado con otras ideas, nótese cuán importante es practicar el silencio alguna vez en nuestras vidas. El propósito fundamental de practicar el silencio es establecer un medio de comunicación consciente entre Dios y el hombre, literalmente es buscar primero «su reino y su justicia».

Al adentrarnos en el silencio debemos tener en cuenta que estamos yendo a la presencia Divina, donde debemos ir en actitud espectante sabiendo lo que vamos a recibir y por lo tanto debemos ponernos en actitud receptiva, «tonto es el que va a una fuente por un cubo de agua y que no lleva el cubo donde ha de recibir el agua». De igual modo, la persona que vaya hacia la presencia de Dios debe estar tan vacío del todo, cosa de poder recibir a plena medida todos los elementos de esa presencia Divina.

El silencio Hermanos míos, no es negativo o un estado inerte de la mente, muchos no creyendo esto, han permitido que sus mentes estén inertes y a través de este falso concepto del silencio han disminuido su habilidad ejecutiva a muy pequeño grado. Estas personas cuando pretenden practicar el silencio, con frecuencia se quedan dormidos.

Antes de entrar en el silencio bueno es tener en cuenta el hecho de que se está acercando a una presencia divina, que se está entrando en la presencia de todo el poder, sabiduría, amor y el esplendor; en suma, la verdadera luz. A menudo en la práctica del silencio se ve que muchas personas tienen momentos cuando parecen alcanzar la presencia de la luz, pero por alguna razón que no pueden explicar, son incapaces de retener su realización ya sea por mucha energía mental o por las tensiones físicas.

Este estado de la mente y del cuerpo, con frecuencia es causa directa de emociones externas, estas condiciones adversas por lo general se vencen con todo éxito cultivando una calma en nuestra mente y relajando la condición de nuestro cuerpo, a este respecto las sagradas escrituras dicen: «Guardarás en perfecta paz al alma que se apoya en ti». Esta verdad esta en el individuo cuya mente y cuyo cuerpo están preocupados con algún sentimiento de tensión o de tirantez mental. A la sazón viene este pensamiento: «Al cuidado de Dios entrego todas mis ideas, todos los asuntos de mi vida y todas las personas de quienes me preocupo o quienes se preocupan de mí, «Descanso en mis labores, cosa de poder hacer las obras de El que me envió aquí.», poniendo en práctica la división de la vara de 24 pulgadas; luego de una pausa, se experimentará una verdadera paz y tranquilidad, ya que la verdadera función tanto de la mente como del cuerpo es servir al espíritu.

¿Cuánto tiempo debe uno mantenerse en SILENCIO?… vano sería contestar esta pregunta como lo sería preguntarle a una persona cuánto tiempo debe tomarse para comer; sin embargo es recomendable emplear al principio períodos cortos, ya que científicamente está comprobado que la concentración y la atención, consecuencias del SILENCIO, no deben exceder de 45 minutos, pasados los cuales viene la fatiga mental y física, por lo tanto no es recomendable que el período del silencio continúe demasiado largo. El silencio es para el alma y la mente, lo que el alimento es para el cuerpo, lo que se gana en el silencio debe ser convertido en acción.

El silencio es fuente de toda inspiración, de la afloración de todo lo bello que tiene el espíritu, es un medio para descubrir la verdadera belleza de la naturaleza que nos rodea, belleza que, con todo el mundano bullicio, no es imposible percatarnos de su presencia.

El silencio es una abertura definida de la mente a las revelaciones del espíritu de Dios, así como también al canto de trovadores profanos como el que dice:

«ATENCIÓN PIDO AL SILENCIO Y SILENCIO A LA ATENCIÓN, QUE VOY EN ESTA OCASIÓN, SI ME AYUDA LA MEMORIA, A MOSTRARLES QUE A MI HISTORIA LE FALTABA LO MEJOR».

Por: Gustavo Espinatto Roca

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