SABER, QUERER, OSAR Y CALLAR
Agradezco, a nuestro Muy Poderoso Maestro por haber confiado en mi persona el presente trabajo, en estos tiempos difíciles de expiación personal, donde la sociedad se reduce nuevamente a la célula familiar, la historia narrará esta cuarentena como la pandemia de inicios de siglo, pero nosotros la tendremos vívida todos los días de nuestra existencia. En momentos como el descrito, el introducirme a la investigación de un tema tan apasionante como el que presento el día de hoy, logro transportarme en tiempo, espacio y materia ya que conocimientos tan perfectos y milenarios cuya esencia con el pasar de los años en vez de haber sido disminuida ha cobrado fuerza y certidumbre frente a todos los aspectos básicos de la vida, condujo mi impuesta búsqueda de la verdad a nuevos caminos para explorar y grandes incógnitas que resolver.
Al prescindir de la biblioteca personal, debido al forzoso aislamiento, a cuya ayuda acudo en menos exceso del que quisiera, me vi en la obligación de recabar nuevos volúmenes digitales y apoyarme en trabajos adelantados por espigas de trigo.
Entrando en la materia que el titulo describe, quiero a modo de introducción hacer notar que estas cuatro palabras tienen 20 diferentes combinaciones de pares como por ejemplo: querer-saber, saber-querer, osar-callar, osar-osar, etc. Y si conjugamos los 4 antiguos axiomas serán 5.040 valiosas enseñanzas, las cuales barren una serie de acciones reflexivas del diario vivir, pensar, sentir y existir. También en este trabajo se pretende realizar ciertas analogías como los cuatro elementos conocidos como fundamento de vida.
El suelo o tierra que pisamos está compuesto únicamente de cuatro minerales (grava, arcilla, arena y agua, adicionalmente puede presentar aire y materia organica, pero lo destacable es que a mayor o menor presencia de cada uno de ellos estaremos hablando de un suelo único y totalmente diferente, es así que el cultivo en mayor o menor grado de uno de estos 4 elementos nos hará definitivamente una persona diferente y única.
A través de un paseo por el poder de los magos quienes aparentemente manejaron los nombres de los cuatro elementos como un acróstico, con la finalidad de explicar la función del alma Saber, el deber de la personalidad Osar, la prerrogativa del espíritu Querer y la energía creadora Callar, hasta la Kabbalah hebrea con sus verbos cabalísticos del tetragrama: Nar, Traba, Hasui y Ma; Saber, Querer, Osar y Callar respectivamente, quienes consideraban que los cuatro animales sagrados son una representación del micro y macrocosmos; igualmente, esta enseñanza se reproduce jeroglíficamente en la esfinge de Guiza ya que la cabeza humana representa al Saber, las garras de león el Osar, el cuerpo de toro el Querer y las alas de águila el Callar.
De esa manera Llegamos a la sutil pero eficaz interpretación de la masonería, inscrita en nuestro catecismo de grado 24, donde al ser retejados se nos explica de la siguiente manera: el Saber es la inteligencia que se representa con una lámpara que portara el iniciado en su ceremonia para alumbrar su camino, el Osar signo de capacidad junto con el Querer que es la representación de la voluntad férrea que debe ser característica y divisa de todo masón está presente a través del bastón emblema de su fuerza y audacia que portara el Príncipe del Tabernáculo, así como también el manto que lo cubre en digna exaltación de la discreción y su energía creadora que representa el Callar.
Las 12 tribus de Israel, llevan en sus emblemas una característica de los atributos de la conducta humana, desde el estudio de la astrología hasta los cuatro elementos motivo de nuestro estudio, es así que la tribu de Efraín hijo de Jose lleva en su estandarte la figura del toro que simboliza la tierra y es también conocido por todos nosotros que la tribu de Judá, lleva el León que simboliza el fuego, tribu de la que descendieron los reyes David y Salomón, íntimamente emparentados con los príncipes del tabernáculo.
Podríamos seguir a lo largo de todo el trabajo haciendo homónimas de los significados de estas tan grandes palabras, desde puntos de vista esotéricos y exotéricos y encontraremos similitud y total sincronía entre todos ya que hablamos del misterio de la vida misma, no del origen sino del vivir, y cual la relación de todas ellas.
Antes de adelantarnos a una conclusión veamos por separado el significado de cada una de estas cuatro palabras SABER, QUERER, OSAR Y CALLAR, para entender desde el punto de vista de nuestra orden el secreto de esta tétrada sagrada:
SABER al respecto, la inteligencia es la que permite que exista una certeza, ya que la casualidad y la suerte pertenecen a un mundo de ilusión, es esta misma inteligencia individual o colectiva es la que nos indica el camino que debemos recorrer, desafiando al determinismo con el bien ganado libre albedrío, tomo la siguiente afirmación de un trabajo de un autor anónimo: Es la inteligencia la que le permite reconocer y procesar la luz que le fue conferida el día de su iniciación. Haciendo notar que el Saber es la divisa del Aprendiz.
QUERER es la voluntad de pertenecer y estar dispuesto a continuar el camino trazado, significa la persistencia en el ideal, ya que ha demostrado que su paso por el aprendizaje marcaron el destino de su piedra bruta y continuará hasta darle la forma que más se asemeje a la verdad que ha concebido dentro de él es así que este Compañero trabajara sin descanso por lo que quiere.
OSAR, será el tercer escalón que deberá lograr, el valor que requiere esta acción es incalculable ya que a esta altura de su vida a descubierto el largo y difícil pero gratificante camino a la búsqueda de la verdad, se cuestionara todo lo que hasta hoy lo tenía por cierto, alcanzara la Maestría y por lo tanto necesitara la capacidad de poder no solo ocuparse de él sino deberá estar presto a brindar una enseñanza o una ayuda a quien lo requiera, pero este no será un tiempo de sufrimiento, por el contrario es el mejor momento de su vida ya que ante los derroteros sabrá que seguirá adelante no por qué debe hacerlo sino porque quiere y osara hacerlo.
CALLAR es lo más difícil y lo que aprenderá desde el inicio, a ser prudente y discreto ya que como la palabra sagrada, es dicha al oído y de forma gradual, así será el poder creativo que desarrollará dentro de él mismo, la creación suprema será su propio ser, universo de emociones, pensamientos, conocimientos y sentimientos, que harán de ese masón un eslabón de cambio en nuestra familia, en nuestra sociedad, en nuestro oriente y por ende en la humanidad, lograra de esa manera ordenada y sistémica alcanzar el fin último de la masonería universal Libertad, Igualdad y Fraternidad.
En este punto pensamos que podríamos concluir, pero nos dimos cuenta que al igual que en nuestra iniciación solo vimos la punta del iceberg, otra vez sentimos la misma emoción de estar en el punto de inicio, descubrimos que todo lo realizado hasta ahora solo nos pone en el camino correcto y desde aquí vemos hasta donde llegaremos.
La tétrada sagrada, nos puede fácilmente indicar que todo se creó a partir de ella ya que los cuatro elementos: Aire, Fuego, Tierra y Agua son justamente el Saber, Querer, Osar y Callar, todo en este mundo material se compone de los cuatro elementos, pero es el dominio de ellos lo que lograra en nuestros seres la transmutación del poder creador, ya que en la alegoría el águila transmuta en escorpión, el signo del agua, tan descrito por todas las corrientes mencionadas en el presente trabajo.
No fue nunca la intención en esta balaustrada la de llegar a un puerto astrológico, pero considerando que las grandes constelaciones de Acuario, Leo, Tauro y Escorpio, tan bien representadas en la esfinge de Guiza y descritas a lo largo de todas las corrientes de diferentes pensamientos y escuelas hace que solo pueda en este punto formular una pregunta.
Sera que lo que tanto buscamos está en el macrocosmos y por ende dentro de nosotros mismos?
Ismael H. Camacho C. 24°
Camp:. Cochabamba VII de Mayo de 2020 e:. v:.
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