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PROCRASTINAR

Pienso luego existo….

PROCRASTINAR 

SAFO 

Posiblemente los apreciados lectores hayan leído o escuchado ese término sin entender exactamente que se quiere decir con él, y tampoco se trata de una invención nueva incorporada a nuestro diccionario, sino simplemente se trata de un vocablo antiguo proveniente del latín y que está adquiriendo nuevo protagonismo en función a las actitudes de las personas. ¿Qué es Procrastinar? Procrastinar significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. Procrastinar también es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar. Por este motivo, la procrastinación llega a asociarse con un trastorno del comportamiento en el cual el sujeto relaciona en su mente aquello que debe hacer con dolor, cambio, incomodidad o estrés. Podemos citar como sinónimos de procrastinar a los términos: diferir, aplazar, postergar o posponer. 

¿Por qué lo hacemos? Normalmente las razones para la postergación pueden ser simples, ya sea que no quieres hacer el trabajo en cuestión o la persona se distrae constantemente al hacerlo; pero a veces la cuestión puede ser más compleja, quizás se tiene miedo de fallar o la persona se sienta “bloqueada”, sin darse cuenta que es lo que lo está frenando o retrasando en el desempeño de sus tareas. 

Citaremos algunas de las posibles causas que pueden provocar esta actitud, en la esperanza de que los que se sientan afectados por ello, encuentren una razonable y pronta solución. Una de las razones por las que tendemos a rechazar las cosas es porque nuestra percepción del tiempo es incorrecta y esto influye directamente en nuestra productividad. Si la fecha límite para hacer algo en el trabajo está muy lejos, es posible que rechacemos la tarea, pero si la fecha es más cercana lo más probable es que invirtamos nuestro esfuerzo en llevarla a cabo. Del mismo modo, si se le asigna una tarea en un mes, requerirá más atención que una tarea en otros tres. ¿Cómo resolver esto? El truco consiste en establecer límites personales más pequeñas que cumplir, asignarte tareas semanales o mensuales hacia la meta final, para así poder terminar el trabajo gradualmente y sin presiones que nos originen los famosos “bloqueos”. Este sentimiento de “bloqueo”, de que no puedes pensar con claridad debido a una carga de tareas y que no puedes organizarte adecuadamente para completarlas, es una de las razones para la postergación. 

Al realizar múltiples tareas no puedes administrar tus pensamientos y, como resultado, no los resolverás. Por lo tanto, todo lo que tienes que hacer es aprovechar tu pensamiento creativo para encontrar formas especiales de resolver esas tareas, incluso si eso significa hacer una tarea a la vez. Otra de las razones más comunes para la postergación es el miedo al fracaso. La mayoría de nosotros tenemos miedo de fallar, y este miedo cierto o falso de respaldo puede paralizarnos o desgastarnos. El impulso natural es culparnos a nosotros mismos, pero si podemos cambiar esta forma de pensar, nos demostraremos que solo mediante el fracaso podremos aprender y mejorar en el futuro. 

La capacidad de reconocer nuestras posibilidades de fracaso indica que somos capaces de admitir nuestros defectos que podrían llevarnos allí. De hecho, no hay muchas personas que puedan hacer esto, pero esta es la primera forma de resolver el problema. En otras palabras para vencer tu miedo al fracaso, debes reformar tu percepción de los fracasos, es decir, aprender a comprender que la vida continúa y que todavía hay tiempo para mejorar a pesar de, e incluso a causa, de tus fracasos. En lugar de sentir que es el fin del mundo, comienza a pensar en los primeros pasos que deben tomarse después de cada fallo y vuelve a ponerte de pie. Sorprendentemente y hasta paradójicamente, el miedo al éxito puede ser otro factor de la dilación. El éxito significa aceptar responsabilidades adicionales, expectativas más altas y posiciones mucho más complejas en el futuro. Y como no todos nos sentimos preparados para esos nuevos niveles de responsabilidad, es que optamos por demorar la finalización de las tareas que son de gran importancia. Aquí también la solución es cambiar tu forma de pensar y ver las cosas. No se debe tener miedo del trabajo duro, porque solo a través de él podrás sentir una gran confianza en ti mismo, que te ayudará a funcionar en el futuro mucho mejor si tienes éxito en tus tareas actuales. Otra razón para la dilación es el temor a cometer errores y no poder lograr un nivel perfecto de desempeño, el cual puede ser tan difícil como el miedo al fracaso. Por lo tanto debemos aprender a ser un poco más indulgentes con nosotros mismos y darnos espacio para los errores y el tiempo para hacerlo. Todo lo que se tiene que hacer para lidiar con el perfeccionismo es tener suficiente espacio para las piernas antes de la fecha límite para revisar tu trabajo y hacer las correcciones y cambios necesarios, pues el solo hecho de saber que tienes un tiempo programado para las reparaciones y una revisión puede ayudarte a comenzar de una vez, tus diversas tareas. Y recuerda que débil no es el que cae, sino el que no se levanta. 

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