El Respetable Hermano Don Zoilo Flores Aponte nació en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra el 27 de junio de 1837.
Hombre de sólidos principios morales, demostró en todo momento la rectitud de sus actos, destacándose en el mundo profano como abogado, periodista, escritor y diplomático.
Ejerciendo la representación diplomática en el Perú durante la Guerra del Pacífico, cayó prisionero de las fuerzas chilenas que invadieron la capital peruana, siendo trasladado al sur de Chile (Angol), donde permaneció cautivo hasta el año 1882 en que volvió a esta tierra que lo vio nacer, en medio de una gran pobreza, ya que toda la fortuna que había logrado constituir en base a sacrificado trabajo, fue entregada por él al servicio de la nación, en un acto de demostración de su grandeza de alma, desprendimiento y amor profundo a su amada patria Bolivia.
A su regreso al país fundó el Periódico “El Imparcial” que marcó época como vanguardia de la defensa de los derechos humanos y desde donde se destacó como luchador infatigable constituyendo a su periódico en una bandera de combate que flameó en los días en que la República comenzaba una nueva existencia dentro de ese largo paréntesis abierto por la Convención de 1880.
Habiendo sido iniciado masón en la Logia “Constancia y Concordia” Nº 11 del valle de Tacna, Perú, fue exaltado al sublime grado de Maestro Masón en fecha 5 de marzo de 1870.
A partir de entonces su labor masónica fue luminosa, organizando las Logias “Obreros del Porvenir” Nº 16; “Iris de Paz” Nº 19 y “Estrella del Oriente” Nº 26 del Valle de La Paz; “Trabajo y Honradez” Nº 17 del Valle de Sucre y “Orden y Libertad” Nº 18 del Valle de Oruro; y luchando enconadamente contra la orden jesuítica que contaba con enorme influencia y que tenía controladas casi todas las conciencias dentro de la sociedad del primer siglo de la República, mojigata y llena de prejuicios.
La comunidad religiosa lo tildaba como ateo flagelador de las creencias cristianas, pero con una voluntad férrea y contra todas las insidias en su
contra, levantó en Bolivia las columnas de la Masonería Universal apoyado por la labor de destacados masones de la época.
La existencia del ilustre patricio Don Zoilo Flores Aporte, se caracterizó por la consagración de su vida al servicio de los grandes ideales, la lucha por la justicia y el derecho, sufriendo como consecuencia de ello amargos momentos de destierro y cárcel lo que en su momento lo llevó a decir: “mi vida tiene sus variantes, cuando no estoy desterrado, estoy preso y cuando no estoy preso, estoy perseguido… es que los tiranos no consienten que se les enrostre sus errores y tratan a todo trance de enmudecer a los que decimos la verdad…”
El 16 de octubre de 1916 en la ciudad de Santiago de Chile, su espíritu selecto partió a la morada del Gran Arquitecto Del Universo dejando rota la cadena masónica, pero si bien su forma física se ha desvanecido, nos queda su memoria unida al ejemplo de una vida dedicada al servicio de la masonería y la sociedad.