- Maestro, ¿Quien es el peregrino?
- Todo aquel que de pasos en la búsqueda.
- ¿En la búsqueda de qué?
- Eso lo sabe el que busca.
- Y una vez que encuentra lo que busca, ¿se termina todo?
- Aparecen nuevas preguntas, puertas y búsquedas. Y el que encontró lo que se hallaba perdido, (recordó lo olvidado), puede eligir ser un protector de otros que aún están en la búsqueda.
- ¿O sea que uno puede ser peregrino y protector a la vez?
- Esa dualidad ha acompañado al ser humano desde que es humano. Uno es piedra y picapedrero a vez. Uno es obra y artista. Uno es peregrino y destino. Uno está perdido hasta que se encuentra. Uno es olvido y respuesta. Uno es soldado y uno es la propia guerra. Uno es protector y protegido.
- Pero en ese proceso uno puede ayudar a otros.
- Por supuesto, el llevar una antorcha para iluminar tu camino genera un vórtice de luz para todo aquel que las necesite. Nadie puede dar algo que no tenga.
- ¿Somos antorcha y el que la porta a la vez?
- Vas entendiendo joven aprendiz…