La concepción del tiempo permanece como un misterio a develar que nos permita vislumbrar su rol en la creación, así como el espacio, seguirán en la gran incógnita de lo grandioso del universo. La sucesión de descubrimientos astronómicos para comprender lo que posteriormente lo clasificaremos tiempo, interpretó la claridad y la oscuridad, que es efecto de visualización de la estrella Sol como luz o día y del satélite Luna como noche. Con la inventiva de alguna herramienta que le permitió diferenciar estos fenómenos astrales, sucesivamente el saber la rotación del planeta tierra sobre su propio eje y movimiento referido al sol denominamos día a esta secuencia. Luego del descubrimiento de nuestro planeta la traslación en su órbita solar y el estudio de las manifestaciones atmosféricas (estaciones), comprendiendo la repetición periódica de estas, llegamos a datar el año de acuerdo a la propia cosmovisión de cada cultura, creando su propio calendario con la finalidad primaria de registrar sus actividades, permitiéndole acceder a la inscripción de hechos que hoy llamamos historia, lo que a su vez sugiere la percepción:
pasado, presente y futuro.
Para la humanidad, la invención de un calendario facilita la datación de hechos y acciones personales, de grupo, comunitarios, nacionales y mundiales, los cuales a su vez nos muestran la posibilidad de conocer acontecimientos ocurridos antes de hoy y planificar lo que deseamos para los siguientes días o años, a lo que denominamos futuro.
Ciertamente, este modo de ―manejar el tiempo” permite a la humanidad planificar lo que se propone realizar hoy y mañana llevando consigo las experiencias de ayer, a fin de que sus objetivos logren mejor beneficio a los inicialmente propuestos, pues las experiencias y conocimientos acumulados generosamente establecidas, puedan beneficiar a todas las partes componentes del proyecto, en mayor o menor incidencia.
Las expresiones de ayer, hoy y mañana, podríamos catalogarlos como ―sinónimos‖ de pasado, presente y futuro que, reitero, son utilizados por la humanidad para percibir subjetivamente el tiempo. Conceptos estos, válidos y aceptados “naturalmente” y/o acordados convencionalmente.
¿Cómo podemos seccionar el tiempo si este es uno solo en el espacio?. Abarca desde el principio del infinito, o antes y se proyecta hasta el final del mismo o más allá, es una secuencia imposible de ―separar las manifestaciones del pasado, conceptualizadas en el presente y vislumbrarlas al futuro, cuando no sabemos ni comprendemos cuanto tiempo es pasado, presente y futuro: ¿un milenio, un siglo, una década, un año, un día, una hora, un minuto, un segundo o una millonésima de segundo?, cuando en la percepción de los hechos el pasado presente futuro, es “unidad”.
Las trascendentales manifestaciones humanas que van más alá de la materia, expresadas a través de instituciones religiosas, iniciáticas y espirituales en general, nos manifiestan aquella unidad desde tiempos inmemoriales resaltando repetidamente, que la “Luz viene de Oriente” ,adjudicando que el comportamiento del ser humano no puede estar desligado de los acontecimientos anteriores cuando estamos intentando diseñar los devenires. Cuando comprendamos el pasado presente futuro como unidad y actuemos en consciencia, estaremos preparados para acercarnos a la verdad, ya que aquel entender recobra y transmite en millonésimas de segundo la evolución del pensamiento humano plasmándola en riqueza espiritual incalculable, porque cuando se actúa en consciencia la satisfacción personal no debe trascender ya que los actos no están dedicados a la complacencia de los sentidos, sino más bien a la satisfacción de los demás. A este comportamiento existen varias entidades religiosas e iniciáticas la denominan Caridad, pero no aquella caridad material desengranada, sino la Caridad nacida desde lo más iluminando de la consciencia que se traduce en el dar con humildad. La humanidad ha creado, y lo seguirá haciendo, diversas herramientas sicológicas y materiales para alimentar la creatividad y defensa hacia las vibraciones negativas que dañan al entendimiento generoso de las relaciones que pretenden cultivar acción positiva dentro del proceso de ―cultivo humano‖, aspirando alcanzar el equilibrio perfecto del logro material y elevación espiritual.
La necesidad activa una maquinaria poderosa compuesta de engranajes, poleas, tensores y ductos, alimentadas por partículas que circulan temporalmente las que a su vez son transmisoras de energías poderosas capaces de producir efectos insospechados procesados desde un centro neurálgico infinito: … CEREBRO. Este centro es el almacén de todo el conocimiento y experiencia humana en todos los campos relacionados con el saber y entender la pretensión de hacer, pues cuando se activa, éste almacén se pone a disposición del conductor suministrando toda la información requerida, por medio de las neuronas interrelacionadas por vibraciones denominada sinapsis que conforman la unidad cuando activada estalla como el ―big-bang universal capaz de logros infinitos.
Se torna necesario interpretar esta unidad en su potencial magnitud para luego aplicarla en nuestras intenciones, entendiendo que ésta unidad no discrimina la información requerida, simplemente la suministra. Está pues a nuestra disposición ya que la unidad no conoce tiempo. La aplicación de la unidad en toda aspiración humana genera planteamientos conceptualmente diferentes a los que hoy aplica la humanidad, resultando en un equilibrio más armónico y sustancial de la evolución conceptual. No estamos lejos de alcanzar éste objetivo idealizado primitivamente, que posteriormente se fue desvirtuando hacia las acciones puramente mundanas… …Hacerla propia generadora hacia un equilibrio en provecho de la humanidad paralelo al equilibrio Universal. Este es el segundo paso regular de los comprometidos con el hogar que nos guía, orienta y cobija.
El pasado, presente y futuro no es del todo negativo, pero tampoco es positivo en su plenitud, hacemos reformas cotidianamente, ajustamos nuestras acciones a los acontecimientos actuales previniendo las posibilidades posteriores, de tal suerte que nos permite conceptuar la perfección contenida en una panificación realizada por el ser humano estacionándola en la tranquilidad, porque todo está previsto. Hasta hoy la humanidad maneja este accionar y lo seguirá utilizando hasta que comprendamos la unidad antes mencionada. En la otra instancia se ha creado la esclavitud física, laboral y cibernética. Se han realizado hechos sangrientos justificando la imposición del pensamiento del vencedor, que maneja preceptos materiales y espirituales ―interesados‖. Todo es válido mientras los objetivos planificados se logren, no importando por qué y quienes se infieran. En la condición humana actual, todo lo hecho por el ser humano se justifica, se acepta y en muchos casos se la proyecta con las variaciones debidas a los descubrimientos científicos y propuestas filosóficas convenientes, enarbolando el título de evolución.
AMPARTAPA