Todo H:. Masón debe hacer un alto en su diario andar para reflexionar y reordenar sus metas, para seguir el camino digno hacia la vocación para la que hemos sido llamados, conscientes que no es solamente llevar un distintivo, conocer algunos signos, emblemas y alegorías, para considerarnos masones, para nosotros desde el momento de la Iniciación comienza la etapa de aprendizaje, y sobre todo de enseñanza y no solamente a los miembros de la Orden sino a la familia, y a todos los que nos rodean.
El masón no dispone sino de pocos años para realizar sus propósitos y en cuanto al tiempo que puede consagrar a la obra masónica solo es de algunas centenas de horas. El Masón se modifica sin cesar y modifica sus concepciones, sus formas de realización de acuerdo con el medio, la edad, su estado físico y su experiencia, sí es cuerdo se apoyará en lo que la masonería le ofrece, no transformará esta herencia que se le ha transmitido ni despilfarrará a su capricho, debe servir a la masonería y no servirse de ella. El masón debe desarrollar su inteligencia, cultivar la razón, practicar las virtudes, ser vivo ejemplo de cuanto se le enseña y hacerse amar para hacerse entender e imitar, para realizar este ideal la masonería debe perdurar y el masón debe sacrificarse.
Un hombre a pesar de que le adornen magníficas cualidades al ser aceptado para participar de los Derechos y Deberes de la Masonería, primero tiene que entender que es una simple piedra bruta, aceptando y entendiendo con humildad y certeza estará listo para comenzar su largo y difícil camino de la perfección entonces tomará el Mazo de la Voluntad y el Cincel de la Inteligencia para remover todas las asperezas y avanzar por el sendero de autoeducación y dominio de las bajezas tales como el odio, envidias, egoísmos, etc., al cabo de éste trabajo inicial la piedra bruta se irá transformando en una delicada superficie, dispuesta a resistir el examen de la escuadra, el nivel y el de la Perpendicular. Este es el trabajo inicial del masón, éste es el trabajo de realización del Templo Interno, para eso se tiene que morir a lo que se es primero, es decir, un ser inconsciente con visión puramente materialista y finita para renacer de nuevo, convertido en un ser consciente con clara visión Espiritual e infinita.
El masón digno debe trabajar para obtener equilibrio y armonía, para irradiar felicidad, equidad, quietud, satisfacción, dar ejemplo de un trabajo hacia la perfección que sobrepase la teoría y se realice en la práctica. QQ:.HH:. en este punto es bueno hacer una reflexión, no es necesario ser un ratón de biblioteca en temas masónicos; es éste nuestro caso, teorizando y adquiriendo un vocabulario exquisito y quizás ni nosotros mismos nos entendamos, haciendo alarde de cuanto se ha leído, tratando de impresionar al H:. especialmente al H:.A:., esto no lleva a nadie a ninguna meta preestablecida, en el camino masónico, en especial si no se practica comenzando de lo elemental que ya he mencionado, no comulgo con la teoría sino va a la práctica, no comulgo con los enunciados y planes ampulosos sino se pueden aplicar en la vida diaria, el masón debe aprender a escuchar (esto resulta en el trabajo del masón quizás una de las tareas más difíciles) antes que hablar especialmente si al hablar no se aporta en beneficio del resto.
El masón debe realizar en medio del caos y la corrupción actuales una vida interior que satisfaga sus aspiraciones y convertirlas en realidad, pero no debe detenerse ahí, deberá buscar ese estado de felicidad para toda la humanidad privilegio actual de unos cuantos. Si bien la masonería nos da los instrumentos para que con estudio y dedicación logremos o tratemos de lograr perfección espiritual, debemos siempre regirnos a los mandatos de la G:.L:.B:. porque si actuamos según los impulsos de cada uno de nosotros, provocaremos anarquía y desorden que haría peligrar a la masonería.
El masón que por su propia voluntad acepta los deberes que se impone, que jura cumplirlos y se aparta de ellos deja tácitamente de ser masón por mucho que siga perteneciendo a la Fraternidad y desde luego lleva el rudo y peor castigo, el suyo propio al saber que el desprecio de sus HH:. lo acompañará constantemente, pero a diferencia de las sociedades profanas que castigan a sus miembros que no cumplen con sus disposiciones y reglamentos, los borran de sus listas y no permiten que sigan frecuentando sus sedes del club o sociedad, nuestra A:. O:. cuando uno de sus miembros deja la senda del Honor, de la Justicia y de la Honradez, se lo juzga e ilumina para que vuelva al camino del Bien y vuelva a ser un buen masón.
Aquí QQ:.HH:. otra reflexión respecto a si realizamos un buen trabajo en cuanto a la fraternidad sincera que debe caracterizar a un H:. masón, al conocer que un H:. se aleja de los principios Morales y Sociales que manda nuestra Orden, ¿tenemos el valor de llamar su atención? o acaso nos callamos guardando un silencio cómplice por no perder la «amistad» de ese H:. haciéndole un daño quizás más grande que el error que cometió, y a la vez cargando en nuestras conciencias no actuar como verdaderos masones sino como cualquier hipócrita «amigo» y salamero, aquí es donde se debe también centrar nuestro trabajo masónico.
Entre los innumerables males de la actualidad, el más doloroso quizás sea para nosotros los masones la pobreza espiritual de nuestra generación, cuando las palabras AMOR, BELLEZA, JUSTICIA, LEALTAD ya no tienen ningún significado, para la mayor parte de la gente e inclusive de algunos iniciados, pero ahí QQ:.HH:. tenemos otro arduo trabajo en el que debemos y tenemos que poner todo nuestro empeño para devolver a la Sociedad la verdadera significación de estos valores.
Por: Ramón Rico Ayllón