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MASONERÍA Y POLÍTICA

Queridos Hermanos, considero que este es un tema que siempre va estar presente en nuestras discusiones masónicas. Por lo que en principio me gustaría enfatizar que la Masonería no se hace órgano de ninguna tendencia política determinada.

Su misión es la de estudiar desinteresadamente todos los problemas que conciernen a la humanidad para hacer su vida más fraternal.

La Masonería es una sociedad de hombres libres y de buenas costumbres, con libertad de opción política, más identificados y comprometidos en la prosecución de los ideales de libertad, igualdad, fraternidad y justicia.  Éstos, inequívocamente fines políticos, y como tales socialmente trascendentes, conforman el ideario Masónico: un conjunto de referentes que la Masonería y los Masones tienen, en cada momento y circunstancia, la obligación de defender e impulsar.

Es verdad que en las logias no se hace política partidaria en su aspecto concreto, sin embargo la Masonería no puede ser una institución apolítica, porque su campo de acción es el hombre en su entorno vital. Se denota, así, una agrupación plural que actúa mediante la unión en la diversidad, donde el respeto a las libérrimas opiniones individuales se sublima por la asunción colectiva de un elenco de principios, los objetivos últimos, que constituyen el núcleo de la ideología Masónica.  Por tanto,’ los objetivos de la Francmasonería presuponen de sus miembros convicciones democráticas y sensibilidad social, como exigen que la Masonería deba actuar, cada tiempo y lugar, en el contexto político – social en que desarrolle su actividad. No mediante la lucha partidaria, opción legítima de cada Masón, sino en el ámbito moral e intelectual de la reflexión y del análisis, de las ideas y el pensamiento crítico.

Es en este terreno donde el trabajo de la Masonería debe ser, además, política y socialmente influyente, ya que se trata, al fin, de transformar la realidad.  Una institución en cuyo frontispicio figuran la libertad, la igualdad y la justicia sabe que esos ideales precisan de un esfuerzo secular y, en cada momento, de un compromiso con la realidad, de un compromiso con la acción, pues día a día se detecta que no es completa la democracia, que no es bastante la libertad, que es insuficiente el progreso. La Masonería sólo puede vivir en libertad, pero la libertad es una lucha inacabada que demanda participación de sus miembros.

Ante este escenario que se nos presenta, en estos últimos tiempos observamos en la clase política una profunda pérdida de los valores tradicionales a todo nivel: Honestidad, respeto, integridad, tolerancia, incremento de la corrupción, etc, etc., y hasta parece que nos vamos acostumbrando a este tipo de acciones.

Es por eso que nosotros los Masones debemos reaccionar, demostrar que somos útiles a la humanidad, dar el mejor ejemplo de moralidad, dinamismo y laboriosidad, como virtudes propias dentro de los templos masónicos;  de esa manera el mundo podrá distinguirnos y calificarnos, premiando nuestra constancia colocándonos en el lugar que nos corresponde como hombres libres y de principios democráticos.

Sabemos ya que los deberes del hombre, así como sus derechos se convierten en temas culminantes de estudio en los dos primeros grados, porque aquí quedan perfectamente definidos al recibir la Instrucción de la Cámara del Medio.

Por otra parte, hay que entender que todo el que manda, sea en forma personal o colectiva para regir a un pueblo, estado o nación, tiende casi siempre a ejercer su autoridad en forma absoluta con tendencias a la tiranía o el despotismo; con más razón si sus gobernados son incondicionalmente ignorantes apáticos. La sumisión incondicional es propia del egoísmo; la ignorancia es secuencia de la incultura y la apatía.

La Masonería en este caso tiene una noble y sagrada misión que cumplir: la de desfanatizar, alfabetizar e instruir particular y colectivamente, para el fin de formar pueblos libres, fuertes y conscientes, que sepan hacer valer sus derechos y al mismo tiempo tengan noción de lo que es cumplir sus deberes. Sólo de esa manera se podrá lograr sacudir el yugo tiránico de los ambiciosos; combatir el desenfreno de los arbitrarios, y nulificar la ambición de déspotas.

Hay otra circunstancia, que lamentablemente también conduce a los pueblos hacia la sumisión indolente, y al servilismo inconsciente. Un régimen gubernamental bueno, se vuelve malo, cuando encuentra campo propicio entre gentes dóciles que se dejan conducir como verdaderos rebaños, poseídos de la timidez, el miedo o la cobardía, (circunstancias originadas por su falta de preparación en el ejercicio de sus derechos cívicos). Dentro de ese ambiente, no puede existir evolución, ni mucho menos prosperidad, ya que en esas condiciones, los ciudadanos o súbditos, viven como autómatas inconscientes de su verdadera misión social, demostrando que su inconsciencia y su falta de cultura, no les permite darse cuenta de su verdadera situación ya que se les oprime, se les explota o se les tortura en forma drástica. En estas circunstancias, los pueblos marchan por la senda del destino sin más aspiraciones ni porvenir que el del marasmo vicioso, propio del medio en que viven.

Para saber distinguir las cualidades de un buen gobernante, es necesario conocerlo, distinguirlo y juzgarlo en forma consciente y razonable de conformidad con los resultados de su actuación, las características de su conducta, sus méritos y sus virtudes; en esos casos, los pueblos libres, de ideas democráticas, ilustrados, progresistas, siempre apoyan y ayudan a sus mandatarios, para facilitar su labor administrativa y constitutiva: tareas muy difíciles de desarrollar, cuando los ciudadanos no se identifican con los mismos, ni se encuentran poseídos de sus más sanas intenciones, dentro de la moral más absoluta.

Consecuentemente, el deber más sagrado de todo buen masón, consiste en prepararse y preparar a los demás en todo lo que se relacione con sus deberes de ciudadano: su educación cívica y demás preceptos sociales, que les permitan hacerle frente a la vida. Propagando todas esas doctrinas, lograr acercarse cada vez más a sus hermanos y a sus semejantes en general. No debe descansar hasta lograr por todos los medios a su alcance, el buscar la cadena de unión que da enlazar a la colectividad social, en bien de la humanidad y de la confraternidad universal.

Sólo de esta manera, veremos cristalizados nuestros ideales y hacer que reconozca nuestra verdadera misión, que tiende a formar ciudadanos, conscientes de sus derechos y deberes, justificando plenamente, que el hombre preparado (dentro del seno de la Masonería) siempre será un buen ciudadano.

Queridos Hermanos: Recordemos las palabras de nuestro Hermano José Crespo Bonadona Gran Maestro de la G.L.B. en su discurso de celebración de los 90 años de la Masonería en Bolivia realizada en la ciudad de Potosi:

“Hoy más que ayer es hora de hacer realidad la trilogía que ampara la masonería universal, debemos tener la capacidad individual y colectiva de sembrar nuevamente los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad entre la humanidad, si queremos que ésta sobreviva y perdure más allá de lo que duran los bienes materiales.

Los altibajos y pugnas políticas aportan una lección que debemos aprender para cumplir con nuestro lugar de avanzada en el proceso evolutivo e integrador del hombre y de la sociedad.

La Francmasonería Universal, celosa defensora de la libertad, de la justicia y del derecho aspira a que la sociedad humana viva y practique la más auténtica democracia, porqué es éste el apostolado social de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad”.

Queridos hermanos, todo esto nos lleva a concluir que es de vital importancia fortalecer y afianzar nuestros ideales masónicos, estamos viviendo una crisis ética en un mundo de mucha corrupción en todo ámbito y de todo esto no tenemos que culpar a terceras personas, debemos culparnos a nosotros mismos por permitir  que personas muy materialistas e individualistas nos hayan gobernado. Y esta crisis ética será que debemos dejar que lo resuelvan nuestros políticos?, nuestros periodistas?, los economistas?, no!, debemos ser nosotros los constructores de la realidad, trabajar en el lenguaje y la acción y nuestro deber ético es influir, configurar la sociedad, viralizar nuestros valores, todo esto exige un proceso de adaptabilidad, llegando oportunamente a la cita con la historia.

Como dijo nuestro H. Carlos Cantero en su charla magistral de adaptabilidad al ETHOS digital: “que la piedra bruta se desbasta no por razones ornamentales, el propósito es ético, es para proyectar la construcción de templos en la sociedad, en consecuencia es construir capital humano y capital social.

El desafío de los Masones es globalizar el humanismo con sus valores y sus principios, no dejar la responsabilidad a otros”.

QQHH: En estos momentos está cambiando el mundo, está emergiendo un mundo nuevo que abre grandes oportunidades pero también trae grandes riesgos.

H:. M:. Jaime Meriles Balderrama

Resp:. Log:. “ARCO IRIS No. 38”.

Cbba, 07 – Mayo – 2020

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