La Masonería es una fraternidad universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática; que invita a cada cual a abordar -por sí mismo- las interrogantes fundamentales de la existencia; exalta la virtud y dignidad del ser humano (bonhomía); busca enlazar el pensar, el decir, el sentir y el actuar en beneficio de la humanidad, y en armonía con la naturaleza, poniendo de relieve nuestro permanente compromiso con los valores que caracterizan una sociedad más humanista: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Promueve estos valores desde una perspectiva laicista, para asegurar su vigencia en la sociedad.
El Masón trabaja en desbastar la piedra bruta para construir su templo interior. Este desafío no tiene un sentido individual, estético ni ornamental, sino que, por el contrario, tiene un sentido profundamente ético. Su propósito es incidir en la configuración del Ethos, para viralizar y contagiar los valores del humanismo.
Nuestra sociedad está preñada de incertidumbres; el materialismo muestra una hegemónica presencia; el individualismo campea en las relaciones humanas; se extiende un hedonismo que promueve el placer inmediatista y des-comprometido; y, se impone el nihilismo caracterizado por el debilitamiento de los valores que dignifican a la persona humana; en este contexto es ineludible el compromisodel Masón con el bienestar y la paz de la humanidad.
La Masoneríaen cada siglo ha debido asumir portentosos desafios. Nuestra institución se auto-define como ética y filosófica, lo que determina su rol de avanzada en la configuración de la sociedad, particularmente cuando vivimos una grave, profunda y transversal crisis ética de alcance global.
Nuestra tarea tiene dos dimensiones, una interna y, la otra, que se proyecta a la sociedad. Lo intramural consiste en mantener activa y operativa la cantera, que nutre de las piedras que permiten construir los grandes templos de la sociedad, preservar y mantener las herramientas y la enseñanza de sus usos y de las costumbres, de los planos de arquitectura. Pero, no se agota allí nuestra responsabilidad, por el contrario, debastar la piedra y construir el templo interior de cada masón, es la preparación para salir al mundo profano a construir y preservar los grandes templos de la sociedad, cautelar la vigencia de los principios y valores orientadores, tanto en las instituciones como en la institucionalidad, promoviendo el más pleno desarrollo de la persona y de todas las personas.
Somos la institución mejor preparada para asistir a la cita con la historia, para contener el materialismo y promover el Humanismo. Como todas las instituciones tenemos muchas debilidades, es cierto. Pero, también tenemos muchas más fortalezas. Cuando comparamos nuestra situación en relación con las instituciones tradicionales de la modernidad, es evidente que estamos en mucha mejor posición. Mírese la situación de la política y los políticos, sumidos en el más profundo descrédito; véase la situación de las Iglesias, particularmente la católica, y comprobaremos que estamos en una buena posición, entre muchos otros ejemplos.
Tenemos la fortaleza de unos principios y valores de gran vigencia, una sólida cadena de fraternidad universal de gran diversidad cultural e intergeneracional, que deberá realizar un trabajo de mayor potencia y profundidad para asegurar una sociedad más Humanista, comprometida con los valores permanentes de Libertad, Igualdad y Fraternidad.En nuestros países millones de ciudadanos se movilizan para demandar su vigencia y permanencia. No se trata de politizar la Orden, ni de confrontar nada ni a nadie. Solo se pide que seamos consecuentes con nuestros juramentos y promesas de asegurar la vigencia de nuestros tradicionales valores Humanistas y Masónicos en la sociedad, por sobre compromisos sociales, económicos o políticos. Espero lleguemos oportunamente, en forma y fondo, a la cita con la historia.
Carlos Cantero