Introducción
Los Caballeros Templarios: La historia cuenta que, en 1118 nueve caballeros cruzados de Tierra Santa, entre los que estaban Godofredo de Saint-Omer y Hugo de Payens, se consagraron a la religión, y prestaron juramento ante el Patriarca de Constantinopla, tradicionalmente hostil a la Iglesia católica desde tiempos de Focio. Su finalidad era proteger a los cristianos que visitaran los Santos Lugares, pero tomaron el nombre –Templarios- de la casa que, Balduino II rey de Jerusalén, les cedió junto a las ruinas del Templo de Jerusalén. Se menciona que, la justificación para dar inicio a las Cruzadas, fue que la Iglesia del Santo Sepulcro, construida en el lugar donde Jesús fue crucificado, había sido ocupada por los musulmanes, sin el más mínimo respeto. Haciendo un análisis de esta mención, según algunos historiadores, resulta ser un contrasentido, tomando en cuenta que los textos sugieren que los cristianos de Oriente tenían libre acceso a esta iglesia. Aun así, miles de cruzados, provenientes de todos los países de Europa, fueron a Palestina con un espíritu bélico e invasivo y no dudaron en atacar a los musulmanes que encontraban en su camino. Muy rápidamente, los templarios entendieron que las Cruzadas no estaban justificadas y que su objetivo era, de hecho, expandir la hegemonía de la Iglesia Católica en Oriente, algo que no compartieron desde el inicio. Aunque profundamente cristianos, se desmarcaron de los cruzados e incluso no dudaron en condenar sus abusos contra los musulmanes. Todo esto nos indica que, fue entonces que entablaron estrechas relaciones con los eruditos del Islam, cuyo conocimiento y sabiduría eran grandes en aquel momento. Fueron ellos los que, entre otras cosas, iniciaron a los templarios en la alquimia y otras ciencias esotéricas, como por ejemplo la ciencia de los números (numerología) y la ciencia de los símbolos (simbología). Como comprenderéis, queridos hermanos, es muy importante no confundir a los “cruzados” con los “caballeros templarios”.
Los primeros, dirigidos por los señores de la guerra y motivados por intereses políticos y económicos más que religiosos, eran muy indisciplinados y numerosos, creyentes pero ignorantes.
Los segundos, sin embargo, eran nobles, en su mayoría caballeros, que fueron impulsados por el deseo de conocer otras culturas y contribuir a la elevación moral y espiritual de las personas de la época, y de todas las religiones. Iluminados que tuvieron acceso al conocimiento ancestral y sin duda a la verdadera historia de Jesús y María Magdalena (sacerdotisa de Isis, al igual que la Virgen María, y este hecho es fundamental, pues cuando la familia de Jesús debió huir de Israel, fueron donde serían recibidas como uno de ellos, en Egipto. De la misma forma, los años perdidos de Jesús, también lo ubican en su tierra «natal espiritual» Egipto, y los templarios entendieron esto y en el único lugar de Egipto que plantaron su Cruz Pate, fue en el templo de PHILA dedicado a la «Madre Isis»). Los primeros templarios tomaron por modelo a los albañiles guerreros que cita la Biblia, la espada en una mano y la trulla (llana de albañil), en la otra, lo que corrobora ese objetivo secreto, pues
estos fueron sus símbolos, con cuádruple trulla y hojas triangulares en forma de cruz, formando un pentáculo cabalístico conocido, inicialmente, como cruz de Oriente.
Adicionalmente, existe formulado un tema muy apasionante en el que se dice que la idea de Hugo de Payens, considerado el fundador de la Orden, no era ponerse al servicio de los Patriarcas de Constantinopla, sino de una secta de cristianos, los Juanistas, que relataban la historia de Jesucristo de una forma diferente y que bien, este tema, puede y debe ser motivo de otra balaustrada. Los Rosa Cruz: La Rosa-Cruz, secta secreta de la que históricamente se conoce muy poco, pues Kristian Rosenkreuz, su fundador, resulta ser, al mismo tiempo, su simbolismo (Cristiano Cruz de Rosas). Esta secta apareció a principios del siglo XVII. La leyenda dice que Kristian Rosenkreutz, con cinco años de edad, fue sacado del castillo paterno de Germelshausen, en Alemania, por su preceptor, un albigense oriundo del Languedoc, cuando dicho castillo fue incendiado y arrasado por orden de la Inquisición, ya que eran albigenses (cátaros). Encontraron asilo en un monasterio vecino, donde el niño fue educado e instruido, aprendiendo griego y latín. Ya adulto, acompañado de un fraile que murió en Chipre, emprendió camino de Damasco, donde se inició en el panteísmo místico de los albigenses. De allí pasó a Damcar, en Arabia, otro gran centro de iniciación. Y después a Egipto, donde aprendió adivinación y astrología. De regreso a Turingia, fundó, con tres frailes, la cofradía de la Rosa-Cruz, enseñando escritura secreta, y los símbolos con los que sus adeptos pudieran comunicarse entre sí. Se dice que finalidad de esta cofradía fue influir en los hombres de ciencia, para que investigaran en los secretos del espíritu. Vivió como ermitaño muchos años, y murió en 1484, a los 106 años, edad muy avanzada para esa época, razón por la cual muchos estudiosos la consideran dudosa. Paracelso anunció a esta secta como espíritu de libertad, de ciencia y de amor.
Visto desde otro ángulo, cuando el espíritu renacentista estaba llegando a su final, a principios del siglo XVII, se presentó al mundo la Hermandad de la Rosacruz, un movimiento inspirado en el cristianismo profundo y que buscaba continuar internamente el trabajo que los alquimistas habían desarrollado en sus laboratorios. En pocas palabras, la Rosacruz constituyó un intento por sintetizar todo el conocimiento hermético bajo la forma de un colegio iniciático que estaba inspirado en unos maestros misteriosos conocidos como “Hermanos Mayores”.
Los rosacruces se dieron a conocer al público europeo a través de tres manifiestos: la “Fama Fraternitatis Rosae” (1614), la “Confessio Fraternitatis” (1615) y las “Bodas químicas de Christian Rosenkreutz” (1616), donde quedan en evidencia sus ideales y su afición por la Alquimia operativa.
El manifiesto, publicado en Francfurt, Fama Fraternitatis Rosae Crucis, afirmaba que la Rosa-Cruz reduciría a cenizas la triple corona papal, ya que el Papa era el Anticristo.
En realidad, este manifiesto “Fama Fraternitatis Rosae Crucis”, censuraba los abusos del poder papal en las cosas temporales, sin atacar al dogma, por cuanto reclama que se volviera a la sencillez de la iglesia primitiva. La mención sobre el Papa como Anticristo es lo que les condenó, obligándolos a ser secta secreta.
A lo largo de los siglos han existido diversas escuelas, órdenes y fraternidades de inspiración rosacruz y cada una de ellas ha aportado una visión diferente del rosacrucismo, generalmente haciendo énfasis en algún aspecto esencial de la Tradición. En rigor de verdad, todas estas escuelas han sido valiosas y necesarias para diferentes tipos de personas.
La Rosacruz
El emblema de la Orden Rosacruz, es una cruz de oro trebolada donde florece una rosa roja de cinco pétalos. Se conoce que la primera aparición una cruz de estas características que puede documentarse es la de un libro que apareció en 1785 en la ciudad de Altona (Alemania) titulado “Símbolos Secretos de los Rosacruces” y donde aparecían diversos emblemas alquímicos, entre ellos una cruz donde puede verse un Cristo vivo bajo una rosa roja y la frase bíblica “Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles”. En esa misma obra, puede apreciarse otra cruz dorada con puntas rematadas en forma de trébol bajo el título “Mysterium Magnum Studium Universalis”, la cual está acompañada por dos águilas bicéfalas, una dorada, otra plateada, y por los tres principios de la Gran Obra: Sal, Mercurio y Azufre. Esta cruz de oro y trebolada tiene tres características fundamentales: La primera es su color: dorado, lo cual es una alusión clara al oro como noble metal y como correspondencia terrestre, al sol en los cielos. En la simbología tradicional tanto el oro como el sol se representan con un círculo con un punto central. El oro representa siempre la perfección, la luminosidad, la nobleza, y desde una perspectiva simbólica, es la coagulación o materialización del sol. La segunda característica son sus brazos iguales, los cuales representan en una primera mirada dos energías que se cruzan y que en este cruce determinan cuatro direcciones y un punto central. En la Alquimia estas dos energías son Azufre y Mercurio que al cruzarse generan un tercer principio, la Sal. Esto generalmente se representa con un triángulo y se corresponde con la tricotomía Cuerpo-Alma-Espíritu. La tercera característica son las puntas rematadas en forma de trébol, por lo tanto, estamos hablando de una cruz trebolada. Otra vez el número tres que aparece, pero repetido cuatro veces, por lo tanto estamos hablando del número 12, que es una alusión tanto a los doce signos zodiacales como a doce energías diferentes y complementarias en torno a un centro. Esto se hace patente en la mesa de la última cena, con Cristo ocupando el rol central y doce apóstoles que lo acompañan, o bien en la mesa redonda del Rey Arturo, muchas veces con 12 caballeros en torno al Grial, y también lo podemos ver en las doce tribus de Israel durante el éxodo alrededor del tabernáculo donde se guardaba el Arca de la Alianza.
La rosa es roja porque en los trabajos clásicos de alquimia se dice que la piedra filosofal es de color rojo y porque la rosa roja representa a la rosa blanca teñida con sangre, recordando que la sangre es símbolo y vehículo del Alma. Por lo tanto, es una rosa “animada”, llena de “ánima”, pletórica de vida, de energía.
Nuestra Orden Rosacruz Iniciática conecta con el egrégor tradicional de la Rosacruz presentándolo de una forma renovada y profundizando el trabajo iniciático a través de la captación intuitiva de los símbolos, estudiando las leyes universales para que el ser humano pueda alcanzar, en estos tiempos tumultuosos, la Paz Profunda. Análisis Central: ¿Podemos establecer un vínculo entre los templarios y los Rosacruces? Para responder a esta pregunta, Frederick Lenoir, sociólogo, filósofo e historiador de las religiones, de origen francés, menciona: “Los Rosacruces son una especie de eslabón perdido entre los templarios y Egipto, lo que permite decir que ha habido una línea ininterrumpida de transmisiones esotéricas, desde Egipto, pasando por el Templo de Salomón, hasta los Templarios, que legaron, hasta el día de hoy a nosotros, sus secretos, a través de sus obras, aun sin descifrar”.
Es cierto que encontramos en algunos de los rituales de la Antigua y Mística Orden Rosa Cruz (AMORC) y en algún grado de sus enseñanzas, conceptos previamente estudiados por los iniciados Templarios, que, según algunos documentos, tenían una Rosa Cruz como símbolo esotérico. Ahora, más allá de lo que diga uno u otro, Jesús, los Templarios, Rosacruces y Jesuitas, tienen una raíz común clara: EGIPTO.
Conclusiones
Se puede afirmar de los templarios, orden militar y perfectamente estudiada y que, tras su supresión por la autoridad papal, entro en una cauda de lo oculto. Claro es que el componente misterioso es clave para que los templarios, rosacruces, masones, gnósticos, etc., se conviertan en referente literario.
Es necesario considerar que en el principio está el misterio, el enigma que llevará a los terrenos del sueño: a la inmortalidad, a la riqueza, al conocimiento de los arcanos del universo, al poder universal. Casi todas las más importantes tradiciones herméticas orientales, encontraron en Occidente muchos canales para su expresión, desde la Edad Media y el principio de la Edad Moderna, en las muchas sociedades y órdenes místicas y secretas. Aparentemente con diversa finalidad final, e íntimamente relacionadas con la Tradición Iniciática y ligadas interiormente por la afinidad de los medios de manifestación y una identidad fundamental de orientación. Finalmente, debemos concluir que, la influencia de estos dos movimientos sobre la Masonería, es bastante fundamental ya que, haciendo un análisis detallado de estos movimientos, no solamente muchas tradiciones templarias y rosacruces encontraron su camino en nuestra Orden, sino que también se hizo ésta la intérprete y natural heredera de sus finalidades e ideales, y que tanto los hermetistas, templarios, rosacruces y filósofos siempre han conjuncionado con los ideales masónicos, y de esta comunión espiritual ha nacido la Masonería, según hoy la conocemos. He cumplido Muy Sabio y Poderoso Maestro. Edgar Armaza Ayala Caballero Rosacruz
Bibliografía:
- Aldo Lavagnini
Templarios y Rosacruces - Pellini Claudio
Masones y Rosacruces - Rafael Gonzalo Jimenez
Magia y Religión - Antonio Garrido
De Templarios, Masones, Rosacruces, Cátaros y otros hermetismos - Jean Pierre Bayard
La Meta Secreta de los Rosacruces - Lynn Picknett y Clive Prince
La Revelación de los Templarios - Phileas de Montesexto
El Emblema Rosacruz