Cuando pensabas que no te veía,
te vi actuar con prudencia ante una situación complicada,
e inmediatamente entendí el valor de la tolerancia.
Cuando pensabas que no te veía,
te vi preparar el templo y disponer las ceremonias para promover el Egregor en nuestros trabajos, y entendí la importancia del simbolismo y de los rituales.
Cuando pensabas que no te veía,
te escuché exponer con solvencia una plancha de tu autoría, y comprendí la importancia de crear y plasmar tu propio pensamiento antes que solo copiar y pegar.
Cuando pensabas que no te veía,
te vi preocuparte por los hermanos sanos y enfermos, presentes y ausentes, y
aprendí el verdadero sentido de la fraternidad y la solidaridad.
Cuando pensabas que no te veía,
te vi aportar a la sociedad con tu accionar donde quiera que estuvieras, y aprendí que la trascendencia de la Orden se logra trascendiendo cada uno de nosotros.
Cuando pensabas que no te veía,
te sentí critico e inconforme con las injusticias y comprendí el verdadero significado de luchar contra las tiranías.
Cuando pensabas que no te veía,
te vi mostrar respeto a tus mayores y aprendí la importancia de caminar un paso a la vez bajo su guía.
Cuando pensabas que no te veía,
vi como cumplías con
responsabilidad tus funciones, y aprendí el verdadero sentido de ocupar un cargo para servir y no para envanecerse.
Cuando pensabas que no te veía,
Te vi formando Hermanos y entendí la importancia de los nuevos liderazgos.
Cuando pensabas que no te veía,
me encuentro replicando tus enseñanzas y puedo decir con orgullo que la masonería hizo su efecto en mi, como tu hiciste tu efecto en la Orden.
Gracias por toda aquello que me mostraste, cuando pensabas que no te veía!
NO TE PREOCUPES SI PARECE QUE TUS HERMANOS NO TE ESCUCHAN… ELLOS TE OBSERVAN TODA LA VIDA
Con afecto y admiración para esos Hermanos mayores que siempre veo, aunque a veces parezco no escuchar.
Carlos Vera Quintana
Excelente…!
Muy bueno.
Me encantó
Que bellas palabras!!