La Francmasonería tiene tradiciones conformadas por una mezcla ecléctica de hechos históricos y leyendas místicas. Es rica en estas versiones y constituyen fundamentos de varias de sus afirmaciones. Como se sabe, la naturaleza de la Masonería experimentó un profundo cambio en el siglo XVIII, en el periodo de la historia universal que se denomino la Ilustración. Las agrupaciones de Canteros que trabajaban la piedra y la utilización física de éstas en construcciones, se denominaban Logias. Empezaron a aceptar como miembros a personas que no eran trabajadores canteros manuales.
Personalidades de la talla de Wolfang Amadeo Mozart, Frederick Wolfang von Goethe, Federico el Grande, George Washington conformaron la membrecía de las Logias. La atracción de la Logia era su organización, disciplina, protección de los saberes, el misticismo de los Canteros y la contínua superación de sus conocimientos específicos.
Valores muy estimados. Desde ese momento las Logias de albañiles Canteros tradicionales dejaron de autonombrarse «operativas» y adoptaron la de «especulativos». El trabajo ya no era sobre las piedras sino en la formulación de ideas e ideales que gobiernan la Masonería. Para los Masones Operativos, su interés principal era la perfección de su trabajo y las nuevas técnicas del labrado de la piedra. En cambio, uno de los apasionantes temas que concito el interés de los «especulativos, era las raíces históricas de la Masonería. Este cambio en la temática masónica es comprensible a la luz de las nuevas realidades. Desde la creación de la primera Gran Logia moderna en 1717, han habido varias especulaciones acerca de las raíces originarias, pero una de las más intrigantes es que la Masonería nació en Escocia en los inicios del siglo XIV y debía su fundación a los supervivientes de los Caballeros Templarios que escaparon allí desde Francia después de la violenta supresión de su Orden.
En el lugar de refugio, para protegerse de ser descubiertos y de la persecución, asumieron el titulo de masones libres y aseguraron su supervivencia aunque bajo otro nombre. Los Caballeros Templarios fue una significativa Orden en la Europa Medieval. Tenían una vida de monasterio y actividad militar. Formada al final de la primera cruzada en los años 1095 a 1099 con el mandato de proteger a los peregrinos cristianos en sus viajes a la Tierra Santa. Sus inicios fueron humildes, dependían para sobrevivir, de las limosnas de los peregrinos cristianos. Sin embargo, progresivamente y en el espacio de dos siglos se hicieron ricos y suficientemente poderosos como para desafiar a todos. Además contaban con la protección en Roma, del Papa Inocencio II, en los años 1130 a 1143, quien, de hecho, les había liberado específicamente de la obligación de obedecer a algún otro poder secular.
Acumularon riqueza y poder tan significativos que eran los prestamistas financieros de Reyes sobre quienes ejercían influencia. Precisamente fue el poder ilimitado y la masiva riqueza que habían amasado, que precipito la caída de los Caballeros Templarios. En 1307, Felipe IV de Francia, asegurado previamente el apoyo del Papa Clemente V, ordeno el arresto de todos los Templarios conocidos con el cargo de herejía. Sus reuniones secretas y rituales fueron la excusa perfecta. Siete años después que la Orden fue disuelta, su último Gran Maestro, Jacques de Molay, fue quemado en la hoguera y los sobrevivientes dispersos, con el poder perdido para siempre. Hasta aquí es historia.
La afirmación que los Templarios dispersos y supervivientes en Francia, huyeron y fueron el poder para fundar la Masonería en Escocia, es una especulación no verificada. Sin embargo, hay algunos hechos que parecen apoyar que hubo algún grado de involucramiento de los Templarios.
Es aceptado pero sin razón suficiente de sustento, que la Masonería se formo en la Escocia medioeval. Es importante subrayar que Escocia tenía pocas logias de Canteros, mientras que la Europa continental tenía muchas.
Por lo tanto es razonable suponer que la Masonería se habría originado en Europa. Sin embargo, en Escocia hay una prueba que favorecería a la teoría del origen Escocés y la conexión entre Templarios y Masones. Es la Capilla de Rosslyn situada a unas pocas millas al sur de Edimburgo. Sir William St..Clair la construyó en 1440, se especula para albergar objetos y bienes traídos a Escocia desde Tierra Santa por los templarios en 1126.
Se ha sugerido que la capilla de Rosslyn fue construida como una réplica al Templo de Herodes en Jerusalén, el cual los templarios habían excavado durante su estadía en Tierra Santa. Aun más importante, la capilla contiene una tallado único, una figura que lleva un manto de caballero templario, que algunos eruditos están seguros representa el inicio de un albañil. Esta interpretación no tiene prueba histórica indiscutible y se mantiene en discusión de los estudiosos, aunque parece posible ser prueba que Templarios fugitivos fueron admitidos en fraternidades de Canteros Escoceses.
En la misma Capilla de Rosslynn existe una columna bella en su construcción, llamada la columna del Aprendiz que habría sido construida por uno de ellos, que después fue muerto por los celos que despertó la belleza imaginada y esculpida por un simple Aprendiz. Esta columna es representación del árbol del conocimiento
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