Para llegar a un propósito es necesario la decisión, la práctica y la convicción por lograr aquel objetivo trazado en procura de alcanzar el resultado esperado, que pueda servir principalmente a uno y a la comunidad en general
Hoy cuando la humanidad está absorbida por la tecnología, sin límite de expansión, ha sucumbido ante tan importante avance, que sin duda ha permitido encontrar mayores conocimientos que hacen de su vida más amplia en el saber de aspectos antes ignorados o tremendamente misteriosos e incluso insospechados.
Hoy por hoy tenemos la oportunidad de poder imaginarnos el macrocosmos y el microcosmos, casi con la misma perspectiva de palpable, guardando la correspondiente distancia de lo material conocido a lo material imaginado, nos sentimos poseedores de la verdad.
La mayoría de los hombres de Occidente permiten que el control de su energía esté a la disposición de cualquier fuerza externa.
Hoy se hace necesario sentirse hijos del Creador, pues en su compañía podemos alcanzar alegrías insospechadas, estar día a día con El significa estar inmerso en la propia semejanza con Dios, ya que El nos dio el poder de transitar en la nomenclatura propia del principio de la creación, donde factores o comportamientos como la envidia, la lujuria, … no existían.
Los Elegidos del Oriente, sabían de la presencia de aquella Consciencia Divina como una actividad espiritual de su propia corriente de vida dentro de la cual ellos podían entrar mediante cierta preparación y control de la acción vibratoria de sus propias almas. Estos maestros de la sabiduría podían experimentar en cuestión de unos pocos momentos el éxtasis que se halla en el Gran, Gran Silencio, y al elevar la acción vibratoria de sus almas, entraban dentro de este poderoso y pulsante Río de Fuerza que denominaban Samadhi. Aquí no estaban inconcientes sino totalmente vivos y atrayendo dentro de la naturaleza más profunda de sus seres, la Luz, la Paz, la Belleza, y la Armonía que fluye en movimiento constante a través de este reino de la Felicidad Eterna.
El hombre determina su estado de conciencia El libro secreto de Santiago reza: Pongan atención a la Palabra. Entiendan en conocimiento. Amen la vida. Y nadie los perseguirá, ni nadie los oprimirá, que no sean ustedes mismos. Las cosas en las cuales nosotros pensamos durante las horas de vigilia, y la forma cómo sentimos acerca de la vida y de nuestros amigos, asociaciones y experiencias, determinan nuestro estado de conciencia.
Lo que permitamos que sobre nuestras mentes more durante el tiempo que nuestros cuerpos físicos están ocupados en las tareas del diario vivir, realmente expresará elección de la corriente de vida y la asociación.
En el reino invisible que fluye constantemente a través y alrededor de las almas de los seres humanos, están las virtudes que el ser extremo tanto desea, a fin de expresar el cumplimiento de su destino, ya que es el propio ser humano que determina su estado de conciencia.
La mayoría de los hombres de Occidente permiten que el control de su energía esté a la disposición de cualquier fuerza externa.
Por lo tanto, una de las cosas más peligrosas es entretener o invitar a algún pensamiento o sentimiento de depresión, pobreza, temor, etc., porque a través de ellos, atraemos muchas, muchas formas transitorias de la misma acción vibratoria, y así estas formas de pensamientos y sentimientos se establecen e incrementan dentro de la conciencia que hunde a la corriente de vida dentro de la expresión externa de temor interno, se hace pues imperioso controlar la conciencia a través del rechazo y repudio a los malos pensamientos y sentimientos.
Estas formas de pensamiento y sentimiento atraen hacia nosotros experiencias similares a ellas, como en el mundo externo.
Así hacen las formas-pensamiento de la enfermedad o la salud, la depresión o la opulencia, que atraen invisibles pero potentes asociados desde el mundo externo que establecen su residencia y viven dentro del mundo de experiencia del hombre.
Ser efectivos como individuos o como organizaciones ya no es una elección en el mundo de hoy: es imprescindible, para entrar en el torbellino de la actividad actual.
Hay una palabra que expresa el camino hacia la grandeza: Voz. Quienes siguen este camino hallan su voz e inspiran a los demás para que hallen la suya.
Nunca será demasiado tarde para encontrar nuestra voz. Aprovechar los niveles más elevados del genio y de la motivación del ser humano, lo que podríamos llamar voz, exige un nuevo esquema mental, un nuevo esquema de habilidades, un nuevo conjunto de herramientas… un nuevo hábito mental. Se trata de ver y aprovechar el poder de una tercera dimensión, consiste en encontrar aquella voz e inspirar a los demás para que encuentren la suya. Es la voz del espíritu humano: lleno de esperanza y de inteligencia, fuerte por naturaleza, con un potencial inagotable para servir al bien común.
“Voz” es relevancia personal única, una relevancia que se manifiesta cuando nos enfrentamos a nuestros mayores desafíos y que nos hace estar a su altura.
Una vez que hemos tomado la decisión de seguir por “el camino menos transitado”, el sendero para encontrar nuestra propia voz es:
Descubrir nuestra voz llegando a comprender nuestra verdadera naturaleza y desarrollar y aplicar con integridad la inteligencia vinculada a cada una de las cuatro partes de nuestra naturaleza.
Expresar nuestra voz cultivando las manifestaciones más elevadas de estas inteligencias humanas: visión, disciplina, pasión y consciencia Nosotros mismos somos líderes de nosotros mismos, pues la esencia del ser humano es la capacidad de dirigir la propia vida.
El liderazgo consiste en transmitir a las personas su valía de un modo tan claro que éstas acaben viéndola en sí mismas, realzando su potencial espiritual que tiene consigo cada ser. Debemos alegrarnos de verdad por el éxito de los demás.
Para ser líder espiritual hay que llenar ciertos requisitos, como una fortaleza de fe superior a la de los demás. Cada generación enfrenta el mismo desafío, encontrar líderes espirituales, por eso cuando aparece uno, es recibido con mucho agrado, pero la felicidad termina cuando este líder envejece o se marcha, entonces renace la misma carencia de antes.
Para comprender lo esencial, necesitamos un nuevo esquema mental, una nueva manera de pensar. La mayoría de las personas conciben el liderazgo como una posición y en consecuencia no se ven así mismas como líderes. La gente piensa que decidir lo que se debe hacer sólo está en manos de quienes se encuentran en posiciones de autoridad.
En el fondo, solo hay una razón muy sencilla y general de que haya tantas personas insatisfechas, la razón es un paradigma incompleto de quienes somos, de nuestra concepción
fundamental de la naturaleza humana. El liderazgo es la influencia que ejercemos sobre las personas que nos siguen. Los grandes líderes de la historia han sabido esto y gracias a su influencia han alcanzado grandes cosas. El liderazgo espiritual combina las cualidades naturales y espirituales.
El liderazgo Espiritual es más que el poder de la espiritualidad y todos los otros talentos individuales. Nuestra personalidad debe irradiar a otros, porque es abastecida por el Supremo. El liderazgo Espiritual requiere poder espiritual de alta envergadura, algo que el ego nunca podrá alcanzar. Solamente señalar a otros el camino no es suficiente, debe caminar por él y mostrar a otros este camino, es por eso que se debe estar en constante avance, porque se debe guiar a otros.
Si estudiamos todas las filosofías y religiones, sean occidentales u orientales, desde los inicios de la historia conocida, hallaremos básicamente cuatro dimensiones de comportamiento: la física/económica, la mental, la social/emocional y la espiritual. Se suelen usar palabras diferentes, pero siempre reflejan estas cuatro dimensiones universales de la vida, y reflejan además, cuatro necesidades y motivaciones básicas de todas las personas: vivir (supervivencia), amar (relaciones), conocimiento (crecimiento y desarrollo) y dejar un legado (sentido y aportación).
El camino a la grandeza espiritual es un proceso de crecimiento secuencial desde dentro hacia fuera. Como expresamos anteriormente, las cuatro partes magníficas de nuestra naturaleza son cuerpo, mente, corazón y espíritu. En correspondencia con ellas hay cuatro capacidades o inteligencias, que todos poseemos: la inteligencia física o corporal (IF), la inteligencia mental (IM), la inteligencia emocional (IE) y la inteligencia espiritual (IES). Estas cuatro inteligencias constituyen un don trascendental de nacimiento. Nos centraremos a atender la cuarta inteligencia, es la inteligencia espiritual (IES). La inteligencia espiritual es la más importante de todas las inteligencias porque se convierte en la fuente de orientación para las otras tres. La inteligencia espiritual representa nuestra voluntad de sentido y de conexión con el infinito. Se trata del papel de la inteligencia espiritual guiando y dirigiendo a las otras inteligencias. En este sentido, es superior a las otras inteligencias.
“La inteligencia Espiritual rige el orden innato e inteligente del universo. Trasciende conceptos, costumbres y creencias, forma la base de la moralidad humana y está regida por leyes que se hallan en el misterio mismo de la vida.” Richard Wolman escribe: “Por espiritual entiendo la búsqueda antigua y perenne del ser humano de la conexión con algo mayor y más fidedigno que nuestro ego; con nuestra propia alma, con los demás, con los mundos de la historia y de la naturaleza, con el aliento indivisible del espíritu, con el misterio de estar vivos” La inteligencia espiritual también nos ayuda a distinguir principios verdaderos que forman parte de nuestra consciencia.
El regalo Divino
Nadie en este Universo puede ir a ningún lugar excepto a través del medio de su propia consciencia. Nadie puede experimentar ninguna alegría excepto a través de esa consciencia. Toda la Belleza, la Felicidad, el Amor y el adquirir Conocimiento requiere de una consciencia individual a fin de convertirse en una parte animada de la jornada de la vida. Haber sido dotado por el Creador con una consciencia es haber sido dotado con la Vida y la capacidad de disfrutar, expandir y crear.
Explica y luego guía.
AMPARTAPA