INTRODUCCIÓN.-
Antes de adentrarme en el trabajo que se me ha encomendado, debo primero realizar definiciones de conceptos muy importantes para el desarrollo adecuado y la comprensión de este labrado.
Libertad: es la condición de quién no es esclavo. La libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás. Hay libertad cuando las personas pueden obrar sin coacción ni opresión por parte de otras personas.
Frankin D. Roosevelt, definió la existencia de cuatro libertades básicas como derechos inalienables de todas las personas:
– la libertad de expresión.
– la libertad de culto.
– la libertad para vivir sin miseria.
– la libertad para vivir sin temor.
La libertad, sin embargo, tiene limitaciones, que resultan de la propia condición de hombre libre, cada quién tiene derecho a su propia libertad y ésta sólo es posible entre iguales.
Justicia: derecho, razón, equidad. Principio moral que lleva a determinar que todos deban vivir honestamente.
Es el conjunto de pautas o criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
DESARROLLO.-
El hombre como animal social, ha aprendido desde tiempos ancestrales a relacionarse con sus semejantes. Debió entonces de una manera rudimentaria, establecer reglas, parámetros, normativas, nada escrito, pero totalmente conductual.
Surgieron entre los semejantes, algunos que con agresividad se imponían, otros con mansedumbre permitían esas imposiciones. En el devenir de los tiempos, muchas cosas fueron modificando el proceso de inter relacionamiento, llegando inclusive a tomar a nuestros mismos semejantes como esclavos, llegando a matar por dinero, y a quedar impunes frente a estos hechos, que eran vistos como normalidad en el comportamiento, siendo que un hombre sojuzgaba a otro, un clan sometía a otro clan y hasta lo exterminaba, una etnia dominaba a otra etnia e imponía bajo pena de muerte sus usos y costumbres.
Debieron transcurrir milenios hasta que por fin, Hammurabi, rey de Babilonia, en la Mesopotamia, aproximadamente 1700 años antes de Cristo, creó el primer código de leyes conocido. Indica la leyenda, que Hammurabi recibió de Samash (dios del sol) las reglas a cumplir, y que las inscribió en enormes placas de basalto para que todos pudiesen verlas. Este primer código era muy severo y estricto para su cumplimiento y contemplaba sobre todo la pena de muerte para varios delitos, aplicaba la “Ley del TALIÓN”, que exige un castigo igual al crimen cometido, se usaba esta ley como instrumento legal para ejercer una justicia personal que intentaba sustituir a la venganza por el crimen cometido. El resumen de la Ley del Talión dice: “OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE, MANO POR MANO Y PIE POR PIE”. Esta terrible sentencia se encuentra en la Biblia (Éxodo 21:24), donde Moisés interpreta de esta forma lo indicado por Jehová.
Con el transcurso del tiempo, se establecieron muchos intentos de nuevas leyes, algunas con efectos adecuados en el comportamiento de las personas, otras con efectos devastadores sobre la gente. Es bien conocido el hecho de que cuando se estaba conquistando el Nuevo Mundo, fueron perpetradas verdaderas masacres sobre los aborígenes, alegando que no tenían alma y que al no aceptar al Jesús como su Salvador se estaban condenando. En estos hechos, como bien podemos colegir, se conjuraban dos situaciones que nada tenían que ver con la justicia: por una parte el fanatismo religioso de la Santa Inquisición y por otra parte la codicia y ambición desmedidas del los mal denominados “conquistadores”.
Pero también debemos recordar que surgieron figuras destacadas que luchaban de verdad para lograr justicia y libertad. Uno de los más importantes hechos es la guerra de Secesión en los Estados Unidos, donde se pretendía lograr la libertad de los esclavos del sur. Situación que tuvo como figura predominante a Lincoln.
Por último, menciono el APARTHEID, situación muy delicada en sudáfrica, con una segregación racial muy importante, y en la que Mandela jugó un papel decisivo.
INTERPRETACIÓN.-
En todos los casos, se puede evidenciar que existe un marcado vínculo entre la libertad y la justicia. Se comprende que cuando se vulnera la libertad, se activa la justicia. El hombre tiene pocas virtudes y muchos defectos (el hombre promedio), que determinan que su parte animal sea la que predomine antes que su parte humana, y en mucho menor grado su parte divina.
La codicia y la ambición (comprendemos ambas situaciones en todos su ámbitos y esferas, por el poder, por el sexo, por el dinero), son dos terribles motores de la conducta del ser humano, que hacen sobresalir lo peor de las personas, determinando comportamientos agresivos, violentos y sádicos. Esto a su vez, logra que el intelecto se torne muy agudo, surgiendo ideas de creación de instrumentos muy sofisticados dedicados íntegramente a la matanza y a la tortura (no importa que bandera se esgrima, de defensa o de ataque), vehículos terrestres, marítimos o aéreos, armas de destrucción masiva, equipos de detección de tropas, arsenal nuclear.
Para contrarrestar este tipo de situaciones, otro bando de personas, intentarán crear mas y mejores armas, quedando esta situación como una espiral sin final.
CON MASONERÍA.-
El hombre nace libre, si no es así, busca su libertad, hace lo imposible por conseguirla, llega a morir o a matar para lograrla.
El masón nace libre (como requisito indispensable para ser masón), se hace aún más libre al volver a nacer en masonería, porque libera su mente, su alma y su conciencia, a planos inimaginables.
Como hombre libre, el masón busca la libertad, propia y de sus semejantes. Ayuda a liberar a las personas, a través de la enseñanza, de la educación, de la reflexión, del autoestudio, de la meditación y la contemplación.
Su ayuda no solo es filosófica, también dona recursos para mejorar las condiciones de vida de las personas menos favorecidas por las circunstancias.
El masón es libre y a través de esa libertad de pensamiento, de ese juicio crítico y de esa capacidad de reflexión, logra ejercer una justicia equilibrada, consensuada e imparcial.
La LIBERTAD es entonces indispensable para poder ejercer una adecuada JUSTICIA. El hombre libre desea la libertad de sus semejantes y ayuda a lograr ese alto cometido, intercede ante quienes sea necesario para lograr esa meta. Pero también es inflexible cuando se trate de imponer una sanción, porque quién vulnera la libertad de sus semejantes, debe ser castigado de la manera más adecuada posible.
Dice el dicho “el juez debe pensar 100 veces antes de castigar y una sola vez antes de perdonar”, siempre y cuando esté seguro de la culpabilidad o inocencia del acusado. Así como debe meditar en aplicar todo el rigor de la ley cuando la situación lo requiera. Esto demanda profunda reflexión y sabiduría, creencia en un Dios y respeto absoluto por la vida.
Gracias !!!
Rafael Valdivia V.