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LA RAZA HUMANA Y SU EVOLUCION

Y pasó Dios a decir: «Hagamos un hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra. Y procedió Dios a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó». (Génesis 1:26.27).

El primer hombre y la primera mujer fueron colocados en un escenario paradisiaco, un hermoso hogar parecido a jardín que fue llamado Edén, y se les dio trabajo agradable y que era interesante por el reto que encerraba. Además, puesto que los primeros humanos fueron creados con cuerpos y mentes perfectas, no había defecto de ninguna clase en ellos. Por eso no había razón para que alguna vez experimentaran enfermedad, vejez ni muerte. A la primera pareja humana se le dijo también que: «Fueran fructíferos y se hicieran muchos y llenaran la tierra». A medida que tuvieran hijos, la familia humana aumentaría y extendería los límites del paraíso de modo que este abarcaría toda la tierra. Así, la raza humana sería una familia unida, y todos vivirían en salud perfecta sobre una tierra que sería un paraíso.

Sin embargo, para que esta armonía continuara, la primera pareja humana tenía que aceptar el derecho del Creador de gobernar la humanidad. Es decir, tenía que aceptar la soberanía de Dios. Mientras la raza humana se mantuviera dentro de las pautas fijadas para ellos por su Creador, la vida sería continua, de buen éxito y feliz.

La humanidad fue creada con libre albedrío, no fueron hechos para que reaccionaran como robots, ni obligados a hacer ciertas cosas principalmente por instinto, como sucede en el caso de los animales o los insectos. Sin embargo, esta libertad había de ejercerse con responsabilidad, dentro de los límites de las leyes de Dios, leyes que funcionaban para el bien común.

La libertad total para tomar todas nuestras decisiones sin considerar la dirección de nuestro Hacedor puede causar toda clase de problemas. Así sucedió en el caso de los primeros representantes de la raza humana. Ellos escogieron dar mal uso a su dádiva o don de libertad. decidieron, equivocadamente, procurar independizarse de su Creador y así «Ser como Dios». Pensaron que podían determinar para sí mismos lo que era correcto y lo que era incorrecto.

Cuando los primeros humanos se alejaron de la dirección de su Creador, «LA FUENTE DE LA VIDA», escogieron voluntariamente un proceder de independencia respecto a su Creador y El dejó que ellos aprendieran el significado pleno del proceder que habían escogido, al dejar que se las arreglaran por sí mismos.

Sin el poder sustentador de su Creador, empezaron a experimentar una desintegración gradual de mente y cuerpo. Con el tiempo envejecieron y murieron. Esta imperfección, junto con la condición de estar separados del Creador y de sus leyes, abrió las compuertas para el impetuoso fluir de la insensatez humana, Así pues, la historia de la humanidad ha llegado a estar llena de sufrimiento, dolor, enfermedad y muerte. ¿Quiere decir esto que la iniquidad surgió enteramente de los humanos? NO, hubo mas que eso. La creación de criaturas inteligentes no se limitó a humanos, ya que Dios había creado innumerables criaturas espirituales en los cielos, y una de ellas, la más ambiciosa, llevó a Eva, la esposa de Adán, a desafiar la autoridad de Dios.

Pero ¿por qué no destruyo Dios desde el principio a estos violadores de la ley? La respuesta está en el hecho que delante de toda la creación inteligente se había planteado cuestiones de profunda importancia. Una de las cuestiones envolvía preguntas como estas: ¿Traería alguna vez beneficios duraderos el independizarse de la soberanía de Dios? ¿Sería mejor para la gente que Dios la dirigiera o sería mejor que el hombre se dirigiera a sí mismo? ¿Podría la raza humana gobernar con éxito ese mundo en independencia de su Creador? En pocas palabras, ¿necesitaban realmente los humanos la guía de Dios? Estas preguntas exigían respuestas que solo se podrían responder con el paso del tiempo.

No obstante ¿por qué ha permitido Dios que haya pasado tanto tiempo antes de resolver estos asuntos, unos 6000 años ya? Si Dios hubiera intervenido mucho tiempo atrás se podría pensar que a la humanidad no se le dio suficiente tiempo para que desarrollara un gobierno que diera resultado, ni la tecnología necesaria para traer paz y prosperidad a todos. Por eso en su sabiduría, Dios sabia que los problemas planteados requerirían tiempo para ser resueltos y permitió tal tiempo.

A través de los siglos se han probado toda clase de gobiernos, todo tipo de sistemas social y todo tipo de sistema económico. Además, la humanidad ha tenido suficiente tiempo para efectuar muchos avances tecnológicos. El estudio científico ha ampliado dramáticamente nuestro conocimiento del universo y de la tierra y de los organismos vivientes. Estudios del cuerpo humano han llevado a mejores modos de tratar las enfermedades y lesiones. Rápidos adelantos en la electrónica no han introducido en la era de la computadora. Los científicos han ejecutado hazañas asombrosas, pues hasta han logrado enviar hombres a la luna traerlos de regreso. Se ha incrementado nuestro conocimiento del mundo que nos rodea, desde lo diminutamente pequeño hasta lo infinitamente grande.

¿Ha producido todo esto la clase de mundo que sea una bendición verdadera a la familia humana? No lo creemos. Nada de lo que la humanidad ha intentado ha traído verdadera paz y felicidad para todos. En vez de eso, después de todo este tiempo las condiciones son más inestables que nunca. El delito, la guerra, la desintegración de la familia, la pobreza y el hambre, causan estragos en uno y otro lugar. La misma existencia de la humanidad es puesta en peligro. Armas atómicas de imponente poder destructivo pueden aniquilar a toda la raza humana. A pesar de miles de años de esfuerzo, a pesar de muchos siglos de experiencia humana sobre la cual edificar, a pesar de haber alcanzado el máximo progreso tecnológico, la humanidad todavía lucha, sin éxito, con los problemas más fundamentales.

La misma tierra ha experimentado efectos adversos. La avaricia y la negligencia de la raza humana ha convertido grandes áreas en desiertos al acabarse con los bosques que la protegían. Desechos químicos y de otra naturaleza han contaminado la tierra, el mar y el aire.

Todo ello prueba que la gobernación humana en independencia del Creador del hombre no es satisfactoria. Se ha demostrado que es imposible administrar con éxito los asuntos de la Tierra sin contar con el Hacedor del hombre. La historia continúa confirmando la franca evaluación bíblica de los esfuerzos del hombre por gobernar cuando dice: «El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo». (Eclesiastés 8:9).

En el largo período de existencia de la humanidad, todo lo que tiene que probarse ha sido probado y por eso, durante la eternidad del tiempo futuro no permitirá nuestro Creador que se eche a perder la paz y la felicidad de la vida en la Tierra.Aunque el sufrimiento que ha habido por los siglos ha sido muy doloroso para la humanidad, ha cumplido con un buen propósito. Este pudiera compararse como cuando uno permite que su hijo sea sometido a una dolorosa operación para corregir un grave problema de salud. Los beneficios de largo plazo sobrepasan pos mucho el dolor temporal. Además, el futuro que Dios ha propuesto para la humanidad quitará de la memoria la carga del pasado.

El plan de nuestro Creador, el G:. A:. D:. U:., se está cumpliendo. Todo aspecto de la creación de Dios llegará a estar en completa armonía con su propósito.

Escrito por: Carlos Aníbarro Mérida

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