La definición de moral se puede abarcar desde diversas perspectivas, ya que su ámbito abarca desde el sentido, pasando por la filosofía hasta una postura más religiosa. En términos amplios, desde el punto de vista filosófico, se trata de aquel conjunto de creencias y valores, que dictan normas y costumbres que guían el actuar de las personas hacia el bien, ya se trate del conjunto de creencias, que permiten distinguir entre el bien y el mal al realizar un determinado acto. La rama de la filosofía que estudia la moral es la «ética».
Desde una perspectiva más bien religiosa, se hace el intento de que los fieles no piensen que la moral, son aquellas prohibiciones impuestas por Dios, sino más bien, que se trate de vivir y desarrollar nuestras vidas en el amor a Dios y al prójimo. A fin de lograr comprender mejor lo anterior, se presentan como guía los 10 mandamientos, ya que indican lo que es el amor auténtico: el desear y hacer el bien al prójimo y así mismo.
Por otra parte, la moral, al hacer referencia a la persona, hace imprescindible el considerar la dignidad humana. De este modo, la moral sería el modo de ser y de vivir respetando y promoviendo la dignidad del hombre en todo momento. Desde otro punto de vista, menos ligado a la fe, la moral continúa siendo algo bastante similar, constituyéndose como aquella conciencia de libertad propia del ser humano, a
través de la cual sus actos son juzgados como buenos o malos. En términos generales, la moral se constituye como aquel conjunto de valores esperados en toda persona, en el que incluyen el respeto a la dignidad humana y la igualdad de las personas, en torno a su género y ante la ley.
La palabra «moral» tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es „costumbre‟. Moralis (< latín mos = griego „costumbre‟). Por lo tanto «moral» no acarrea por sí el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas. La Moral, es una de las cualidades propias de cada persona, que ha sido educada bajo un sistema de comprensión y de entendimiento de las costumbres humanas. La Moral, alude a la práctica de las buenas costumbres. La Moral tiene una base social, ya que esencialmente es un conjunto de normas establecidas en el seno de una sociedad y como tal ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes.
Los problemas relacionados con los parámetros morales o de ética normativa de la conducta humana tienen incidencia en prácticamente todas las áreas humanas, y como tal, la francmasonería no escapa a esta regla. En este caso, los parámetros de ética normativa han sido expresamente señalados en diversas fuentes, desde el mismo origen de la francmasonería. Entre otras, estas fuentes incluyen las constituciones de Anderson del año 1723, o de los discursos pronunciados por Ramsay en 1737.
James Anderson (1678-1739) fue el autor del libro de las Constituciones, un hecho que fue concluido en 1723 y que reunió en un todo orgánico las reglas de la masonería entonces existentes, siendo reeditado años después. El Párrafo Primero de las Constituciones de Anderson de 1723, referidas a “Lo que se refiere a Dios y a la religión”, establecía que:
“Un Masón está obligado, por su condición, a obedecer la ley moral, y si comprende el Arte, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un libertino irreligioso. Aun cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país a practicar la religión que se observaba en ese país, hoy se ha creído más oportuno no imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales; es decir, ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus Denominaciones o de sus Confesiones. De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí”.
Por tanto, la obligación fundamental en la perspectiva de Anderson era “ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad” dejando a un segundo plano las respectivas Denominaciones o Confesiones religiosas. Esta redacción fue modificada en la edición de las Constituciones de 1738, en término tales que en la nueva edición se señala que la obligación consiste en “ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sean los Nombres, Religiones o Confesiones que contribuyen a distinguirlos”, lo cierto es que la obligación esencial en cuanto a ser hombres buenos y leales permanece hasta hoy día como un requisito esencial para todos los francmasones.
En el caso peculiar de Bolivia, debemos añadir la Declaración de Principios de la Gran Logia de Bolivia, que en su capítulo II, nos indica que “ La Masonería Simbólica es una Institución Universal e Iniciática, esencialmente filosófica, filantrópica y progresiva, que Trabaja por el perfeccionamiento moral e intelectual del ser humano”, también en esta misma Constitución, en el capítulo referido a requisitos de admisión, indica:
“que para ser iniciado Mason, hay que gozar de reputación y costumbres intachables”, y cómo habíamos indicado anteriormente la MORAL, es la práctica de las buenas costumbres por lo que nuestra Augusta Orden, nos señala desde un principio la práctica de la MORAL. En el mismo momento de nuestra Iniciación al momento de prestar el juramento respectivo el V..M:. nos señala, que la Francmasonería es libre y que requiere una perfecta y espontánea inclinación en cada Candidato hacia sus misterios, que se requieren votos de fidelidad, pero que en esos votos no existe nada incompatible con nuestros deberes civiles, morales o religiosos. De igual manera al realizar la marcha hacia el Ara, los tres pasos regulares que damos todos los aprendices, nos enseñan moralmente “vidas rectas y acciones bien escuadradas”, es por esta misma razón que el V:.M:., en este mismo acto nos señala que dentro las tres grandes luces de la M:. la Escuadra nos sirve para regular nuestras acciones, por lo que simbólicamente tienes estrecha relación con los conceptos de moral. Por esta razón a la E:. siempre se le ha considerado, como el Símbolo de la SINCERIDAD, la LEALTAD, y la RECTITUD, es decir, cómo el símbolo que tiene relación con la Moral.
Para concluir, cuando decimos, que para ser admitido en la masonería, hay que ser hombre puro y sin mancha, no estamos indicando otra cosa, que las personas que quieran ingresar a nuestra institución, deben ser hombres que hagan en su vida la práctica de las buenas costumbres.
Víctor Cervantes