Pienso luego existo…
La Modernidad (Segunda Parte)
AUTOR: SAFO
En la continuidad de analizar lo que hoy por hoy se entiende por modernidad, vamos a circunscribirnos a otro análisis estadístico referido a las nuevas generaciones en Bolivia, apoyándonos para ello en unas estadísticas y definiciones extraídas de un artículo que sobre este particular fue efectuado por la periodista Aleja Cuevas, sobre el Estudio de Análisis Multigeneracional de Bolivia, efectuado por dos consultoras internacionales de investigación. En ellos se discrimina a la juventud actual en tres grandes grupos denominados: “Generación X”, “Millenial Y” y “Centennial Z” en función a su año de nacimiento y edad.
Afirma que los del grupo perteneciente a la “Generación X”, son los nacidos entre 1968 a 1982 y tienen entre 36 a 50 años. Se estima una cantidad de un millón ochocientos sesenta mil componentes de este grupo en Bolivia o sea un 17% de la población total y que vivieron en carne propia varios eventos importantes, entre ellos a nivel nacional: los golpes militares, las dictaduras, la hiperinflación y una constante de alta conflictividad social. En tanto que a nivel internacional les tocó tomar conocimiento directo de: La caída del Muro de Berlin; el fin de la Guerra Fría; la aparición de la enfermedad conocida como SIDA; la llegada del internet y el empoderamiento de la mujer. Las características más llamativas de este grupo generacional son las de ser: disciplinados, conservadores, ordenados, leales y tradicionales. Además son adictos al trabajo y tienden a buscar la seguridad; son ansiosos por conseguir sus metas mostrando actitudes analíticas y eficientes. Son profesionales en un 50% y trabajan dependientemente en un 53%, mientras que un 25% está dedicado al comercio.
Los denominados “Millenial Y” son los nacidos entre 1983 al 2000 y tienen entre 18 y 35 años, agrupando a un total de tres millones cuatrocientos mil personas, o sea el 30% de la población actual. Un grupo significativo no solo por número sino por sus características, conocimientos y futuro para desarrollar sus ideales. Se aplica la definición que “a mayor edad menos digital; más joven más digital”, pues el 70% usa internet con un promedio de 6 horas día de conexión y 4 dedicadas a las redes sociales, o sea la mayor parte de su tiempo libre. El 85% utiliza smartphones, laptops y tablets, mostrándose más exigente, ahorrador, ansioso por darse gustos inmediatos, innovador y le gusta estar a la moda.
Los acontecimientos nacionales por ellos vividos son: la existencia de la vida política en democracia; la economía neoliberal; el desarrollo de las telecomunicaciones y la mayor estabilidad social. En el área internacional los eventos más importantes han sido la preponderancia del terrorismo; la invasión a Irak; la explosión de las redes sociales y el éxito y manejo del playstation. Son totalmente tecnológicos, abiertos al cambio, les gusta la libertad de expresión y se inclinan por la paz y la naturaleza. Son profesionales en un 55% y solteros en un 70%, aunque trabajan solo un 28% como dependientes y un 31% son independientes en comercio y otros oficios.
Finalmente los clasificados bajo la denominación de “Centennial Z”, son los nacidos desde el 2001 al presente y son los menores de 17 años, completando un total de un millón doscientos mil habitantes que alcanza a un 10% de la población total. En su corta vida los eventos más trascendentales a nivel nacional son el largo gobierno de Evo Morales y el renacimiento del populismo denominado como socialismo del siglo XXI. A nivel internacional son bombardeados por noticias sobre la crisis económica mundial; el calentamiento global y el boom de los dispositivos móviles. Son también denominados como los nativos digitales, conscientes del cuidado medioambiental y aunque enfocados en conseguir logros a corto plazo, son irreverentes, despreocupados y enmarcados en una vida de redes sociales y de deportes al aire libre. Su característica principal es que son muy hedonistas e irreflexivos, pues disfrutar el momento es lo más importante sin apreciar el costo, tiempo o esfuerzo que esto signifique. En su totalidad son estudiantes y dependen económicamente de sus padres, aunque muy pocos comprenden el esfuerzo que cuesta a sus progenitores cubrir sus necesidades materiales, deportivas y tecnológicas.
Sin pretender ingresar en mayores profundizaciones sobre estos datos estadísticos y aceptando que existen excepciones que confirman la regla, tenemos ante nosotros una fotografía sobre la realidad nacional, que comparada con la de otros países guarda sus diferencias basadas en la capacidad económica, facilidades tecnológicas, oportunidades y fuentes de trabajo estables y por supuesto estabilidad social y económica a largo plazo.
¿Qué y cómo definir entonces al modernismo? ¿Se trata solo de un problema de edad, de conocimientos o de oportunidades?
Difíciles cuestionantes que no pueden tener una respuesta simple e irreflexiva, pues se deben razonar y ponderar varias causales para poder encasillar a las personas como modernas. Los mismos períodos o eras en las que se divide la humanidad ya utilizaron el término de era moderna y se encuentran a la búsqueda de algún otro que defina mejor a la actual.
¿Es moderno acaso el que domina la tecnología cibernética y piensa y hace lo que quiere?
¿Es moderno aquel pasado de edad pero que se viste a la última moda, utiliza celulares de última tecnología y aparenta a través de la práctica del “fitness”, lucir menor edad?
Finalmente, ¿acaso los clasificados como “Centennials Z” dejarán de ser modernos cuando atraviesen la edad de los veinte años y como deberíamos clasificarlos?
Se piensa que todo lo moderno implica cambios, rebeldía y demostraciones de independencia con anhelos que van en contra de las costumbres sociales. Pero si analizamos la vida como tal, siempre hubieron rebeldes e insatisfechos con la realidad que les tocó vivir. Los revolucionarios de antaño fueron en un comienzo irrespetuosos e insatisfechos con los poderes monárquicos y lograron en base a encendidos discursos convencer a las masas de la necesidad de la rebelión, lo que en otras palabras solo demuestra que el ser humano se encuentra en constante proceso de evolución, renovación y cambio.
La ductibilidad de la mente humana nos demuestra día a día que no tiene límites en cuanto a su evolución y desarrollo y que la propia capacidad de generación mental aún se encuentra lejana en su uso a un veinte por ciento de su verdadera capacidad total neuronal.
Esto significa que siempre habrá personas con nuevas ideas que podrán cambiar estructuras políticas, económicas, sociales y culturales en cada vez más cortos espacios de tiempo. La revolución de la comunicación a través del internet y los sorprendentes cambios y avances tecnológicos en la cibernética y robótica, así como las nuevas invenciones en materiales antes desconocidos y más funcionales, nos demuestran que los límites aún no se han definido y que las nuevas generaciones, incluidos los actuales “Millenials y los Centennials” aún tendrán la oportunidad de enfrentarse a nuevos cambios y retos de asimilación y comprensión de los mismos.
¿Todo cambio es necesariamente bueno?, por supuesto que no y la mente humana de las actuales y nuevas generaciones deberá siempre estudiar el pasado, como fuente de reflexión y razonamiento.
No todo lo “antiguo” es malo y menos desechable, deberemos pues actuar en consecuencia y recordando las magistrales reflexiones de nuestro autor Eduardo Galeano, con quien iniciamos este análisis, existen valores y principios que deben ser mantenidos y mejorados con el transcurrir de los tiempos. El sabio consejo de los ancianos jamás debiera ser ignorado y por el contrario esa sabiduría acumulada a través de escritos, estudios y razonamientos, debe ser consultada constantemente con quienes hoy por hoy se consideran modernos.
El futuro de la humanidad se encuentra en las manos de estas tres generaciones que acabamos de definir y de acuerdo a su razonar y actuar avanzaremos en la conservación y desarrollo de la humanidad, pero no nos olvidemos que ahora nos asfixian nuevas preocupaciones que quizás antes no eran temas de análisis, como ser el cuidado del medioambiente, la protección de varias especies en peligro de extinción, la carencia de agua, la sobre explotación de los recursos naturales, el calentamiento global y la excesiva sobre población que no podrá abastecerse de alimentos sanos y naturales.
La solución de buscar una nueva nave para reemplazar o aliviar a la cansada nave tierra, aún no tiene visos de progreso y realidad y aunque la tecnología se encuentra en pleno trabajo de experimentación con naves y satélites inter espaciales enviando robots a otros planetas, la combinación mágica de agua y oxígeno, que permite la vida del ser humano aún no ha sido descubierta, sin dejar de lado la posibilidad de que los demás planetas ya se encuentren habitados por otras formas de vida.En consecuencia es nuestro deber y en la actualidad para todos los habitantes, cuidar lo que tenemos y evitar ingresar en la peligrosa carrera del consumismo desmedido que solo alivia gustos inmediatos y particulares, sin pensar en las consecuencias globales y a largo plazo.