INTRODUCCION
Iniciación es un término que tiene dos acepciones conocidas por nosotros, siendo la primera una ceremonia por la cual somos admitidos en una logia, capitulo, consejo, tribunal o consistorio, de nuestra Augusta Orden. La segunda acepción es la que nombra a un proceso cuya causa primordial es la transmisión de un Valor Espiritual Inteligente, por medio de un grupo de Iniciados y Adeptos que aseguran la regularidad de la trasmisión tradicional de los conocimientos secretos de la masonería para alcanzar el efecto deseado: la redención de la sociedad a través de la construcción de un edificio de valores a los que se puedan adscribir los ciudadanos.
Es objetivo de la masonería preparar al Iniciado, dándole los elementos que le permitan trabajar sobre si mismo en la construcción moral, intelectual y espiritual del templo de su existencia y de su carácter, en conformidad a la Ley Natural o Sabiduría Creadora que conocemos bajo el nombre de G.·.A.·.D.·.U.·.
DESARROLLO DEL TEMA
Dejando de lado a la iniciación como ceremonia, ya que en ella de ninguna manera que no fuera mágica o milagrosa pudiera un hombre ser transformado en lo que no es, vamos a concentrarnos en caracterizar ese largo proceso llamado iniciación, cuyo objetivo, ya lo hemos señalado, es hacer del hombre un medio eficaz para el desarrollo armónico de la humanidad en su aproximación al ser perfecto en comunión con la naturaleza trascendental o supremo creador.
La iniciación requiere de una transmisión tradicional legítima, esto es, que la institución iniciática tiene que tener “qué” transmitir. Esto exige que la masonería cuide su tradición, sus valores espirituales, su filosofía de vida. La masonería tiene que contar con miembros que tomen en serio su pertenencia a la Orden, que no vean en ella solamente una institución de beneficencia, una escuela de ciencias ocultas o un club social.
Para entrar en el camino de la iniciación, el neófito tiene cumplir un primer requisito: tener un alto potencial de espiritualidad. El hombre que centra su vida en la materialidad difícilmente podrá ser otra cosa que un profano con arreos. El iniciado es un ser eminentemente espiritual. El proceso iniciático puede requerir también cambios en los objetivos, los hábitos y las prioridades en la vida… la voluntad es la fuerza motriz que permite realizar esos cambios. El neófito se verá continuamente enfrentado al desafío de revisar sus convicciones, ya que es el producto de una cultura que por muchos años, desde su niñez, ha moldeado su manera de ser y de pensar, mediante la familia, la religión, la estructura educativa del país y las circunstancias sociales que le rodeaban antes de su ingreso a la Orden.
De ahí surge la necesidad del primer símbolo que el profano en vías de ser iniciado ha de enfrentar: la muerte, seguida del ingreso a la tumba… el interior de la tierra… la Cámara de las Reflexiones, con su lección primordial: V.·.I.·.T.·.R.·.I.·.O.·.L.·.V.·.M.·., que en una traducción libre significa: “Ingresa en tu interior, purificando tus pensamientos encontrarás la piedra oculta que es el verdadero remedio para todos los males sociales, la piedra filosofal de la alquimia espiritual, el amor”. El Iniciado sabe que la Muerte no es sino un símbolo de Transformación, que el valor está en la vida.
Esta primera iniciación, aproximado equivalente a los Misterios Menores de Eleusis inducirá al trabajo personal, con el objetivo de que el profano se transforme en un Maestro Mason consciente de sus deberes sociales y morales, un ciudadano capaz de enseñar la igualdad al humillado, la Libertad al subyugado y la fraternidad a todos los hombres. En este nivel, el Iniciado practicará sus deberes de CALLAR y SABER, esto es, habrá aprendido a coordinar su inteligencia y sus sentimientos, controlando sus emociones e instintos, será un estudioso de la ciencia y la metafísica, y continuará sus estudios en las logias de perfección hasta llegar al Capítulo Rosa Cruz, en el que se dará cuenta que para quien ponga trabajo y esfuerzo en el estudio y voluntad en el cumplimiento del deber, la superación espiritual es posible, al margen de la religión establecida.
La siguiente inquietud que se presenta al Caballero Rosacruz es la posibilidad de acercarse al G.·.A.·.D.·.U.·. por el perfeccionamiento de sus conocimientos con el auxilio de la filosofía y la Cabalá. En este proceso se va haciendo clara la noción de que, pese al perfeccionamiento del conocimiento y la espiritualidad, los problemas en la sociedad no pueden ser eliminados por mucho que el masón desee intervenir en la construcción social, que hay fuerzas espirituales contrarias al progreso de la humanidad, que hay un interés en que el ser humano se arrastre en la pobreza y mediocridad intelectual, que hay, en suma, grupos humanos de poder que actúan despóticamente protegiendo los intereses de…no sabemos quién. En este estado de cosas, vuelve a levantarse la masonería del R.·.E.·.A.·.A.·. para ofrecer nuevas luces a los que ahora son Príncipes del Tabernáculo….la Iniciación Superior.
La masonería desea que sus miembros sean ejecutores, más que simples y pasivos observadores, de acciones útiles para la evolución de la sociedad, y para simbolizar la acción, se presta la figura del Caballero Templario, aquel que después del avasallamiento de Clemente y Felipe, se refugió en las logias de Escocia, y que posteriormente dedicó su vida a ejecutar la venganza por el asesinato judicial de Jacobo de Molay. Así se crea el grado del Caballero Kadosh, el elegido, el separado, el santo, porque será el elegido para llevar adelante la sagrada misión de rescatar al pueblo sojuzgado por los despotismos religiosos y civiles, para ponerlo de pié, libre
de cadenas que aprisionan su espíritu, su conciencia y su intelecto, a la voluntad de unos cuantos que se pensaron los elegidos de Dios para gobernar el mundo… ¡Como si Dios hubiera creado una raza de esclavos!.
Los ejecutores del Temple, por proclamar la venganza, atrajeron sobre sí el temor y el repudio de la sociedad feudal de la época, error en el que nuestra masonería no puede caer, siendo necesario, entonces, que el Caballero Kadosh sea Iniciado en una forma superior de acción, que reconociendo el maléfico papel que en la evolución social juegan el despotismo gubernamental, el despotismo religioso y la traición a los juramentos, y respetando al mismo tiempo las institucionalidad legitima
y legal del país, pueda actuar con amor por la Divinidad y con amor por la
humanidad, en la defensa del débil y el inocente, desoyendo a los opresores, desenmascarando la hipocresía y la impostura, combatiendo el fanatismo, la superstición, la tiranía y la injusticia.
La Iniciación Superior despertará en el Caballero Kadosh la comprensión de que él es el medio entre las causas que tienen a la humanidad sojuzgada y a la sociedad llena de imperfecciones, y el efecto que se desea lograr, que no es otro que la redención de la sociedad, para llevar a la humanidad a las alturas para las que fue creada, sin violencia, sin venganzas, pero también sin pausas ni demoras.
El Caballero Kadosh seguirá sumido en los estudios que había empezado como Maestro Masón y profundizado como Caballero del Sol, buscando causas primordiales para el estado actual del mundo.
El Caballero Kadosh estudiará y meditará profundamente en los temas que le planten los catorce peldaños de la Escalera Misteriosa, para ser el eficaz medio transformador entre las causas primordiales y los efectos que estas producen en la sociedad.
Cuando se sienta preparado, tendrá que QUERER actuar impulsado por sus
convicciones y OSAR tocar lo que habíase llamado sagrado para impedir el progreso de la humanidad, y que no era otra cosa sino el capricho de jerarquías sacerdotales protegiendo sus intereses particulares. Será pues, el Caballero Kadosh que lleve a la realización su Iniciación Superior, llegando a ser el Hermano Adepto que asegure la Transmisión Regular de la Tradición Masónica.
CONCLUSIONES
La observación retrospectiva del proceso iniciático de la masonería, viendo cómo se encadenan los temas de estudio desde el grado de Aprendiz hasta el de Caballero Kadosh, no puede hacer otra cosa que afirmar la necesidad de no permitir que se trunque la transmisión iniciática.
Quedar en un grado intermedio supone estar, como masón y como persona, incompleto. Es obvio que el hermano que se encuentre en ese punto no notará ninguna diferencia entre quedarse donde está, o dar el siguiente paso. Es trabajo de la institución proveer del incentivo que requiere el hermano a través de la activa participación de la Jerarquía… una labor más para el Caballero Kadosh
OPINION PERSONAL
Hay que haber pasado por un gran desierto de arena, para saber lo sabrosa que es el agua fresca. Obtener la Iniciación Superior no es haber sido admitido al Grado XXX. Se necesita poner en juego la Voluntad de estudiar, adquirir el hábito de la humildad, entender que la fraternidad va mucho más allá de la amistad o el fastidio con el hermano y sacudirse del cuerpo la pereza o las ganas de buscar diversión en otro lado; es prácticamente un apostolado, o un sacerdocio bien entendido. En unas pocas otras palabras, algo difícil de lograr, un renacer para el servicio. Y ese servicio, en este
momento de la historia, parece ser el de la educación del pueblo.
Espero haber cumplido, T.·.V.·.P.·.G.·.C.·.
Arturo Echeverría Zenteno 31°
Jueves 11 de Julio de 2019 e.·.v.·.