Ser imperfecto es ser una persona capaz de aceptar su errores y perdonarse por ellos. Ser imperfectos es ser nosotros mismos, con nuestros logros y satisfacciones, pero también con nuestras pérdidas y errores.
La imperfección es esa huella que nos identifica, la que nos hace ser distintos de la persona que tenemos al lado y nos hacer ser auténticos. Todos cometemos errores. De hecho, el ensayo y el error es una de las bases más sólidas para el aprendizaje de cómo funciona el mundo y cómo funcionamos nosotros mismos, sobre todo para formar nuestros valores, actitudes y hábitos. En este aspecto, la atención juega un papel fundamental.
En muchas ocasiones nos cargamos de deberes y obligaciones sobreestimando nuestra capacidad para hacerles frente. Y claro, cuando nos exigimos mucho no cumplimos con nuestras expectativas. Intentar controlarlo todo nos hace cometer más errores. La vida, al fin y al cabo, es un cúmulo de errores. Un camino incierto lleno de intentos. Ahí está la clave, en intentarlo.