La escultura:
“El Aprendiz”,
es una de las
¡más bellas e inspiradoras expresiones! que he encontrado sobre el trabajo interior que necesita uno realizar para pulir sus imperfecciones y dar a luz a su mejor yo.
Plotino en el siglo III d.C, decía así:
“Regresa a ti mismo y observa;
sí aún no te ves bello, haz como el escultor de una estatua que debe llegar a ser hermosa:
quita, raspa, pule y limpia hasta que hagas aparecer un bello rostro en la estatua.
También debes retirar todo lo superfluo, enderezar todo lo tortuoso, limpiar todo lo oscuro.
Abrillántala y no ceses de esculpir tu propia estatua hasta que aparezca en ti el divino resplandor de la vi
rtud, hasta que veas la sabiduría en pie sobre su sagrado pedestal”.
Con un Pensamiento Liberal en Evolución y Acción, trabajemos como arquitectos de nuestro destino…