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La Conducta Humana y el Comportamiento Humano

CONSTRUYENDO… 

El Constructor

La Conducta Humana y el Comportamiento Humano 

CONCEPTOS SOBRE LA CONDUCTA HUMANA.

Aristóteles, filósofo griego que vivió en el siglo IV a. C, sostiene que el hombre es un animal político‖; con ello significa que no puede perfeccionarse fuera de la polis (en griego polis = ciudad-estado); de allí proviene la palabra política. Lo mismo dice Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia del siglo XIII: Es natural del hombre ser un animal social y político, con mayor tendencia que los demás animales a vivir en comunidad, como nos lo declara la propia necesidad. A los demás animales la naturaleza los proveyó de comida y vestido, o al menos de velocidad en la huida. 

El hombre carece de todo esto; pero tiene, en su lugar, la razón y sus manos. Mas para adquirir lo necesario no basta un solo hombre; es, pues, indispensable vivir en sociedad de muchos. El papa Pío XI dijo: Dios ha ordenado al hombre para la sociedad civil, como lo requiere su misma naturaleza. En el plan del Creador la sociedad es un medio natural, del cual el hombre puede y debe servirse para el logro de su fin.‖ 

INTRODUCCIÓN: El hombre, ser inteligente y libre: Las acciones del hombre tienen un carácter trascendente. Esto quiere decir que el hombre es inmortal, que tiene un destino eterno, que todo lo que realice aquí en la Tierra tiene importancia en la vida eterna. 

El hombre es un ser inteligente y libre. Estas dos facultades las debe utilizar con mucho cuidado, pues de su recto uso depende en gran parte la marcha de la sociedad. La inteligencia capacita al hombre para conocer la verdad de las cosas y el hombre debe utilizarla precisamente para la búsqueda de la verdad. 

Las palabras inteligencia, intelecto, provienen del latín intus leqere, que significa leer dentro. El hombre es el único ser capaz de leer dentro, es decir, de reflexionar, meditar, ensimismarse, meterse dentro de sí mismo, como decía el filósofo Ortega y Gasset. 

La libertad es una facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra. Como el hombre es responsable de sus actos, la libertad sólo puede ser usada para realizar el bien. Cuando se hace el mal, se abusa de la libertad y se transforma la libertad en libertinaje o desenfreno. Es indudable que el hombre necesita de sus semejantes. Aislado de ellos no puede procurarse lo útil y necesario para vivir, ni alcanzar el perfecto desarrollo de sus facultades, ni lograr la educación de sus sentimientos. El hombre es un ser social por naturaleza y así lo ha hecho Dios. 

La sociabilidad, o sea la tendencia del hombre a vivir en sociedad, no es un fenómeno casual sino que forma parte de su propia naturaleza. Por valiosas que sean, sus condiciones o facultades, el hombre no puede por sí solo cumplir los fines para los que ha sido creado sin la ayuda de la sociedad en la que le toca vivir. 

LA CONDUCTA HUMANA

Interesantes Conceptos Básicos. A partir del momento en que un ser humano nace, se encuentra inserto en un medio ambiente social y en un medio ambiente natural. Desde ese momento y aun durante toda su vida, estará en constante relación con dicho medio. 

De este modo el ambiente lo influirá, lo estimulará. Cada objeto que toque, la forma en que lo alimenten y cuiden, los seres que entren en contacto con él, le mostrará al niño las características del mundo en que nació. Ese medio puede ser hostil o amigable, rudimentario o tecnificado, indiferente o protector. 

Pero en esta relación, no se manifiesta el sujeto como elemento pasivo; no recibe las influencias sin reacción alguna. Por el contrario, el sujeto reacciona, elige cosas, rechaza otras, e incluso modifica el medio de acuerdo con sus necesidades. Es decir, se manifiesta como sujeto actuante: 

Esta relación entre el sujeto y el ambiente es, entonces, bidireccional: el medio influye sobre el hombre y éste selecciona, rechaza y aun modifica o transforma el medio. Se presenta, por lo tanto, bajo la forma de interacción. 

Así, durante el transcurso de su vida, el hombre es modificado por el medio, el que a su vez, lo modifica. Esta interacción presenta dos momentos: 

1. Las características que poseemos, nuestra manera de comportarnos, nuestros gustos y preferencias, dependen del ambiente en que nacimos: de haber ocurrido esto en otro tiempo o lugar, nuestra manera de pensar o de sentir serían muy distintas. Estas variaciones se dan aun dentro de las diversas zonas geográficas; por ejemplo: el niño del área rural, que debe recorrer varias leguas a pie para llegar a la escuela, recoge influencias muy distintas a las del niño de la ciudad, que viaja en subterráneo, trenes, utiliza escaleras mecánicas, etc. 

2. Por otro lado, el hombre se manifiesta como activo transformador del medio, adaptándolo a sus necesidades. Al mirar un paisaje ve la mano del hombre como transformador de la naturaleza. Crea un mundo social y cultural que, además, modifica a lo largo de la evolución histórica. 

En esa interacción o intercambio, las acciones del hombre se manifiestan como una búsqueda de equilibrio entre sus necesidades y las posibilidades que le brinda el medio. El equilibrio que logra es dinámico; una vez logrado, se rompe, restableciéndose luego a través de nuevas acciones. 

¿QUÉ ES LA CONDUCTA?

Las conductas son las acciones del hombre en relación con el medio, manifestándose como una búsqueda de equilibrio; por ellas se integran nuestras necesidades con las posibilidades que nos presenta el medio. Dichas acciones no son siempre visibles desde el exterior sino que se manifiestan en dos dimensiones: la exterior y la interior. 

La dimensión exterior se refiere a las conductas observables, tales como, una expresión de júbilo. La interior, a las conductas que no se ven, pero que acontecen, tales como las de un sujeto que permanece quieto pero que piensa. La conducta, a la vez, se manifiesta en tres áreas: en la de las expresiones del cuerpo en la de las relaciones sociales en la de las expresiones mentales 

En realidad la conducta se manifiesta en las tres, pero, según las circunstancias, predomina la manifestación en alguna de ellas. 

La conducta es el vínculo entre los seres. Desde que nacemos no dejamos de conducirnos. Surge una necesidad y con ella una conducta que busca satisfacerla a través del vínculo con los demás. La forma en que logremos vincularnos dependerá de lo que los demás nos posibiliten y de nuestra capacidad de acción. 

A lo largo de su vida, cada ser humano va desarrollando una forma peculiar de conducirse, de vincularse con el medio, fruto de la interacción entre ambos. La experiencia que adquiera se incorpora a él influyendo en sus conductas posteriores. 

La conducta se manifiesta en tres áreas: la intelectual, la social y la corporal. Aunque determinada conducta puede abarcar más de un área, siempre hay preponderancia de alguna de ellas. 

De esta manera se irá conformando un estilo propio de conducirse o vincularse, resultado de esa experiencia previa. El término personalidad designa, precisamente, esa forma particular de vínculo con los otros seres. Cada persona estructura su persona a través de las conductas. 

CONDUCTA Y HOMEOSTASIS: Los demás seres de la naturaleza las plantas, los animales también establecen una relación de equilibrio dinámico con el medio ambiente físico. 

En el plano biológico, la homeostasis expresa ese equilibrio que se da en forma de una regulación automática. Por ejemplo, si la temperatura del medio exterior baja, se produce en el organismo la vasoconstricción, que impide la pérdida de calor del cuerpo y produce un aumento del metabolismo interno. 

Los ejemplos en este plano serían numerosísimos. De hecho, todo organismo vivo está en proceso de intercambio con el medio, tendiendo a lograr con éste un equilibrio, para poder llegar a una mejor adaptación. 

La conducta no solo implica aquellas acciones observables exteriormente, sino también todos los procesos internos, que no son directamente captados desde el exterior. 

La conducta es una forma de adaptación. Por la conducta el hombre procura una adecuada adaptación al medio. 

Adaptación no significa aceptación pasiva de las limitaciones, por el contrario, por su naturaleza de proceso dinámico, implica la respuesta activa del sujeto para canalizar sus necesidades según las posibilidades que el medio pueda brindarle y, aún, la necesaria modificación de este último para satisfacerlas. 

Como el intercambio es continuo, cada conducta es una nueva adaptación o, mejor dicho, una readaptación. 

CONDUCTA Y PERSONALIDAD: Las conductas no están aisladas e inconexas respecto del sujeto que las realiza, sino que están unidas a él, se hallan referidas al marco de su persona. Dicho de otro modo, las conductas no son ciegas ni se dan por azar, sino que representan acciones típicas de un sujeto, son expresión peculiar de él. 

Podemos reconocer que determinadas conductas son propias de tal o cual sujeto: son sus modos de resolver una determinada situación. 

Por lo tanto, las conductas son una manifestación de la persona, de un yo particular, o sea, expresan su personalidad. 

La personalidad no es visible, sino explicable a través del estudio de las conductas, y sobre todo, del estudio evolutivo de éstas, de la historia personal del sujeto. 

Las conductas son lo observable, lo visible de la personalidad, cuya estructura o conformación subyace a las conductas. 

Conducta y personalidad, como términos indisolublemente unidos, marcan el campo de estudio de la psicología. 

La conducta, al ser observable, puede ser analizada, controlada, e incluso puede experimentarse sobre ella. En cambio, la personalidad, al ser inferida a partir del análisis de la conducta, puede ser explicada a través de teorías. 

CARACTERES BÁSICOS DE LA CONDUCTA.

La psicología pretende estudiar la conducta, no como cosa aislada de la persona que la manifiesta ni del marco social en que se desarrolla. 

Para analizarla tiene en cuenta las siguientes características básicas: 

a) La conducta sólo puede comprenderse en función del medio en que se manifiesta. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta la situación en que dicha conducta aparece para poder interpretarla. b) La conducta implica conflicto. Toda conducta surge por una necesidad que se genera en el sujeto. Esa necesidad representa un desequilibrio entre él y su situación. Veamos dos ejemplos: 

1. La necesidad de aprobación social motiva al sujeto a actuar de determinado modo, ya sea cumpliendo los dictados de la moda comportándose como un buen estudiante, etc. 

2. El hambre provoca la necesidad de conseguir alimento. El sujeto deberá, entonces, movilizarse para obtenerlo. Tiene dos conflictos. El primero se presenta entre el sujeto y el medio social. En el segundo el conflicto se produce entre el sujeto y su organismo, (medio natural o físico). 

c) La conducta es una acción readaptada. Las conductas del hombre tienden a restablecer el equilibrio roto. En los ejemplos anteriores, las acciones que el sujeto realice le devuelven, ya en lo biológico como en lo social, la adaptación al medio. d) La conducta es un intercambio funcional entre el hombre v su ambiente. Hasta ahora vimos que la conducta representa un intercambio entre el hombre y su ambiente. Estos intercambios pueden ser de dos tipos: 

1. Materiales 2. Funcionales 

1) Los materiales implican intercambios de sustancias físicas o químicas; por ejemplo, en la alimentación se produce un traspaso de sustancias entre el organismo y los alimentos (medio natural). 

2) Los funcionales implican cambios o transformaciones que no ocupan un lugar en el espacio, como las conductas humanas. En la evolución de éstas se va logrando una mayor independencia respecto de lo material para llegar al manejo de los símbolos abstractos. A este tipo de intercambios, más liberados de lo concreto, se los denomina funcionales. 

e) La conducta tiende a preservar un estado de integración o consistencia interna de la persona. A través de la conducta el sujeto procura preservar la integración de su personalidad. Al existir conflicto, la estructura del ―yo‖ buscará resolver sin lesionarse a sí mismo, sin desintegrarse o entrar en franca contradicción entre lo que aspira hacer y lo que hace. Por le tanto, el sujeto tiende a fortalecer su personalidad a través de sus conducías. 

NUESTRAS CONDUCTAS Y LOS PROCESOS INCONCIENTES: Es común creer que somos totalmente dueños de nuestros actos. De este modo nos auto convencemos de nuestra racionalidad, lo que nos hace sentir más seguros y efectivos en nuestras relaciones con el mundo. Sin embargo, sin que el sujeto lo perciba, impulsan su conducta factores para él desconocidos: éstos son de origen inconsciente. 

Un ejemplo de ellos son los actos fallidos. Perder un objeto una vez puede deberse a una simple distracción, pero la frecuente pérdida de dicho objeto no puede deberse a una falta de atención. Olvidar el nombre de una persona puede acontecer por azar, pero olvidarlo sistemáticamente no es producto de la casualidad. Los errores que comete el oficinista en su trabajo suelen adjudicarse a la fatiga o cansancio: sin embargo, si en condiciones normales se equivoca constantemente, debernos suponer que el origen se encuentra en el otro aspecto. 

Llamamos actos fallidos a las acciones que ejecuta el sujeto a pesar de haber querido actuar de otra manera. Pueden manifestarse a través de errores al hablar o escribir u olvidos o pérdidas involuntarias. Para que los actos fallidos sean verdadera expresión de la actividad inconsciente, deben ser reiterados o significativos, es decir, deben repetirse o por lo menos deben tener un sentido en sí mismos. 

Los actos fallidos ponen de manifiesto las verdaderas intenciones del sujeto. Es el caso, por ejemplo, del empleado que al despedir a su jefe, en lugar de decir: ―tenemos el deber de despedirlo‖; dice: tenemos el placer de despedirlo‖. 

No sólo apreciamos la influencia del inconsciente en los actos fallidos. Muchas de nuestras conductas también tienen su origen en situaciones vividas en la: infancia y que, sin embargo, no recordamos; mejor dicho, creemos haberlas olvidado pero están presentes en nuestra vida psíquica e influyen directamente en nuestra vida actual. 

Veremos cómo funciona la dinámica de la vida psíquica para aclarar este importante aspecto del análisis de las conductas. 

LO CONSCIENTE Y LO INCONSCIENTE: Un joven vendedor de productos eléctricos debe viajar a otra ciudad para promover en ella dichos productos. Con ese motivo, se dirige a la estación de trenes y compra un boleto. Al subir al tren observa a los demás pasajeros que viajan con él, al guarda y a las demás características de la estación. 

Escucha el silbato que indica la iniciación del viaje. En ese momento, una sensación de angustia y temor se apodera de él. Se siente muy incómodo por esta situación y trata de sobreponerse, pero le resulta muy difícil: cada vez que se inicia un viaje le ocurre lo mismo y, lo peor, es que no puede explicarse por qué, ni puede remediarlo. 

En el ejemplo anterior, podemos marcar dos tipos de procesos: los conscientes y los inconscientes. a) El joven sabía cuál era el objeto de su viaje, tuvo una clara imagen de la estación de ferrocarril, percibió sin problemas a los pasajeros, al guarda, a la estación, en fin todo lo que conformaba la situación real que estaba viviendo. Fueron éstos, en él, procesos conscientes: Incluso él es consciente de su intranquilidad. b) El mismo joven se siente desasosegado al iniciar el viaje y esta desagradable situación es común que se repita cada vez que inicia uno. Sin poder determinar la causa, ésta se halla en procesos inconscientes. Son conscientes las imágenes que se obtienen de la realidad, del infundo exterior. 

Son inconscientes las imágenes de situaciones vividas anteriormente y que el sujeto cree haber olvidado‖. En realidad no los ha olvidado sino que están presentes en la vida psíquica en forma latente, pero influyendo en la vida actual. 

EL ESTUDIO DE LO INCONSCIENTE: Las investigaciones del psiquiatra austríaco Sigmund Freud descubrieron la existencia de lo inconsciente en el psiquismo humano y dieron lugar a un método para estudiarlo: el psicoanalítico. 

Esto abrió un enorme campo de estudio a la psicología, pues hasta comienzos del siglo XX se estudiaban solamente los procesos conscientes, desconociendo los de carácter inconsciente y la influencia de los mismos en la conducta. 

En realidad, los procesos conscientes son sólo una parte o fracción de la vida psíquica total. Incluso pueden faltar, como acontece al dormir o en los estados de hipnosis, donde la conciencia desaparece y, sin embargo, la vida psíquica continúa. 

Luego de sus intensos estudios, Sigmund Freud llegó a numerosas conclusiones respecto del inconsciente; comenzaremos mencionando las siguientes: 

1) El hombre, al nacer, trae tendencias instintivas que podrían calificarse como impulsos de búsqueda de placer. Dichas tendencias exigen satisfacción. 

2) hombre es un ser social, y para poder vivir en sociedad e integrarse a ella se ve obligado a sacrificar, en mayor o menor grado, dichas tendencias de búsqueda del placer. El primer grupo social al que el hombre pertenece es la familia que, por el proceso de la educación, irá modelando su conducta según las normas de conducta del grupo. Así, los padres apelarán frecuentemente a premios para consolidar ciertas conductas en los niños, y a castigos para eliminar otras.

3) Por lo mencionado en los puntos 1 y 2, el sujeto quitará de mi conciencia ciertos recuerdos o experiencias que le resultan molestas y perturbadoras para su adaptación al grupo. Le resultará ventajoso olvidarlas. En realidad, no las olvida ni las destruye, sino que continuarán presentes con carácter de inconscientes. Este olvido‖ no es voluntario, sino que es un mecanismo inconsciente de autodefensa de la conducta.

4) Estas experiencias no se borraron‖ sino que continúan actuando fuerte y eficazmente, determinando muchas de nuestras conductas presentes e incluso, originando trastornos mentales. 

El proceso de represión. Existen experiencias acciones, pensamientos, imágenes, etc. que aportan al sujeto satisfacción de su impulso de placer, pero que impiden su adaptación al grupo social, ya que éste las considera indeseables. 

¿Cuál será el destino de dichas experiencias? Será necesario reprimirlas. Se denomina represión al proceso por el cual se rechaza de la conciencia o se mantiene en el inconsciente, a las experiencias que representan un peligro para la adaptación del sujeto al grupo social. Dichas experiencias permanecerán en el inconsciente por un mecanismo de autodefensa, como ya ha sido señalado. 

El proceso de sublimación. Pero las tendencias instintivas no satisfechas y reprimidas en el inconsciente siguen actuando, en busca de su satisfacción. Son, en sí mismas, fuerzas vitales; como todo lo que es vivo, tienden a crecer, manifestarse, producir. 

Estando, entonces, reprimidas, buscarán surgir de algún modo. Una de las maneras de hacerlo será el proceso de sublimación, por el cual se aplicarán como energía creativa a las actividades del hombre. 

Por la sublimación se derivará la energía vital hacia fines socialmente valorados. De esta manera, el sujeto logrará desarrollar conductas aceptadas por el grupo social y, por lo tanto, el reconocimiento por parte del mismo. Dicha energía podría encaminarse hacia el trabajo, la investigación científica o la actividad artística, haciendo sentir al sujeto socialmente útil. 

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