El Gran Arquitecto del Universo, es una alegoría que designa al principio creador. Es expresado con el acrónimo G∴A∴D∴U∴ Se dice que él nos llevó de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento. La creencia en el Gran Arquitecto del Universo es un principio inamovible dentro de la masonería liderada por la Gran Logia de Inglaterra.
En este sentido, la 1ª obligación de las constituciones de la Gran Logia Unida de Inglaterra, publicadas en 1813, prescribe:
Cualquiera que sea la religión de un hombre o la manera de adorar a Dios, no será excluido de la Orden, siempre que crea en el Glorioso Arquitecto del cielo y de la tierra.
En el año 1875, en la ciudad suiza de Lausana, la Orden celebró un importante convento. Los Supremos Consejos que asistieron al Convento de Lausana de 1875, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, realizaron una rigurosa revisión de las antiguas Constituciones del REAA; es decir, de las Grandes Constituciones de Berlín de 1786, atribuidas al rey Federico II de Prusia, tomando como base la versión latina de 1834, y adoptaron, por unanimidad, la aprobación de un Manifiesto que incluía una Declaración de Principios del Rito con una serie de resoluciones.
En esta “Declaración” se conciliaba la afirmación de un Principio Creador con el respeto a la libertad de conciencia.
La “Declaración” proclamó que, la Francmasonería, como lo había hecho desde un principio, afirmaba la existencia de un Principio Creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo. Manifestó igualmente, que no imponía límites a la búsqueda de la verdad y que para garantizar, a todos los masones, la libertad en esa búsqueda, exigía a todos la tolerancia.