Pienso luego existo…
SAFO
Excelencia
AUTOR; SAFO
Estos meses de junio y julio el planeta Tierra ingresó en el “modo futbol”, como dicen los cronistas deportivos y tanto los que saben cómo los que no (que somos la mayoría); los que lo practicaron alguna vez o lo siguen haciendo y los que simplemente son cómodos espectadores, pero si se oyen sus comentarios y críticas, son más especialistas que el mejor jugador o director técnico; en resumen y durante dos meses casi todos estuvimos inmersos en el campeonato mundial de este popular deporte. Al margen de los fabulosos réditos económicos, movimiento de masas humano y cantidad enorme de tiempo y tecnología invertido por los espectadores, hay algo que se puede y debe destacar como enseñanza y modelo y ese algo es el comportamiento demostrado por algunos deportistas y equipos de entrenadores, médicos y organizadores en general, en su preparación, actitud, tenacidad, paciencia, fortaleza y sobre todo encerrado en el concepto de ser los mejores, o sea la búsqueda de la excelencia.
El concepto que nos ocupa coincide en una aplicación a aquellos objetos o personas que merecen un tratamiento de aprecio y de estima porque disponen de una calidad superior u ocupan un lugar social que los distingue. Calidad superior que presenta algo o alguien y que lo distingue de sus pares y es un concepto que está íntimamente vinculado a la perfección. También podemos señalar que al colocarles el calificativo de excelentes o de perfectos, difícilmente se pueda encontrar en ellos falencias, o puntos débiles.
Cuando algo o alguien gozan de la calificación de excelencia es porque el mismo dispone de una calidad superior que lo hará digno de una alta estimación y aprecio por parte del resto de la gente. Es decir, la excelencia se encuentra en estrecha relación con la perfección y las características sobresalientes que ostentan ese algo o alguien. Si alguien realiza un trabajo por encargo ya sea en forma honoraria o bajo retribución económica y coloca en el desarrollo del mismo, algo más que la simple obligación, y pone empeño, conocimiento, dedicación y sobre todo amor y hasta pasión en su cometido, entonces se podrá afirmar que lo está desarrollando con excelencia.
Excederse al hacer algo, o sea hacer mucho más de lo que nos piden es la característica primordial de los estudiantes, comerciantes, profesionales de cualquier rama y hasta de cualquier ciudadano que en su diario actuar, busque encontrar ese norte: la excelencia.
Muy pocos deben ser los humanos que nacen con dotes de excelencia, o sea los denominados superdotados, por lo tanto es algo que se hace y construye en el día a día, en el accionar de los pequeños encargos o tareas cotidianas u ordinarias, hasta los grandes retos y oportunidades a que nos enfrenta el albur del mañana, para triunfar a los mismos, pero no para “pasar de curso simplemente”, sino para hacerlo y triunfar con excelencia.
Aquello que generalmente se encuentra por encima del resto, de la media y al cual se le pueden endilgar pocas falencias o puntos débiles será considerado de excelencia. En tanto, cuando el término es aplicado sobre una persona en particular o grupo tendrá que ver con aquellas capacidades extraordinarias que el mismo posea o algún talento especial que lo hace diferente a los demás. También, la condición moral elevada puede ser una razón de excelencia.
La búsqueda de la excelencia en el quehacer que despliegan es una de las metas que se proponen muchísimas personas en su vida profesional, ahora bien, ello demandará un gran compromiso para con ese plan y obviamente el camino implicará esfuerzos máximos, dejar de lado algunas cuestiones preciadas, entre otros, para poder conseguir rápidamente esa excelencia que se busca.
Los deportistas son claros ejemplos de esto que comentamos de la búsqueda de la excelencia porque casi siempre, si repasamos sus historias, independientemente del deporte que practiquen, todos han realizado grandes esfuerzos en sus vidas para llegar a un punto de excelencia en el deporte que practican, especialmente aquellos deportistas más reconocidos, pero claro, alcanzar o lograr la excelencia tiene su precio y en ese camino seguramente perdieron algunas cosas típicas y gratas que hacemos las personas normales(como el ocio, la flojera, el desinterés, el mínimo esfuerzo, etc.).
Este campeonato mundial del quizás el más popular de los deportes de masas, nos ha permitido apreciar la excelencia demostrada por algunos de sus protagonistas, tanto a nivel de jugadores, técnicos y hasta los árbitros y organizadores de tan fastuosos espectáculos. Y eso no es fruto de la casualidad, sino que obedece a haber cumplido una serie de pasos previos, como ser: planificación, entrenamiento, aprendizaje de técnicas, comportamiento ejemplar en su vida privada, disciplina y tenacidad en el logro de sus objetivos, dominio mental sobre las emociones pasajeras y hasta tolerancia y paciencia ante algunas actitudes negativas de sus ocasionales rivales, del público y de los cientos de miles de críticos comentaristas de ocasión, que según sus reacciones hormonales endiosan y elevan hasta el Olimpo sagrado algunas jugadas y protagonistas y a los siguientes minutos los deshacen literalmente, ante alguna falla o ausencia de oportunismo o éxito en determinada jugada.
¿Pero qué es lo contrario y opuesto a la excelencia? Pues es la mediocridad, o sea la actitud de quien solo hace lo estrictamente necesario para cumplir con un encargo, con un aprendizaje, con una tarea, con una obligación, sin añadir nada más, sin buscar la perfección y contentarse con la simple conclusión de la tarea. Hay que obligarse a pensar más, a racionalizar la obligación para tener opinión propia, a tener ideas, a dejar de lado esa falsa comodidad de la vida precaria e insegura que hace que la sociedad se vuelva pobre, inoperante y mediocre.
Dice el viejo refrán que todo en exceso es malo, pero esa afirmación es relativa, pues todo lo que se hace en forma positiva y en exceso es bueno, pues se lo hace en búsqueda de la excelencia, o sea que cualquiera de nosotros en cualquier función que le ocupe o toque desarrollar podrá ser excelente; que cualquiera podrá tener y obtener lo que desea pero sin ponerse los límites de la incapacidad o la famosa y normalmente falsa excusa de: “falta de oportunidad”, que puede en la mayor parte de los casos traducirse como simple flojera y falta de interés.
Propongámonos buscar la excelencia, pensemos en positivo, hagamos más de lo normal, pensemos y pongamos pasión a nuestros pensamientos y actitudes y podremos llegar a ser excelentes seres humanos en lugar de aspirar y soñar con ser el simple balón o guante de oro, a los que tanto admiramos en esta época en nuestro planeta.