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ESTUDIO DEL PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en los cielos. La palabra nuestro, significa que aceptas que es el Padre de todos y de cada uno de habitantes de la tierra. Reconocemos que tenemos un Padre que es el: “Alfa y el Omega” siendo la energía divina de todo el universo y que tiene a los planetas girando alrededor de los soles existentes. Es la energía divina que está en todo estos los cielos desde la creación.  

Santificado sea tu nombre. Santificamos y bendecimos su nombre, reconociendo que Él está en el: “Cenit y el Nadir”, que fue, y será por toda la eternidad.     

Venga a nosotros tu reino. El reino del Padre es la libertad y el estado de Fe y Conciencia, que pedimos compartir todos los humanos. Debemos entender que “su reino en el cielo”, no es un lugar o espacio físico material. El cielo es un estado de infinita paz material y espiritual.

Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo. Pedimos y rogamos que la voluntad del Padre, se cumpla en la tierra y el cielo, que el amor y la justicia divina que Él obra se cumpla. Eliminando la incredulidad y la injusticia humana.

Danos el pan nuestro de cada día. Pedimos al padre celestial, pan espiritual y pan material, el alimento para nuestro cuerpo y espíritu. Reconocemos que es sustento para nuestra vida, así como; el agua de la vida. 

Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Cuando hay amor, debe haber respeto el amor se manifiesta con el perdón, el Padre celestial perdona todas las ofensas cometidas por el humano y que perdonó tus ofensas, por tanto; Tú debes perdonar las ofensas emitidas hacia ti. 

No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Como seres humanos débiles de espíritu y cuerpo, pedimos al Padre su luz, guía y protección, porque tiene el poder para hacerlo. Por la energía creadora y la luz divina del espíritu santo, roguemos librarnos de todo mal.

Amen = Que así sea.    

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El que tenga oídos para oír, que oiga. El que tenga ojos para ver, que vea. Porque tuyo es el reino el poder y la gloria ahora y siempre”. Que esta oración sea diaria al Santo Padre:

Eripe me, Dómine, ab hómine malo = Líbrame señor del hombre malvado

Dómine, clamo ad te: cito sucurre mihi = Señor, a ti clamo: socórreme prontamente

Celébrabo te, Dómine, ex túto córde meo = Te alabaré Señor con todo mi corazón.

Hoy digamos: Deo gratias = Demos gracias a Dios.Autor: Jesús de Nazaret                               Recopilado: ANDALUZ

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