Cuando el otro no acaba su trabajo, digo que es perezoso.
Cuando yo, no acabo mi trabajo, es que estoy demasiado ocupado.
Cuando el otro habla de alguien, es maledicencia.
Cuando lo hago yo, es crítica constructiva.
Cuando el otro defiende su punto de vista, es un tozudo.
Cuando yo defiendo mi punto de vista, tengo firmeza.
Cuando el otro no me habla, es una afrenta.
Cuando yo no le hablo, es un simple olvido.
Cuando yo necesito mucho tiempo para hacer cualquier cosa, soy cuidadoso.
Cuando el necesita mucho tiempo para hacer cualquier cosa,
es lento, yo soy maravilloso.
Cuando el otro ve los dos aspectos de una cuestión, es oportunista.
Cuando yo veo los dos aspectos de una cuestión, soy inteligente.
Cuando el otro es rápido haciendo cualquier cosa, es negligente.
Cualquier cosa que yo haga, soy hábil.
Cuando el otro defiende sus derechos, es un egoísta.
Cuando yo defiendo mis derechos, demuestro tener carácter.
Cuando el otro hace cualquier cosa sin que se le pida, es un entrometido.
Cuando yo hago cualquier cosa sin que se me pida, tengo iniciativa.
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Pues sí que; es extraño el comportamiento del ser humano, se debe reflexionar y cultivar la educación, el espejo reflejará a ver quiénes eres. A ver si así cambias las actitudes hacia los demás. Es extraño el comportamiento actual, dejar el “ego”, la figuración, la crítica destructiva, el desaliento, la falsa modestia, la envidia, la falsa hermandad, la falsa fe y la creencia, te hará un ser más tolerante y comprensible.
De la enseñanza de los escritos apócrifos; hay que disfrutar todo a su tiempo, para no heredar tristeza, donde tenía que quedar alegría y satisfacción. Hoy pidamos a Dios: Ora pro nobis deum allelúia = Rogad por nosotros a Dios, aleluya. Fiat.
Autor: Anónimo Recopilado: Andaluz