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El mundo de hoy

Siglo XXI en el planeta Tierra, en los 20 años transcurridos de esta centuria, sus habitantes están cambiado notablemente de actitud, con relación a la existente en el siglo anterior.

Un ensayo que describa la percepción general, con el intento de comprender la situación, sustentado en la experiencia histórica; puede ayudar a entender mejor al mundo de hoy, al lector y a las instituciones llamadas a contribuir.

Un recuento. El cambio que se desarrolla tanto en la sociedad como en el individuo, afecta a su relación social y comunitaria; con el medio ambiente y naturaleza; con la ciencia y tecnología; con sus creencias y religión; con la política y la economía. En la mayoría de las actividades humanas dentro el planeta, se percibe diversos grados de inestabilidad y un reconocible proceso de cambiar lo que estaba estructurado. La pregunta importante es: ¿los cambios hacia donde nos llevan? La situación presente es compleja y no permite a la mayor parte de la población mundial expresar con certeza que está pasando y cuál es el destino de la etapa que estamos atravesando. Tampoco se percibe o se conoce algún liderazgo que explique o responda esta inquietud. La humanidad parecería que sigue una orden, una ley, desconocida que establece procesos y actividades que deben cumplirse durante la vida natural del planeta Tierra y de los habitantes que en ella se encuentren.

Los ciclos de cambio en el planeta, ya se dieron antes y la historia se encargó de registrarlos, demostrarlos e interpretarlos en el tiempo posterior y atribuyo a la acción de la humanidad de esos tiempos, como los actores y autores de los cambios. No individualizo autores, pero si estados de situación que afectaban a la sociedad y comunidad. En la actualidad, en medio del proceso que se desarrolla, el ser humano que habita la Tierra no parece actor sino victima; vive una desorientación completa; inestabilidad general; ausencia de dirección y liderazgo; y desinformación de los sucesos y del rumbo que toman.

Se siente un malestar social muy difundido en el planeta. Pocos lugares en los continentes muestran satisfacción general de sus habitantes, y si la hay, está en duda su permanencia en el tiempo. Cualquier momento las estabilidades ceden ante el descontento y el consiguiente caos y protesta violenta, que se producen, inclusive por solidaridad con problemas ajenos y de otras regiones del mundo.

Los conflictos, en varios casos, no se solucionan con el sentido común, ni con el consejo de quienes los tuvieron y superaron. La mayor parte de las veces, el cansancio y la cantidad de víctimas de la protesta, son más contundentes que el imperio de la razón, y la violencia para. Sin embargo, el problema subsiste y permanece inactivo hasta una nueva oportunidad.

La ausencia frecuente de la razón, en la solución de problemas, termina afectando a la calidad de la justicia. Esta estructura de poder casi sobrehumana, a la que se le reconocía por la probidad y dignidad de sus componentes, el atributo de señalar sin discusión alguna al inocente y al culpable, hoy en día esta devaluada y herida de muerte en unos lugares más que en otros.

En la era de la liberación del pensamiento y el triunfo de la intelectualidad, todo conocimiento está bajo análisis severo. Los críticos intelectuales, muchas veces autores de publicaciones premeditadas y de planteos extremos, son los que más influyen en la conducta de líderes de escasa cultura, que arrastran masas igual iletradas e ignorantes que ellos, y las inducen a la violencia ciudadana. Las sociedades se encuentran indefensas e inermes, desorientadas sin dirección en medio del caos, mientras los teóricos extremistas, inductores y causantes de tal estado de cosas, demuestran su irresponsabilidad e inconciencia por canalizar su análisis y critica, por la vía violenta. Hay quienes piensan que esta actitud es deliberada, porque la difusión de la comprensión de lo que sucede en el mundo presente y hacia dónde se dirige, no merece el conocimiento de mentes burdas y torpes de escasa capacidad, que no entienden ni merecen ser enterados por el desarrollo mental, intelectual, educativo y social que tienen. Este concepto es un factor clave en el momento. Explica los dislates y disparates que se escucha de la boca de diferentes personajes.

Enseñanzas de la Historia. La maestra de la vida nos ilustra. Después de la I Guerra mundial en 1918, desaparecieron los imperios, otomano, austro-húngaro y ruso y con ellos el despotismo como forma de gobierno que empezó su declive en la Inglaterra de los 1700 y la revolución francesa de 1789. Mas de 200 años de proceso. El resultado: de dos imperios, quedaron naciones estado en Europa y del otomano, Turquía, Persia (Irán) y 22 estados árabes diseminados, en Asia y África, además de la extinción del Califato, que era el factor de unión en el otomano. Estos son los más perjudicados.

Después de la II Guerra Mundial en 1945, desaparece el colonialismo, y el poderío económico e industrial, se traslada de Europa a Estados Unidos y recientemente a los países del Pacifico, China, Japón, Corea principalmente.

El panorama es claro, luchas político-económicas. El resultado, desaparición de las autocracias y triunfo de las democracias y de los países industrializados y tecnologizados.

La desigualdad. Este concepto se refiere al tema económico, pero no internacional, entre países ricos y pobres, sino interno de cada nación, que crece mas, pero con mucha desigualdad en la distribución del ingreso nacional.

Evidentemente, se esta dando en el mundo un proceso de crecimiento de las economías regionales y nacionales, debido al esfuerzo para superar las dolorosas diferencias entre países ricos y pobres. Se hace lo posible para superar la pobreza y han aparecido los países emergentes, cuyas economías han crecido espectacularmente, pero, la distribución interna de la riqueza es desigual, apareciendo en esos países, enormes brechas de diferencias entre ciudadanos pobres, que son la gran mayoría, y ciudadanos ricos, que son una minoría exclusiva. Esta realidad, se está replicando también en los países ricos, creando un extenso sentimiento de descontento a nivel global.

Sucesos importantes. En la segunda mitad de los años 1900, se proclamaron los Derechos Humanos que recién cobran importancia al final de la centuria. En este tiempo, con convencimiento, pero poco entusiasmo, la misma NN.UU. emite los Deberes Humanos, como un refuerzo y recordatorio de la vigencia de los Derechos. El socialismo como sistema político y de gobierno fracasa rotundamente y se derrumba. Los países sometidos a ese régimen, recuperan su auto determinación y se alinean a la democracia. La China abandona el socialismo económico y adopta el capitalismo y emerge como una potencia del siglo XXI.

El mundo árabe conmociona al mundo sacudiéndose violentamente de las autocracias que gobernaban, sumiéndose en el caos y el terrorismo interno e internacional que aun persiste.

Los avances científicos son notables y de general conocimiento despertando esperanzas de mejor vida en la población mundial. La ciencia avanza a saltos espectaculares y la respuesta de la organización social y política de la sociedad mundial aún no se adapta al ritmo de los cambios. La prolongación del tiempo de vida humana es un hecho palpable, pero también una preocupación por la mayor demanda de recursos para una población creciente.

El medio ambiente cobra gran importancia por los efectos sentidos en la naturaleza y cunde la alarma ante las desastrosas perspectivas futuras. Se realizan cumbres y reuniones del mas alto nivel para evitar catástrofes. Al presente esa preocupación mundial, rindió frutos favorables restableciéndose la capa de ozono en la parte afectada.

La pandemia azota al mundo con el COVID 19, y sorprende a todos por su agresividad y letalidad. La reacción es diferente en los países y todos actúan lo más rápido que pueden, aunque con diferentes grados de eficacia de acuerdo a los recursos humanos, científicos, industriales y profesionales que cuentan. La realidad demuestra que la humanidad, pese a sus avances científicos, esta poco preparada para enfrentar las emergencias.

La gobernabilidad. La interacción que se da actualmente en el mundo es intensa. La comunicación es muy ágil y efectiva. La distancia ya no es un problema cuando se trata de la participación. El conocimiento es más compartido y difundido, lo mismo que las experiencias y realidades de diversas partes

del mundo. Las relaciones en tiempo real entre habitantes de regiones cercanas o lejanas, son posibles e instantáneas. Todo esto es una gran y positiva ventaja y facilidad, pero sucede que en un mundo así, la forma de gobernabilidad es anacrónica, porque se está administrando con una política y programa determinado, un país y población que, por los medios de comunicación, está observando mejores realidades en otras naciones, que las propias. Las comparaciones surgen instantáneamente y los descontentos también.

Poco de todo esto es comprendido por la clase política del mundo y de cada país. Se gobierna a las poblaciones del siglo XXI con instituciones del siglo XX. En el plano internacional, la ONU, Banco Mundial, FMI, nacieron en el siglo pasado como resultado de las guerras mundiales y fueron ideadas y dirigidas por autoridades provenientes de los países vencedores. Los vencidos, ahora están entre los más desarrollados en el mundo, pero con una participación en la decisión mundial muy escasa, pese a la influencia que tienen. Israel es un caso especial. Aparece como estado en 1949 y ahora es una potencia económica, militar, científica y política. Su presencia en el ámbito mundial es importante, pero debe recurrir a la presión internacional para hacer sentir su decisión.

Todo esto es observado como en una vitrina por la población mundial y provoca el interés de la misma por mejores y elevadas formas de vida. La gobernabilidad propia de las naciones está en cuestionamiento en cuanto a su eficacia y eficiencia para cada sociedad. La salud, educación, desarrollo humano, trabajo, vivienda, familia, son los temas de interés que son respondidos en naciones retrasadas con ideas, conceptos y vocabulario del siglo pasado ya superados.

Las decisiones que se toman, son cada vez más importantes porque afectan a miles de millones de habitantes en todo el mundo. Los países están perdiendo importancia paulatinamente y surgen las regiones. Ante esta realidad. la pérdida de soberanía debe ser considerada y el concepto de auto determinación de los pueblos empieza a ser una anacronía.

La naturaleza y la humanidad, demandan ánimo constructivo de los gobiernos e instituciones. Tomar conciencia que la sostenibilidad del planeta es un imperativo, porque es el único que tenemos y hasta ahora no hay substituto.

La reconciliación es indispensable, concediendo perdón por los errores pasados, superando el egoísmo y adoptando la vocación de servicio.

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