INTRODUCCION
Según la Biblia el Mar de Bronce era un gran recipiente circular, de diez codos (4,40 metros) de diámetro y cinco de profundidad (2,20 m) con un palmo de espesor o grueso, que Salomón mandó fundir para el Templo de Jerusalén. En el mismo, cabían entre dos y tres mil batos de agua (cantidad que oscila según el sistema usado entre seis mil y cien mil litros) , cantidad enorme, que le hizo dar el nombre de Mar de Bronce.
En el templo masónico pueden encontrarse símbolos que resumen el conocimiento de la humanidad, uno de estos símbolos es el “Mar de bronce”, que se encontraba afuera del templo. El Mar de bronce se encuadraba dentro de un simbolismo mágico, representaba el “Océano Cósmico” estaba repleto de agua hasta sus bordes, y su forma era enteramente redonda representando encorvo celeste.
INTERPRETACION
De acuerdo a la Biblia, este enorme vaso de bronce, cuyo borde era semejante al de una copa y a la hoja de una azucena, descansaba sobre doce bueyes del mismo metal, cuyas partes posteriores quedaban enteramente ocultas hacia la parte de adentro, según se lee en el cap. VII, del libro 3ª de los Reyes y tres de estos bueyes miraban al septentrión, tres al occidente, tres al mediodía y tres al oriente.
Este gran vaso estaba formado por lo siguiente:
- Un cordón o moldura de unos treinta codos que ceñía su circunferencia
- Más abajo del borde, corría una obra de talla por cada diez codos, la cual rodeaba la concha
- Las dos órdenes de estas molduras acanaladas eran también de fundición
El Mar de Bronce estaba colocado delante del templo y con agua se lavaban los sacerdotes antes y después de los sacrificios y algunos expositores opinan que el agua salía de la boca de los bueyes que sostenían este vaso por medio de canillas puestas en ellas y mandó asimismo Salomón, hacer otras diez conchas para el uso interior del templo, las cuales se movían sobre ruedas.
De acuerdo a la interpretación masónica, el Mar de Bronce se encuadraba dentro de un simbolismo mágico, se usaba como un llamado simbólico para la limpieza de alma, en un principio, con el paso del tiempo involucionó este concepto tomándolo como un mero rito de purificación corporal exterior por medio del agua, esto ocurrió en una época en que se había olvidado su primitivo significado esotérico, el del llamado a la purificación del alma. También los espejos de Agua servían como observatorio astronómico, como sucedió con los Mayas como los cenotes abiertos en la península de Yucatán, puesto que la superficie plana del agua hacía de espejo en donde era posible contemplar el mapa celeste, y por tanto la rotación regular de los astros, planetas y constelaciones, permitiendo establecer registros, medidas y cálculos y así llevar un seguimiento de sus ciclos, los que se ponían en relación con el calendario litúrgico y ritual.
Esta interpretación sobre el Mar de Bronce se refuerza por el hecho de que éste estaba soportado por cuatro grupos de tres toros cada uno también de bronce, que en total suman doce, número de las constelaciones y signos zodiacales, según la descripción que se da de él. Cada uno de esos grupos estaba orientado según los cuatro puntos cardinales: tres a Oriente, tres a Occidente, tres a Mediodía y tres a Septentrión, disposición que recuerda la situación que ocupaban las doce tribus de Israel en el campamento hebreo, las que también se correspondían con los meses del año.
CONCLUSIONES
El Mar de Bronce en el templo masónico tiene pues la triple significación de ser el símbolo de purificación en el segundo viaje del aprendiz por medio del agua donde representa los mares embravecidos y la importancia del vital líquido para la supervivencia de la vida, tal vez para el profano sea el primer acercamiento a tomar conciencia del universo que le rodea y lo remita a considerar los ritos de purificación que han existido a través de los tiempos.
El segundo uso de este símbolo es el de observatorio de lo que se tiene constancia tiene como principal propósito el conocimiento del mecanismo del firmamento, necesario para la agricultura, y que se entrelazaba con la función litúrgica, sugiere, que las personas de la antigüedad fueron capaces de hacer mediciones astronómicas mucho antes de lo que se creía y con muchísima más precisión de la que los científicos modernos imaginaban.
Otro aspecto a considerar es el de que además de ser un espejo natural que refleje el firmamento podría considerarse como un espejo de la conciencia donde el hombre se logra visualizar a sí mismo mediante la introspección. Así se explica la teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable mediante la razón).
He cumplido Pod.·. Maestro,
Juan Carlos Avila
BIBLIOGRAFÍA
- Manual del Maestro Elegido, Lavagnini
- El maestro de los nueve, Jorge Adoum
- Wikipedia