Así se llama el Libro del Apocalipsis; para la Francmasonería es el símbolo del conocimiento, porque cada Sello o Velo, al ser desprendido, presenta una revelación.
En el Apocalipsis se describe una ciudad simbólica construida con elementos preciosos; la descripción revela un proyecto arquitectónico, reforzando la imagen de un Gran Arquitecto del Universo; primero, le ordenó a Noé que construyera el Arca; más tarde, para la construcción del Gran Templo del Rey Salomón; finalmente, la proyección de la Ciudad Santa, donde serán recibidos los que se mantengan fieles a su voluntad.
El Apocalipsis es la fuente más rica de simbolismo y su interpretación es privilegio de los más sabios.
La masonería no tiene como objetivo la construcción de la Ciudad Santa, ya que ésta pertenece a una programática religiosa.
La profundidad del libro profético ayuda al masón a conocer parte de los misterios que le rodean.
El masón debe ver en el Apocalipsis la gloria del futuro, ya que no hay noticia de que ya se haya construido en el mundo, ni siquiera planeado.
El futuro lo dirá.
El masón debe estar al tanto de los acontecimientos.
Breviario Masónico / Rizzardo da Camino, – 6. Ed. – San Pablo. Madrás, 2014, pág. 225.