El mundo ahora se debate por un mal global que afecta a la población. Una pandemia surgida en la ciudad de Wuhan en el sur de la República Popular de China, denominada por la OMS como el covid 19, Corona Virus 2019, desde finales del pasado año de 2019, empezó a ser noticia importante. Su radio de acción inicial estaba en la mencionada metrópoli y la agresividad del mal fue que lo hizo notorio. En la historia universal de los últimos 100 años, no es el único virus que apareció, hubieron varios más en las pasadas décadas y años, pero los esfuerzos medico científicos de esos momentos, lograron controlar y detener la expansión y amenaza.
Este que ahora recorre el mundo, cual tormenta que ocasiona miedo, contagio, enfermos y lamentablemente muertos, no puede ser controlado después de casi medio año de su aparición mundial. Los males son notorios cuantas más víctimas cobra y más tiempo está activo. Esta peste nacida en China, tiene precisamente estas características. Contagioso, mortal y sin medidas posibles que lo eliminen o detengan por el momento. Además, crea confusión en el diagnóstico médico, ocasionando que en lugares lo tratan de una manera y en otros de diferente forma. Pese a estas disparidades, ciencia y tecnología trabajan codo a codo en laboratorios universitarios, industriales, estatales y otros, investigando las características del virus para desarrollar, vacunas y medicamentos que ayuden al hombre a inmunizarse contra los efectos perversos.
Pese a la movilización mundial y las alianzas en las investigaciones, se estima que se tardara alrededor de un año desde su aparición, para tener esperanzas ciertas de un tratamiento sanitario que devuelva seguridad en la salud y esperanza de vida a la humanidad toda. La impotencia científica medica momentánea, para tratar la enfermedad, es la adversidad del presente. Ocurre esto, precisamente, cuando en la humanidad crecía la confianza en el conocimiento y la investigación científica y el ser humano se sentía cada vez más seguro de sus propios avances en el desarrollo y creciente dominio de la naturaleza. La pandemia, parece ahora una advertencia que demuestra al hombre su insuficiencia para detener males que lo acosan, atacan y matan. La desorientación es patética y se desata la investigación por todos los lados, tratando de encontrar el origen, las características y morfología del virus. Todo es campo de investigación, además de la cepa, el lugar de aparición, las formas de contagio, la afectación a los órganos humanos, los tratamientos y medicamentos, la investigación física de las victimas caídas, mediante autopsias, etc.
El mundo está a la expectativa de las noticias que en algún momento surgirán.
Entretanto, el aislamiento, la cuarentena, el distanciamiento, son los métodos que se adoptan para evitar caer en el contagio, con resultados que alivian en parte la angustia mundial.
Han surgido también sospechas con diversos respaldos que cuestionan la conducta ética del gobierno de un país a quien se atribuye diversos grados de responsabilidad por la aparición del virus, el silencio prolongado en la denuncia de la aparición y en la expansión del mal. La sospecha se fortalece cuando se advierte que el mal surgido en un sitio especifico del país de origen, se radica en él, no avanza a otras ciudades y regiones y cobra reducidas víctimas; mientras que al exterior, se expande con velocidad a otros continentes. La incoherencia de estos hechos provoca la susceptibilidad mundial sobre ese régimen de gobierno y es ratificada cuando se sabe que el galeno que tempranamente advirtió la aparición del virus, termino su vida como víctima de él, sin mayor explicación que el contagio. La experiencia de muertes y desapariciones precisamente de personas que conocen o cuestionan la conducta de las autoridades de ese país, es causa de sospecha que la pandemia, puede ser una agresión contra naciones con regímenes políticos de diversa ideología y práctica democrática.
Aún es prematuro sacar conclusiones de sospechas y susceptibilidades, pero es de esperar que se aclaren oportunamente, para bien de la estabilidad, armonía mutua y confianza de los habitantes del globo terráqueo. Está en entredicho, sobre todo, la conducta y moral de gobernantes, dirigentes y personas de ese país y de los que apoyan incondicionalmente a su régimen. El recelo y la duda mundial son explicables.
Así está la situación mundial; el hombre con su vida amenazada, desvalido de cualquier defensa y aferrado a la fe ante la imposibilidad de la ciencia. Otra vez las circunstancias lo muestran y ubican en su verdadera dimensión, con sus alcances y limitaciones, pero con la verdad por delante. La máxima figura de la creación como se considera el hombre, está expuesto a las circunstancias del mundo donde es acogido y habita; el cual tiene sus propias leyes naturales, muchas veces irrespetadas y no consideradas por el invitado temporal que mora en el durante su vida, causándole daños sin ningún escrúpulo por el perjuicio que le ocasiona.
La conducta y actitud ética y moral es un área de sumo interés formativo para la Orden Masónica en todo el mundo. Predomina como objetivo y acción. Se prioriza o más bien se enaltece en todo caso, la pulcritud en el pensar y actuar, la repugnancia a la inconducta e inmoralidad y el recelo ante la falta de transparencia.
Precisamente la falta de escrúpulos del hombre ha tenido funestas consecuencias en la historia mundial causando confrontaciones, desacuerdos, desconfianza que han minado las relaciones humanas.
En todo momento, hay las oportunidades para que el ser humano perfeccione su conducta y acción. La importancia esta a la vista en cada realidad que se presenta. Es totalmente transparente advertir la necesidad de perfeccionar el relacionamiento humano entre ellos, con los otros seres vivientes que habitan el mismo mundo y con el propio planeta que acoge a todos durante el limitado tiempo de sus vidas. Más allá de las existencias, es el planeta que queda como hábitat para los futuros seres vivientes.
Por lo tanto, es una responsabilidad común y compartida mantenerlo en las mejores condiciones para quienes vendrán después de nosotros.
Sin embargo, en la medida que han arribado al sitio anfitrión, los seres humanos han desarrollado sostenidamente, una actitud de soberbia, dominio y autosuficiencia entre ellos, ante los otros habitantes y sobre todo ante el lugar de su permanencia temporal. Algún momento, algo tenía que suceder para demostrar su equivocación, puesto que ni de los conflictos armados, las catástrofes naturales y humanas del pasado, aprendieron. Y como siempre sucedió y apareció, pero por donde menos se espera.
Esta vez fue un microorganismo, que demuestra que las armas nucleares, la avanzada tecnología de guerra de exterminio, la pasión política, el poderío económico, orgullosamente obtenidos por los supremos humanos, nada pueden ante un virus letal para todos incluyendo a los poderosos. Aun no se sabe que ocasiono su aparición y permanencia, pero cualquiera sea la explicación, es una muestra que el ser humano está todavía en un grado incipiente de desarrollo del conocimiento y aprendizaje de la verdad definitiva.
Cuán importante es la existencia de la Orden Masónica que pretende sensibilizar y educar al hombre en esta realidad que es eludida por muchos. ¡¡¡Cuanto trabajo por realizar en personas y naciones existentes y cuan imperiosa es la acción inmediata…!!!