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EL HOMBRE EN SU LABERINTO (III)

CONSTRUYENDO… 

El Constructor 

EL HOMBRE EN SU LABERINTO (III) 

En este articulo concluiremos el análisis relacionado con el caos mental, moral ético que vive el hombre debatiéndose entre el bien, la práctica de los buenos hábitos, principios valores y virtudes; y el mal, la mala conducta y actitud, que existe en el mundo actual. Como ya fue dicho, en varios capítulos escribimos de las virtudes y de las religiones más significativas, las cuales predican el bien. Al parecer, esta predica en diferentes espacios y con diferentes actores son insuficientes como enseñanza, recomendación, mensaje, etc. a los millones de personas adscritas a tales religiones y oyentes o destinatarios de tales discursos. El mal, en particular la corrupción, se mantiene y aun más se incrementa. El daño que ocasiona es extenso y profundo e inclusive causa del retraso y subdesarrollo humano. Es responsabilidad y deber del hombre en el mundo luchar contra ella cumpliendo el artículo 15 de la Declaración de los Deberes y Responsabilidades Humanas. 

Siendo un tema tan importante en la actualidad, es procedente extender el análisis y entender las causas, efectos y la forma de luchar contra este mal de la humanidad. 

1. CAUSAS DE LA CORRUPCION. En el capitulo anterior, detallamos algunas causas sin abundar en el contenido, el cual, juzgamos, es importante conocerlo mejor para entender los daños y la forma de lucha contra este mal. 

1.a. Endógenas o internas. Se refiere a la persona en particular. 

1.a.1. No existe conciencia social. La corrupción es un problema ético, de conductas. La persona que la práctica, desconoce o no le importa el mal y perjuicio que está cometiendo al ejecutar una acción indebida. 

1.a.2. Falta de educación o cultura de compromiso. La ausencia completa de educación y formación o la insuficiencia de las mismas, son causas de la vigencia de la corrupción. La ignorancia es un mal social que lastima a las sociedades que tienen entre sus componentes individuos en tales condiciones. La calidad humana de estos, es indigna y una condena para quienes la mantienen con propósitos de manipuleo y abuso de esa condición. 

1.a.3. Paradigmas distorsionados y negativos. Ejemplos de vida cómoda, disipada, sin restricciones ni limitaciones, con excesos se convierten en atractivos para determinadas personas que no vacilan en comprometerse en conductas erróneas o relacionarse como un merito social con individuos de prácticas dudosas. 

1.a.4. Personalidades antisociales y megalomanía. Existen individuos con clara inclinación delincuencial y con delirios de poder, que buscan relevancia, omnipotencia, por una autoestima inflada. Un factor que les permite mantener esa actitud, es la disponibilidad infinita de recursos económicos que los logra mediante la práctica de la corrupción. 

1.a.5. Percepción del grado de corrupción presente. Un ambiente social con predominio de la corrupción, falta de control y sobretodo de la impunidad, anima a los individuos a sumarse a tal conducta. 

1.b. Exógenas o externas. Son las que dependen de la sociedad influidas principalmente por factores políticos. 

1.b.1. Impunidad efectiva en los actos de corrupción. Las prácticas y los actores de la corrupción no tienen penas ni castigos, o en el mejor de los casos son insuficientes en relación al delito cometido. 

1.b.2. Corporativismo partidista. Los partidos políticos que permiten y admiten actores y militantes corruptos en sus filas y cuyas practicas las aceptan o simulan rechazarlas. 

1.b.3. Modelos sociales que transmiten una falta de valores. Las ideologías y modelos sociales y políticos, no fundamentan su vigencia en el latrocinio sino en ideales; sin embargo en la realidad, atribuyéndose ser conductores de las tendencias del bien y seguidores de la justicia social, practican en los hechos, la más burda y grosera delincuencia económica y el mayor engaño social de sus adeptos. 

1.b.4. Excesivo poder discrecional del funcionario público. En cargos de mando y decisión, la presencia de un individuo con poder superior y sin paralelos de control y contrapeso, es un peligro para la administración y buena gestión. La concentración de poderes y de decisión en ciertas actividades del gobierno, deriva en formas de gobierno autocráticas, discrecionalidad en las decisiones, falta de transparencia en la información relacionada con el uso de los fondos públicos, poca o nula eficiencia en la administración, extrema complejidad de los sistemas administrativos. 

1.b.5. El sistema neoliberal. Hay corrientes políticas que responsabilizan única y exclusivamente al sistema liberal vigente en el mundo como autor de la corrupción. 

Su posición es la siguiente: El sistema capitalista, neoliberal, injusto, individualista, ha propiciado el reparto inequitativo de la riqueza, generando brechas muy grandes entre los que más tienen y menos tienen, agudizando la pobreza y la miseria de casi el 80% de la población, impidiendo la participación social en la administración y control del Estado, vedando la transparencia en la administración y generando la corrupción. 

Evidentemente a esta posición le falta ampliar su visión crítica, al sistema al que representan y a los demás opuestos al liberalismo, pues en particular el primero, crea, comparte, protege la corrupción en todas sus expresiones; la delincuencia común, la violencia gubernamental, la autocracia, autoritarismo y dictadura, como es real ver en varios casos del continente americano. 

Complementariamente, es preciso repetir un convencimiento muy en actualidad después de haber experimentado una serie de regímenes de diversa orientación. La forma como se llega al poder, así se gobierna. Quien paga para llegar, llega a robar con puestos y contratos. Es el origen de gobiernos con fuertes tendencias cleptómanas. Por eso la corrupción es la empresa criminal más difícil de combatir. 

Penosamente la corrupción está en la ambición del hombre y lo más acertado es sembrar en su mente y conciencia la semilla del bien y de la justicia. 

2. LUCHA CONTRA LA CORRUPCION. Ante el mal que la corrupción genera a la sociedad, la lucha contra ella es un problema ético, de actitudes. Las claves para frenar en cierta medida la corrupción, posiblemente se encuentre en el fortalecimiento de la conciencia mental, espiritual, intelectual del individuo desde sus inicios y también del entramado social-institucional. 

Veamos algunas propuestas, que proponen atacar las causas o factores que generan la corrupción. 

2.a. Educación. La educación cívica y en valores puede llegar a ser uno de los pilares. En este sentido, maestros y líderes comunales convocados a reuniones para tratar este tema, han identificado factores sociológicos, como el poco valor de la familia y la religión, en la formación escolar y superior, como causas. Sin familia y sin religión no hay valores, las personas crecen en una situación de absoluto relativismo y de indeterminación de las cosas, lo que las lleva a pensar que las cosas o hechos que todos conocemos como malos, para ellos resulten siendo buenos. Los valores se trastocan. 

En los colegios se prioriza la educación técnica a la cívica. Ya no son tan importantes los valores ciudadanos de respeto o de solidaridad. 

Los jóvenes se forman sin conciencia cívica, lo que genera que no vean al otro como un igual o un conciudadano, sino como un obstáculo o como alguien que pueda maximizar sus beneficios. 

Se propone educar a los jóvenes en su país, sobre lo que supone un comportamiento ético, lo que significa la corrupción y cómo combatirla, y alentarlos a que exijan el respeto de su derecho a la educación. Enseñar a las futuras generaciones de ciudadanos a esperar vivir en un país sin corrupción, es una de las mejores herramientas para asegurar un futuro mejor. 

2.b. Deberes Humanos. Ratificar, promulgar convertir en divisa, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. «Los países que reprimen con éxito la corrupción son mucho más legítimos ante sus ciudadanos y generan estabilidad y confianza». 

Pese al descredito que sufre dicho organismo internacional, aun constituye el máximo foro mundial donde se reúnen en «igualdad» de condiciones los estados para expresarse respecto a la problemática del orbe en el afán de paz, justicia, respeto, dignidad, solidaridad. 

En este ámbito de «alta política mundial» un grupo de expertos y destacadas personalidades elaboraron un documento intercultural y transdisciplinario que vio la luz en el marco de la UNESCO en la ciudad de Valencia España el año 1998 y propone sistemática y exhaustivamente los deberes y responsabilidades colectivos e individuales que resulten necesarios, para el cumplimiento e implementación efectiva y universal de los Derechos Humanos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) y en los instrumentos internacionales de derechos humanos subsiguientes. 

Ese grupo tuvo como presidente al Juez de Sudáfrica, Richard Goldstone y entre sus miembros estuvieron Federico Mayor Zaragoza, Richard Falk, Ruud Lubbers, Lord Frank Judd, Sergei Kapitsa, Jakob von Uexkull y los premios Nobel Joseph Rotblat, Wole Sovinka, y Darío Fo. 

Este documento denominado La Declaración de Responsabilidades y Deberes Humanos ( DRDH), establece temas muy importantes y de gran actualidad como: 

  • La obligación de intervenir para impedir graves violaciones de los derechos humanos 
  • El deber y la responsabilidad de la ayuda humanitaria y la intervención. 
  • El deber y la responsabilidad de impedir y castigar el crimen internacional organizado. 
  • La obligación y la responsabilidad de erradicar la corrupción y establecer una sociedad ética. 
  • La obligación y la responsabilidad de respetar y asegurar la libertad de opinión, de expresión y de los medios de comunicación. 

2.c. Instrucción Pública. Educar al público acerca de la responsabilidad del gobierno de erradicar la corrupción. Una justicia igualitaria e imparcial para todos es decisiva para la estabilidad y el crecimiento de un país. La revisión legal de las normas que se relacionan con el poder judicial para lograr una mayor independencia del poder ejecutivo y legislativo. 

Sensibilizar al público, los medios de información y los gobiernos en cuanto a los gastos que ocasiona la corrupción en servicios clave como la educación y la salud. Toda la sociedad se beneficia cuando los servicios básicos funcionan bien. 

Transparencia de las instituciones, independencia de los medios de comunicación. 

Denunciar los casos de corrupción. Creación de un entorno en el que impere el estado de derecho. 

Además, la corrupción no es sólo responsabilidad del sector oficial, del Estado o del Gobierno de turno, sino que incluye muy especialmente al sector privado. En éste caso se trata de corrupción empresarial o tráfico de influencias entre el sector privado y el público. En muchos países, de Latinoamérica, dicho sector tiene influencia estatal y por lo tanto el nivel de corrupción depende mucho de la manera como se comporta el sector privado en conjunto con los sistemas políticos. 

2.d. Promoción de inversiones transparentes. Aumento de las inversiones nacionales y extranjeras dentro un marco de transparencia. El deseo de invertir en un país aumenta en general cuando se observa que los fondos no terminan en los bolsillos de funcionarios corruptos. 

Fomentar la estabilidad económica asumiendo una actitud de «cero tolerancia» respecto de la corrupción. Una comunidad comercial transparente y abierta es la piedra angular de toda democracia sólida. 

2.e. Democracia. Peter Eigen, fundador de Transparencia Internacional afirmó: ―La corrupción es el talón de Aquiles de la democracia‖. Y sin democracia no puede desarrollarse la economía de mercado, fundamentada en el derecho de elección de los consumidores, el derecho a la información y el derecho inviolable a la propiedad privada. 

Desde el entorno de los derechos humanos, la corrupción es el principal obstáculo para que una sociedad goce de los privilegios de protección de sus derechos, precisamente porque erosiona las instituciones que los garantizan. Asimismo, los sistemas políticos corruptos niegan la posibilidad de la participación democrática, porque la esencia de este flagelo social es acrecentar los derechos y privilegios de pocos en detrimento de muchos. 

La investigadora Karelys Abarca en un informe relacionado con la corrupción en un país latinoamericano, señala con claridad lo siguiente. 

– La democracia no es sostenible en el tiempo en sociedades donde la corrupción define las normas de negociación. La corrupción es uno de los peores males que azota a la humanidad y es una amenaza latente para las democracias latinoamericanas. 

– La corrupción tiene tan innumerables efectos nocivos en las sociedades, que incluso pone en riesgo la supervivencia biológica, cuando niega la asistencia médica a los enfermos, porque un grupo de personas se ha apropiado del presupuesto e insumos destinados a ese fin. 

– En las sociedades corruptas todo cuesta más, por los intrincados eslabones de un tejido de relaciones de intermediarios que cobran comisiones ilegales, reduciendo la eficiencia económica y la productividad. 

– Se puede afirmar que la corrupción impone amenazas a la democracia, al crecimiento económico y al estado de derecho, porque genera todo tipo de costos y derroche de recursos, por ejemplo, compra de votos, reparto de subsidios a cambio de favores políticos, acciones que deslegitiman los poderes públicos y generan costos en la economía, desacreditando al Estado y la democracia. 

– Mientras la democracia se fortalece con la protección a las libertades civiles, los deberes, responsabilidades y los derechos humanos, la autonomía institucional, la transparencia en el uso de recursos públicos, la división plena de los poderes públicos, la descentralización del Estado, la libre competencia de mercado; la corrupción logra exactamente lo contrario, erosionar las democracias hasta extinguirlas. 

– La corrupción es esencialmente ego centrista, sin moral, busca privilegios injustos, ataca la meritocracia; usa sin escrúpulos las necesidades de los más débiles, provocando un mal uso del poder dado por los ciudadanos a unos representantes, para que se vuelvan en contra de las necesidades de las mayorías. 

– La corrupción tiene la habilidad de multiplicarse y extenderse como el cáncer, filtrándose en todas las dimensiones de la sociedad, con el riesgo de institucionalizarse, en cuyo caso el sistema democrático (con sus valores de libertad de expresión y voluntad ciudadana) se vuelve un estorbo para su desarrollo metastásico. 

De acuerdo a Transparencia Internacional este flagelo tiene muchas formas de manifestarse, algunas de ellas son los sobornos empresariales, la legitimación de capitales, las mafias del crimen y los cárteles de la droga, el poder económico de clases políticas para comprar votos, la concentración de la propiedad en pocas manos bajo la máscara de Estado socialista, la manipulación de la información pública, la carga tributaria sobre los agentes privados para sostener el peso de un Estado corrompido, y especialmente la cleptocracia. 

– La transparencia y control de la corrupción es uno de los principios que debe guiar la administración de los recursos públicos, para fortalecer la economía, democracia y el Estado de derecho. 

En conclusión, los males de la sociedad ocasionados por la actitud de algunos individuos, pueden y deben ser revertidos por la conducta y acción conjunta de las mayorías, comprometidos con el bien y la vigencia de las virtudes. Una vez más la expresión de Mahatma Gandhi :“Lo más atroz de las cosas malas que hace la gente mala, es el silencio de los buenos.‖ cobra vigencia vital y si el mal se impone es porque los buenos lo permiten con una malentendida tolerancia, cobardía o indiferencia. 

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