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EL CABALLERO KADOSH

Introducción

En la introducción de un anterior Trabajo Arquitectónico señalaba que el ritual de este grado XXX, enfatiza que el Cab:. Kadosh debe emplear la sabiduría recibida en los diferentes grados de la Mas:. en beneficio de la humanidad y convertirse en un apóstol amigo de todas las virtudes y el amor al bien, al mismo tiempo de ser  enemigo  de  todos  los  vicios  y  tener  repulsión  al  mal.  Recordemos  que Kadosch es una palabra hebrea que significa “puro”, “santo”, “santidad”, “consagrado”, en suma el hombre purificado de todo prejuicio impuro, de inteligencia libre que utiliza sus capacidades en aras de la felicidad humana.

Así, el Caballero Kadosh tiene una misión ser el realizador por excelencia, debe luchar  sin  tregua  contra  todas  las  tiranías,  todos  los  abusos  y  todas  las ignorancias, además de ser el paladín siempre alerta de pensamiento libre, de la justicia y del derecho, es decir que el corazón del Cab\ Kadosh se alimenta tanto del amor al bien como la repulsión al mal, haciendo alusión al águila bicéfala blanca y negra como también se conoce al grado de Cab\ del Águila Blanca y Negra.  El  ritual  indica  que  el  contenido  de  las  artes  liberales  junto  con  los preceptos que conforman la escala misteriosa le ayudará en el logro de su cometido.

Desarrollo e interpretación.

Hoy mi trabajo se aboca a conocer más íntimamente al Cab\ Kadosh en cuanto al contenido que representa este Grado dentro de nuestra Aug\ Ord\, llama la atención que entre los significados de Kadosh en hebreo se encuentren consagrado, santo. En palabras de Yahvé se encuentra esa definición en una parasha (porción del Torá): “Kadosch es aquél que adquiere Mi naturaleza, Mi pureza (de pensamiento, habla y acción). Kadosch es aquel que piensa en lo que Yo pienso, habla lo que Yo hablo y actúa como Yo actúo”. En otro comentario de la parasha, se señala el principio tanto físico, como mental que desea Elohím: el de ser separado/santo/kadosh para Él. Leyendo versículos de la Biblia se observa que se adquiere el nombre de Kadosch cuando se cumplen estas condiciones: temor por los padres, apartarse de la idolatría, cumplimiento de las normas de los sacrificios, atención a las necesidades de los pobres, no robar, no mentir, ser correcto en el juicio tanto con el pobre como con el rico, pagar el sueldo a tiempo, no permanecer indiferente ante el derrame de la sangre del prójimo, no odiar a un hermano, amonestarlo cuando se equivoca, no vengarse, amar al prójimo.

Es evidente que el Cab:. Kadosh tiene como norma tanto el amor a la Verdad eterna y poderosa o G:.A:.D:.U:. como el amor al prójimo, todo lo citado anteriormente se adecúa perfectamente a las labores que debe realizar   en cumplimiento de dichas normas. Es más, la leyenda debajo del águila bicéfala Deus Meumque Jus se interpreta como Dios es mi derecho, en alusión a esa estrecha relación que tiene el Cab:. Kadosch. También,   debo resaltar lo que indica el Ritual acerca de los sacrificios, se nos inculca sacrificar la indiferencia con  el  bienestar  ajeno,  inclinación  hacia  la  comodidad  personal,  así  como sacrificar la envidia, orgullo, en fin, las pasiones y vicios. En consecuencia, deberíamos trabajar para lograr la paz y felicidad de los demás, buscando el enriquecimiento espiritual antes que el material, algo que parece difícil de practicar en una sociedad consumista en la que vivimos. Nuestra Ord:. nos desafía a ello, no pretende que nos convirtamos en anacoretas encerrados en nosotros mismos, sino que tengamos una presencia activa en nuestra sociedad.

También otra acepción referente al pueblo hebreo que nutre el significado de Kadosh es que implica mantenerse aparte, ya que no debe contagiarse de los males de la sociedad, manteniéndose firme  en  su  posición  moral, incluso  en desafío a la opinión mayoritaria si está tiene vicios de fanatismo y ambición.

Ahora bien, ¿Por qué el término de Caballero? Otro de los pilares de este grado es el Caballero Templario inmortalizado en Jacques de Molay, donde se recuerda al

martirio que sufrió por causa del Papa Clemente V y el rey Felipe el Hermoso, que debemos  interpretar como  el  rechazo  al  despotismo  y  autoritarismo  civil  y  la intolerancia religiosa, que no es desconocer al gobierno constituido o al Papa elegido, sino cuando un gobierno usurpe o abuse de su poder o cuando se nos quiera someter a un despotismo que esclavice la conciencia o pretenda imponer cadenas al pensamiento libre. Si bien, se nos inculca el respeto y obediencia a las leyes, en este grado también se nos incita a desenmascarar la hipocresía y la impostura que son armas de quien detenta temporalmente el poder para someter al pueblo para sus fines políticos y fundamentalmente personales tanto para enriquecimiento y dispendio de las arcas públicas como la anulación del razonamiento y limitación a la educación y aprendizaje.

Recordemos que la Orden del Temple en otro tiempo fue grande y sublime, cuyos Consejos y Prioratos existieron en todas las naciones cristianas de Europa, fueron los Templarios los cruzados que acudieron a defender la fe y que con la muerte de J.  Molay en  las  llamas  de  la  hoguera  la  orden  quedó  casi  desintegrada. Un historiador imparcial Piers Read  al investigar sobre estos monjes y guerreros indica que el primer sello de los Templarios mostraba a dos caballeros montando un  solo  caballo  para  simbolizar  su  pobreza,  formada  como  una  orden  de caballeros por Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer, que, siguiendo la regla de una comunidad religiosa, se dedicarían a la protección de los peregrinos. Fue fundada en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén en 1119, donde Hugo de Payns y otros 8 caballeros incluyendo a Godofredo de Saint-Omer hicieron ante el patriarca de Jerusalén, votos de pobreza, castidad y obediencia, llamándose a sí mismos como “los pobres soldados de Jesucristo” en alusión a la orden militar dado que el rey Balduino los convenció de conservar su condición de caballeros en lugar de convertirse en monjes, con el compromiso templario de “defender a los peregrinos de bandoleros y violadores”. A petición de Hugo de Payns, Bernardo de Clairvaux, posteriormente santificado, redactó una regla de vida para los Templarios que consistían en 73 cláusulas que las hizo aprobar en el Concilio de Troyes,  una  disciplina monástica  que  desembocó  en  un  cuerpo  de  caballería disciplinado y uniformado (túnica blanca y cruz roja) que ocupaban terrenos sin estar sujetos a lealtades personales. El respaldo a la Tierra Santa a su vez generó que la Orden reciba propiedades en Europa, por bula papal el gran maestre de los Templarios dependía del Papa y no del patriarca de Jerusalén. Posteriormente, sobrevino el ataque a los Templarios, quienes no aceptaban la disposición del rey de  Francia  Felipe  el  Hermoso  que  quería  fusionar  las  órdenes  militares  del Temple con los del Hospital, para unificarlas bajo su mando, el papa Clemente IV que fue puesto con la anuencia de Felipe, estaba indeciso, hasta que Felipe aprovechó  denuncias  infundadas  efectuadas  por  caballeros  expulsados  de  la Orden como Esquín de Florian y Bernardo Pelet, para ordenar la detención de todos los Templarios en Francia, si bien Clemente reclamó que esa acción no le fue consultada, la debilidad que tenía frente a Felipe le condicionó a aceptar las torturas de los Inquisidores quienes sacaron confesiones bajo tormento, como la negación de Cristo, escupir a un crucifijo, más o menos como se ahora critica a este grado como que todo respira venganza por el asesinato de Molay donde se pisotea la tiara papal y la corona real.

En  realidad,  asumimos  el  compromiso  de  los  Templarios  de  defender  sus creencias y vivir sin ostentaciones, no de blandir el símbolo del puñal para atacar físicamente a quienes detentan el despotismo político y/o tiranía espiritual.

Hoy en pleno siglo XXI es un gran tema de debate acerca de lo que ocurre entre Israel y Palestina y los yihadistas del estado islámico en Siria, donde ciertamente está primando el fanatismo religioso que se junta con el poder político.

Conclusión

El grado XXX de Cab:. Kadosch del hombre purificado tiene su fundamento en que no debemos someternos jamás por temor o por interés a ningún gobierno usurpador o que abuse de su poder ni a ningún despotismo que esclavice la conciencia, debe convertirse en un apóstol de la Verdad y de los derechos de la humanidad para alcanzar la armonía y el vivir bien sin disfrutar del mal.

También nos enseña que ante la muerte no sirven de nada los bienes materiales acumulados ni las riquezas obtenidas, por otro lado, la tiara nos ilustra que por mantener los privilegios no se puede sacrificar a los suyos “por el bien de la Iglesia” no es un símbolo de ataque a la Iglesia sino una alegoría a  la impostura y ambición.

Los que se refieren a que el Cab\  Kadosch tiene un ritual de venganza, no conocen que todo es alegórico. Lo que se quiere recordar con la muerte de Jacques de Molay son los nobles ideales profesados por los Templarios. ¡Qué difícil les sería mantener la humildad ante los diezmos y contribuciones recibidas!

Sin duda una de nuestras disyuntivas es cómo desenvolvernos en la coyuntura actual tanto dentro y fuera de nuestra Quer:. y Aug:.  Ord:., es que acaso hemos perdido la humildad, no acudimos al auxilio de nuestros H:.H:., dejamos que las cosas ocurran sin hacer nada para evitarlas. Son reflexiones que debemos hacernos.

Para  concluir,  deseo  citar  un  episodio  de  la  persecución  a  los  Templarios, Clemente V emitió una bula donde se ordenaba el arresto de los Templarios en toda la cristiandad, dado que Felipe ya lo hizo en Francia. A Chipre llegó dicha bula a fines de 1307, si bien el gobernante Amaury estaba en deuda con los Templarios y, como casi todos en Chipre, consideraba falsas las acusaciones, no quería desafiar al Papa ni tener como enemigo al rey Felipe, por tanto ordenó el arresto de  los 118 miembros del Temple, siendo sus propiedades embargadas, se celebró un juicio sin torturas ante los enviados por el Papa dado que ninguno admitió los cargos se tomó declaraciones a 18 testigos ajenos a la Orden, incluyendo al senescal del reino y al mariscal del rey, todos los testimonios fueron a favor, solo el senescal del reino indicó que era solamente el secretismo que rodeaba a los Templarios lo que conducía a la sospecha de delitos inexistentes. Obviamente el papa consideró inaceptable el resultado y posteriormente ordenó un nuevo juicio donde se impusieron sus imperativos políticos. Que el G:.A:.D:.U:.nos libre de ello.

Cochabamba, 9 de octubre de 2014.

Gonzalo E. Guzmán Sanjinés

Bibliografía de internet

Piers Paul Read (2002). Los Templarios. Javier Vergara Editor, Buenos Aires

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