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El Ara y la Serpiente

En cierta ocasión, un hermano masón que hacia la limpieza de su Logia, movió el Ara Sagrada y descubrió que justo debajo de ella existía un agujero.


Debo descubrir qué es esto se dijo para sí, sorprendido.

Cuando se agachó, vio que era un profundo agujero iluminado por una extraña luz.

Debo descubrir que es esto y qué hay debajo se dijo.
Tan pronto como se aproximo más, escuchó un silbido estruendoso y una serpiente surgió del agujero.

El hermano masón salto hacia atrás alarmado. La serpiente era en verdad enorme y emanaba de ella una luz violeta. Ahora voy a matarte dijo la Serpiente, porque me has despertado.

Pero te he liberado dijo el hermano masón, ¿Cómo puedes pagarme así? Matarme no sería lo mejor.

En primer lugar dijo el reptil, moviste el Ara Sagrada para limpiar el polvo acumulado debajo, no por ayudarme. ¿Cómo puedes decir de pronto “te he ayudado”?

Cuando nos detenemos a reflexionar, siempre debemos tratar de adoptar un comportamiento muy razonable. Seguro tu veneno no me matará, en cambio yo puedo tomarte entre mis manos y asfixiarte dijo con voz firme el hermano masón.

Tú recurres a la razón cuando piensas que invocarla conviene a tus intereses dijo la serpiente.

Si -dijo el hermano masón- fui estúpido al esperar un comportamiento razonable por parte de una serpiente.

De una serpiente espera comportamiento de serpiente dijo el reptil. Para una serpiente, comportamiento de serpiente es lo razonable.

Ahora voy a matarte masón, o bien tu me mataras, no lo sé añadió la serpiente. Pero haremos algo dijo la serpiente. Nos daremos una oportunidad, por años he escuchado lo que se dicen en las Tenidas pero he permanecido en silencio todo este tiempo.

Creo que es tiempo de que hable en una de ellas puntualizó la serpiente.

El hermano masón aceptó y la serpiente se escondió justo dentro de la columna “B” de bronce que es hueca. Los demás hermanos masones comenzaron a llegar al Templo sin sospechar lo que ocurría, sólo notaban el nerviosismo del hermano.

Justo al iniciar la Tenida aparece la serpiente enroscándose sobre el Ara Sagrada, la sorpresa de los hermanos fue enorme, y las espadas apuntaron hacia ella.

La serpiente se incorporó, y pidió ser retejada, a lo que respondió debidamente, y así se le dio plaza entre los hermanos masones.

La serpiente a su momento, pidió la palabra la cual le fue concedida, y fue conducida a la tribuna de la elocuencia, donde expuso que la enemistad entre los Iniciados en los Augustos misterios y la Serpiente nunca de hecho había existido; luego de forma magistral explicó como la humanidad era arrastrada por las imaginaciones y las fantasías, manteniendo al hombre en un estado parecido a la alucinación, del cual le sería difícil pero no imposible escapar.

Terminada la tenida, la serpiente volvió a su lugar justo abajo del Ara Sagrada, no sin antes prometer a los hermanos masones del universo, enseñarles el modo de escapar de los estados inferiores de consciencia. Y profetizando el fin de las religiones, las universidades y los gobiernos profanos, sustituyéndoles por verdaderas instituciones que ayudarían verdaderamente al ser humano y agregó que esto ocurriría cuando la humanidad se diera cuenta de que existe otra verdad muy por encima de todo lo que conocemos.

Desde ese entonces, si ponen atención en las Tenidas, se escuchará a la serpiente susurrar a nuestros oídos esas frases de sabiduría.

Sabiduría Masónica:.

«Yo soy la luz del mundo; el que me siga no andará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».(Juan 8-12)

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