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Dios ,Virtud y Caridad

Las tres expresiones del título del presente artículo, DIOS, VIRTUD Y CARIDAD,

encierran conceptos espiritual, religioso y moral. Con el primero se refiere, al SER SUPREMO, CREADOR. Con el segundo, al hábito o costumbre de obrar bien. El tercero que este hábito o costumbre sea por amor al CREADOR, por amor al prójimo, pero en nombre del CREADOR.

Estos conceptos no siempre fueron interpretados así. El grado de desarrollo del hombre tuvo mucho que ver. El antiguo humano seguramente tenía sensaciones de inquietud y curiosidad ante los eventos que sucedían en la naturaleza, incluido él, y

no sabía explicarse las causas, aunque experimentaba los efectos. La experiencia en los largos años de vida terrena, enseñaron al primitivo y su descendencia, que debía esperar cuando determinados eventos ocurrían. En el devenir de los siglos aprendió a entender las causas, de los efectos que observaba.

Su conocimiento se fue ampliando en base a la observación, prueba y confirmación. Tales experiencias las transmitía a sus descendientes quienes las recibían y perfeccionaban continuamente. Así, en la medida en que la humanidad se desarrollaba, las sensaciones primitivas del antiguo humano han derivado en infinidad de conceptos que ahora son explicados por los adelantos de la ciencia.

Sin embargo, los avances hacen surgir la paradoja. En la medida que el hombre sabe más, descubre que sabe menos y la búsqueda de la Verdad, adquiere cada vez más importancia. su mayor sapiencia lo enfrenta a interrogantes nuevos y más complejos cuyas respuestas aun no le son accesibles. Sin embargo, su mejor capacitación le permite investigarlos con la práctica de la vida diaria y la lógica de su mente desarrollada.

DIOS. Sin duda, los interrogantes vitales radican en el misterio de la creación del Universo y de la vida. La ciencia desarrollada hasta el momento no puede señalar al autor de la creación y del origen de la vida, ni como fue el proceso.

Es evidente que el autor no mora en el planeta que habitamos, pues estaría sujeto a las leyes terrenas de la temporalidad y la evolución que concluye con la desaparición o muerte. También es lógico pensar que debe pervivir a su obra en incesante proceso de evolución. La creo con esta característica de movimiento evolutivo, que algún momento llegara al final del

proceso, con la comprensión completa del objetivo de la existencia. En esta instancia, ¿qué sucederá cuando la humanidad tenga la respuesta y comprensión…? Posiblemente el autor de la creación, tendrá al ser humano totalmente formado, que le es preciso, para una misión superior, más elevada, que excede el nivel de comprensión actual de la humanidad.

En este nivel de razonamiento, es consecuente creer que El Creador es superior a su obra humana. Él puede todo en términos terrenales y está exento de las debilidades y defectos de su obra. No podría ser de otra manera; el Autor es Todopoderoso y Perfecto y por lo tanto esta más allá de la naturaleza humana.

Sin embargo, su obra, el Ser Humano, por instinto propio tiende hacia Él. Así como el hombre crece y se desarrolla bajo la imagen de sus progenitores o antepasados y tiende naturalmente hacia ellos, El espíritu del Ser Humano, busca la superación de los defectos y errores del hombre, ser cada vez mejor y acercarse más a su Creador. En otras palabras, busca evolucionar.

La excepción a esta conducta natural y general, es la presencia en la Historia, de personajes que causaron dolor, daño y muerte y son negación de la Ley natural de desarrollo y evolución. El fin que ellos merecieron fue de acuerdo al daño que ocasionaron. No se hace tanto como se paga. La explicación de estos casos seria que, como en todo proceso en desarrollo, la inconducta sirve de útil ejemplo y recuerdo, de las consecuencias que el hombre sufrirá si se desvía de su ruta de evolución continua hacia su Creador.

Ese Ser Todopoderoso, Perfecto y Creador del Universo y de la vida es DIOS. Por Él fue hecho todo y en El radica la explicación de todo. Así expresado, miles de años atrás, era incomprensible, debido a:

la incipiente evolución de la mente humana de ese tiempo;

la influencia innegable de creencias primitivas, en vigencia en ese entonces;

el escaso desarrollo de la ciencia que mantenía al hombre en ignorancia de hechos reales;

la intolerancia religiosa que condenaba hasta las ideas razonables.

En la actualidad, superadas en gran parte esas limitaciones con el desarrollo de la ciencia, continúan sin respuesta las interrogantes sobre el origen de la creación y de la vida. La creencia en DIOS como Ser Supremo Creador, es una Fe hasta ahora no rebatida, que mantiene la esperanza de ser corroborada por la investigación y la verdad.

Varios relevantes científicos han afirmado su Fe en la existencia del DIOS SUPREMO. Es notable que los astrónomos y físicos sean los más definidos.

Johannes Kepler. Eminente astrónomo 1571 – 1630 expresaba: “Dios es grande, grande su poder. Infinita su sabiduría. Alábenle Cielo y Tierra; sol luna y estrellas con su propio lenguaje. Mi Dios la magnificencia de tus obras quisiera anunciarla a los hombres en la medida en que mi limitada inteligencia pueda entenderla».

Nicolás Copérnico. Autor de la visión moderna del mundo. 1473 – 1543. «Quien vive en contacto con el orden más perfecto y la sabiduría divina, se siente estimulado a las aspiraciones más sublimes. Quien no adorara al Supremo Arquitecto de estas cosas.»

Isaac Newton. Fundador de la Física Clásica. 1643 – 1727. «Lo que sabemos es una gota. Lo que ignoramos un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del universo ha salido del Plan de un Ser omnipotente y omnisciente».

Charles Darwin. Autor de la Teoría de la Evolucion.1809 – 1882. «La teoría de la evolución es totalmente compatible con la Fe en Dios. El mayor argumento de la existencia de Dios, es la imposibilidad de demostrar que, el universo inmenso, sublime y el hombre hayan sido frutos del azar».

Albert Einstein. Fundador de la Teoría de la Relatividad. Premio Nobel 1921. «Todo el que está comprometido con el cultivo de la ciencia, llega a convencerse que en todas las Leyes del Universo, está manifiesto un espíritu superior al hombre, ante el cual nosotros con nuestros poderes debemos sentirnos humildes».

Schrödinger. Creador de la mecánica ondulatoria. Premio Nobel 1933. «La obra maestra más fina es la hecha por Dios, según los principios de la mecánica cuántica».

Hathaway. Padre del cerebro electrónico.» La Física moderna enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a sí misma. El Universo es una gran masa de orden. Eso requiere una Causa Primera grande no sometida a la Ley de la transformación de la energía y por lo mismo es sobrenatural».

Werner von Braun. Constructor de cohetes espaciales. 1912 – 1977. «Dios creó el gran Universo que el hombre y la ciencia van escrudiñando e investigando día a día en profunda adoración».

Allan Sandage. Calculó la edad del universo y la velocidad con que se expande el mismo por la observación de las estrellas distantes. «Era un ateo. La ciencia me llevo a la conclusión que el mundo es mucho más complejo de lo que podemos explicar. La existencia solo puedo explicar mediante lo sobrenatural».

Ahora, con el auxilio de la fotografía y la exploración extraterrestre por el Telescopio Hubble; los nuevos descubrimientos interplanetarios; las investigaciones científicas en proceso; se puede observar la magnificencia del Universo. Las distancias, tamaño, cantidad, orden y movimientos de planetas, estrellas, satélites, constelaciones y demás astros, muestran que es imposible esta realidad mediante el azar y solo es explicable por la intervención del Ser Superior que es DIOS, el Gran Arquitecto del Universo.

Este Ser Superior, Divino y Perfecto considerado la máxima aspiración humana, no es esquivo al hombre, fruto de su creación. Quiere su evolución mostrándose como el fin que su criatura busca, pero dejando que, en libertad, escoja los caminos para llegar a Él y su ejemplo sea de utilidad a la descendencia.

VIRTUD. Cualquiera que el escoja, la persona para avanzar, debe mostrar la disposición libre, habitual y firme a hacer el bien. Realizar no sólo actos buenos, sino dar la mejor actitud de sí misma. Esto es Virtud. La persona virtuosa, con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. La Virtud es el camino de la perfección y el que conduce a Dios.

Hacer habitualmente actos buenos como parte de la esencia personal de cada uno; dar a toda acción individual, lo mejor de sí mismo con todas las fuerzas humanas y espirituales que posee, es la única y mejor manera de evolucionar y parecerse a DIOS. Este es el trabajo de la vida del hombre libre y de buenas costumbres.

La práctica continua y habitual de alguna virtud, conlleva el crecimiento de las otras, generando a la postre el crecimiento armónico de la personalidad. La paciencia compromete a la tolerancia, la aceptación, la flexibilidad.

CARIDAD. Las virtudes humanas ordenan y controlan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Pueden agruparse en torno a cuatro cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza y en tres teologales Fe, Esperanza y Caridad.

Son cardinales por su importancia y porque alrededor de ellas giran otras. Son Teologales

porque se refieren a DIOS y la relación del hombre con El. La Fe, es creer en la existencia de El Creador y en todo lo que ha revelado. La Esperanza es el deseo de reencuentro con DIOS y la gracia merecida de una vida eterna junto a Él.

La Caridad es la virtud que expresa el amor a DIOS, a nosotros mismos y al prójimo. En resumen, es el amor a DIOS y a su obra. DIOS es Creador de la criatura humana y esta evoluciona hacia EL, bajo la imagen y semejanza que tiene de su Creador, mediante la práctica de la virtud. La Caridad establece amar al Creador antes que todas las cosas.

Por otra parte, el hombre tiene su origen y destino en el Creador Divino, y en su paso por la vida terrenal, practica la virtud como la ruta que lo conduce hacia dicho destino. Por lo tanto, su origen, destino y la práctica de la virtud, hacen del ser humano una criatura de Dios, que debe ser amada por el mismo, por ser criatura del Creador. Todos los seres humanos constituyen el prójimo, y, por lo tanto, gozan de idéntica cualidad y deben ser igualmente amados como manda la Caridad. El motivo del amor es DIOS.

Expresado de esta manera, el presente articulo pretende mostrar el origen y destino divino de la Creación y la vida humana; la conducta virtuosa que debe observar el ser humano en su paso terrenal, para retornar al Creador y el amor que debe prodigar en su vida terrena a su Creador; a sí mismo y al prójimo como criaturas de Dios.

La reflexión interna para cada uno, es cuanto de esto cumplimos, en un mundo de violencia inusitada, con una sociedad tan dividida.

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