VV∴HH∴: en el Simbolismo o masonería azul, soy llamado cronológicamente profano, neófito, Aprendiz, hermano, aspirante, Compañero, ¡y, oh maravilla, finalmente, viene la exaltación!… ¡que palabra superlativa!… es decir, el resultado de una acción muy notable ¿Cuál será esta?… mis méritos o cualidades son alabados; se me atribuye un gran valor, grandeza y honor; dicho en buen cochabambino antiguo, ¡soy un capo!… y me llaman ¡Maestro!… y más… ¡Venerable Maestro!… y finalmente, si la Logia confía en mí, ¡Respetable Maestro!…
Luego, si soy consecuente, me aceptan en la Logia de Perfección, y sigo recibiendo títulos, los menos operativos y los mas, pomposos e intimidantes.
La masonería azul imparte sus instrucciones filosófico-doctrinales, mediante el empleo de rituales, alegorías, leyendas y símbolos.
Los grados complementarios o masonería filosófica, se fundamentan en el estudio de los aspectos sociales que inciden en las relaciones humanas; entre ellos la religión y la política. El tratamiento de ambos aspectos se establece ante la necesidad de instruir a los masones escocistas en el cumplimiento de sus deberes, el ejercicio de sus derechos y en la práctica del respeto y la tolerancia hacia las opiniones ajenas.
Los grados complementarios, mal llamados superiores, digo yo… se agrupan en tres categorías:
Masonería Roja (4° al 18°) – Masonería Negra (19° al 30°) – Masonería Blanca (31° al 33°).
El sutil hilo que une los grados de perfección es recorrer 14 de los 32 niveles de la cabalística consciencia, Shekel שכל,, es decir, nuestro estado de madurez y su evolución, como sinónimo de inteligencia, debiendo mantenerla libre. Si no lo entiendo así, he ido ya demasiado lejos.
M∴ Secreto, 4º, donde evidencio la transición entre las enseñanzas simbólico-iniciáticas impartidas en la Masonería Azul, que utiliza el procedimiento indirecto (símbolos y alegorías), al método de la Masonería Roja que trasmite conocimientos socio-iniciáticos con el lenguaje directo, resultando los símbolos solamente un elemento complementario.
En la ceremonia de promoción, los aspirantes nos identificamos como “viajeros que conocen la acacia y que se perdieron entre la escuadra y el compás”… pero más atentos a la escuadra, que al compás, lo que significa que nosotros, MM∴, necesitamos APLICAR en nuestras relaciones interpersonales los conocimientos morales alcanzados durante los estudios anteriores, adquirir consciencia de la consciencia y descubrir que los sentidos tradicionales característicos del Ser humano no son suficientes para siquiera vislumbrar someramente nuestro camino.
La logia de perfección continúa la leyenda del 3º, enfatizando el ángulo social, que determina la actuación de sus protagonistas, enfocándose siempre en la ignorancia, el fanatismo y la ambición.
El grado de Maestro Secreto continúa el estudio del interior del hombre y le añade el de su fuerza a ser aplicada al entorno…
M∴ Perfecto, 5º; ya de por sí, el término PERFECTO me hace retroceder; el nombre es clarísimo. Me digo a mí mismo que he dejado de ser un maestro perfectible; ahora soy PERFECTO, y, por lo tanto, susceptible solamente a transmitir, y ya no a recibir… ¡que soberbia VV∴HH∴!
Luego, si profundizo en el tema, me consuelo entendiendo que tanto la maestría como la perfección es mas bien un objetivo, antes que una condición ya lograda; es enfocarse en Shekel Nishrash, la conciencia arraigada, menciona la Kabbalah.
Sin embrago, a priori, mi naturaleza humana se envanece y la soberbia me domina.
M∴ por curiosidad, 6º. Los grados 5o 6o 7o y 8o, son el punto de inflexión que cambia la orientación hacia “mi interior”, y la enfoca hacia “el prójimo”, culminando en el TERRIBLE lema del 9o.
Ahora me parece tan claro, que desde el Maestro Secreto, pasando por el Maestro Perfecto al Secretario Íntimo y mas adelante, el Iniciado va ingresando en un círculo cada vez más selecto y más comprometedor, hasta que “IMPLOSIONA”, solo para EXPLOTAR AL MISMO TIEMPO en acción exterior, o debería hacerlo, siempre como ya se mencionó en esta Bóveda, individualmente, y no corporativamente.
Resumiendo, las enseñanzas del 6o “beatamente”, (en su acepción religiosa), las podemos entender como defender con energía a dignatarios elegidos democráticamente, sin traspasar los límites de la prudencia y del deber. Nos pide también respetar los secretos de nuestros HH∴ evitando que se descubran y se divulguen, actuando en la fidelidad y la dedicación, la paz y la armonía, evitando guerras y discusiones inútiles.
Preboste y Juez, 7º. Nuevamente este título supone que estoy preparado para dirimir los entuertos de los demás; me considera experto en filosofía y ciencias, capaz de decidir imparcialmente, procediendo con justicia. Nuevamente soy etiquetado como SUPERIOR al promedio, con poder de decisión sobre la vida del conjunto. La Kabbalah nos enfoca en la conciencia estable, shekel kabua, como plataforma de soporte.
M∴ de Israel, 8º. VV∴HH∴, luego de las ilustrativas balaustradas compartidas bajo esta Bóveda, entendemos mejor el porqué de estos grados concedidos por comunicación y de su cronología, que parece ahora tan evidente: 1o al interior “externo”, con 4o al interior profundo; 2o al trabajo en uno y para uno mismo apuntando tímidamente al exterior, con los 5o reputación – 6o negociador – 7o justicia – 8o igualdad según el esfuerzo. Hasta aquí, los grados son hacia mi interior en el simbolismo, y de aplicación al entorno, en el escocismo.
M∴ elegido de los nueve, 9º. Y, finalmente, con “PRO PATRIA ET POPULO”, que es más una arenga, el yo se subordina al colectivo.
Habiendo vivido algunas veces los pormenores del 9º, sigo cuestionándome la explícita contradicción entre la venganza ejecutada y la prohibición a vengarse.
En el Santuario, cada intervención es sellada clavando el puñal en el adversario, amenazando con la mano derecha al frente. Si no soy escuchado por mis argumentos, entonces los impondré por mi accionar, le guste o no le guste a mi interlocutor. ¿No es el signo un permanente recordatorio de la venganza?
Jubelás, Jubelós y Jubelúm, – asesinos – no me ocasionaron daño personal alguno, sino que se ensañaron con el Maestro Hiram Abif; entonces hacerles pagar su crimen cae dentro del ámbito de la venganza, pero insisto, en nuestro ritual dice textualmente, “En ningún caso es permitida la venganza”pag.133 ¡que aparente contradicción, por demás evidente!
¿Por qué el ritual no recoge un comportamiento ejemplar, para emularlo? En su lugar describe un reaccionar profano que no solo piensa en la venganza, sino que la consuma. Definitivamente es un grado combativo y por ahora siento que es el primer culpable del encono con que la iglesia y el orden establecido estigmatizan a los masones; ambos se sienten amenazados por esta arenga-lema, que de hecho es una declaratoria de guerra, rompe el diálogo y ¡ataca!… ¡es un grado combativo, no me cabe la menor duda! Su simbólico puñal, es un arma de ataque y defensa, y… lo pregona abiertamente en el Santuario. Es el símbolo menos adecuado para mostrarlo al mundo profano.
Hoy entiendo que la venganza debe ejecutarse, ¡NOS LO MANDA ESTE GRADO!, no para satisfacer el apetito personal del ejecutor, sino para rectificar el error cometido por el prójimo y sentar un precedente definitivo; la diferencia es determinante. En el primer caso, me constituyo en juez, considerándome poseedor de la verdad; en el segundo, soy el ejecutor designado para encaminar la realidad por la vía que la masónica conciencia colectiva considera pertinente. La Kabbalah nos refiere a la conciencia centellante, que echa chispas; shekel mitnotsels.
Ilustre elegido de los quince, 10º. Este reflexivo grado atempera claramente la pasión del 9º; la justicia debe seguir su curso.
En el Simbolismo recibí explicaciones, sentencias alegorizadas y simbolizadas, mostrando un camino que yo pudiera seguir; el énfasis en esta frase está en “un camino”… ahora, sobre todo en los grados 10 al 14, encuentro varios caminos nebulosos, bien soportados por esos maestros investigadores abogando por iluminarnos con sus conclusiones, que nos empujan a investigar, con el riesgo de perdernos en un mar de afirmaciones que no entendiendo inmediatamente, en las que además se dice abiertamente que ocultan información…
Príncipe Emeth, 11º. La política aplicada al pueblo, administrada equitativamente con justicia enfocada principalmente en los impuestos. Este grado presupone que internamente soy capaz de discernir y externamente aplicar. Trabajo en shekel bair, la conciencia brillante, que enciende mi mente con inspiración.
Gran M∴ Arquitecto, 12º. Las liturgias y las interpretaciones de las logias de perfección, expresado sucintamente, son la inspiración de maestros investigadores para transmitir a sus HH∴ las causas y el significado de los rituales y las leyendas, que tienen casi exclusivamente origen hebraico.
Entonces, para mí, se acabaron los juicios definitivos que tienen nuestros rituales y catecismos. A partir de las logias de perfección, en las leyendas de todos los grados, encontramos “este grado te lleva a la perfección”, es decir, los grados, entiéndase los maestros investigadores que desinteresadamente se expresan, tienden a presentarlos como “la solución” sobre todos los demás, tendencia por demás profana, muy humana, por cierto.
Por su mayor carácter intelectual y teórico, el 12o representa el paso de los instrumentos de construcción a los instrumentos de diseño.
El catecismo nos dice:
P.—¿Sois Gran Maestro Arquitecto?
R.—Conozco perfectamente el contenido de un estuche de matemáticas.
P.—¿Qué útiles contienen los estuches matemáticos?
R.—Una escuadra, un compás simple, otro de piezas, una regla, una plomada, un compás de proporción y un semicírculo graduado… contenido que no es del todo homogéneo entre los maestros investigadores.
Este estuche incluye herramientas que permiten decidir, más allá de solo comprobar una dimensión o una forma; en este grado se asume que ya entendemos, a nuestra manera muy particular, el significado de las herramientas masónicas, que conocemos a quien o que invocamos con nuestras palabras rituales, y tenemos la capacidad de crear y de enseñar, no solamente al interior, sino, específicamente al exterior.
Caballero del Arco Real, 13º. Inclusive este título, que puede parecer menos pretencioso, lleva implícita una condición superior… caballero, de conducta gentil, atento y solidario. Si nos adentramos en el inglés, podemos sin embargo apuntar que Knight deriva de la palabra anglosajona Cnight, que significa sirviente.
¿Será esta su acepción masónica?
Si así fuera, en este grado seríamos sirvientes entre el pueblo que no pronuncia la palabra inefable, y el G∴A∴D∴U∴ … y de todas formas, privilegiados; trabajamos entonces en Shekel meir, conciencia iluminadora, para iluminar mi inteligencia y así discernir los caminos de Elohim.
Gran elegido, perfecto y sublime masón, 14º. Los diferentes grados, hasta el 14o, son una descripción de los actos de la vida, una vez por la diestra y otra por la siniestra.
Como dice José Hernández en boca de Martín Fierro con su filosofía criolla,
“siempre sirven las sombras para distinguir la luz”.
Retomando el hilo de las equivalencias, aún no encuentro VV∴HH∴ la relación entre el 14º y el 3o.
Dice nuestro ritual: ¿Cuál es el deber primordial de un hermano del grado XIV?
“Proclamar como derecho inalienable la absoluta libertad de conciencia y de pensamiento para todos los hombres; luchar por el ejercicio de este derecho y resistir a todo el que pretenda violentarlo” pag53
¡Un momento!…
“absoluta libertad de conciencia” es contrario a “resistir a todo el que pretenda violentarlo”pag53”, digo yo…
En este punto afirmo que la masonería necesita para existir dos planos:
1. Como institución creada por humanos, la masonería debe unificar diferentes criterios, usos, costumbres, normas y obligaciones netamente convencionales para garantizar la igualdad de oportunidades entre los hermanos y la pureza del rito en los Talleres de la Obediencia; los masones, en cuanto miembros de un Taller debemos servirlo, manejarlo, gestionarlo cumpliendo reglas; este es el plano administrativo, que se refiere al “resistir a todo el que pretenda violentarlo”
2. Como organización esotérica, la Masonería opera anclada a la materia y al mismo tiempo nos insta a volar sin límites, según nuestra capacidad interior, según nuestra voluntad.
Los masones tenemos en este plano como límite solamente el infinito y por lo tanto elegimos quedarnos en “el club del martillito» o cuadrar nuestra piedra cúbica piramidal encajándola casi perfectamente en el Templo universal.
En este plano somos libre pensadores, ejercemos el libre albedrío, somos los únicos que definimos de qué o de quien depender, y por lo tanto vivimos en libertad, procurando la religión universal, escuchando a nuestra juiciosa conciencia; aquí aplicamos la “absoluta libertad de conciencia”.
Por otro lado, VV∴HH∴, el título del 14º es el non plus ultra de los superlativos; solo incluye un sustantivo normal referido a la condición humana… y afirmo, sin temor a equivocarme… creo… que ni siquiera las honrosas excepciones que todos conocemos lo representan; tal parece, que este grado fue bautizado por los tres compañeros J. El sustantivo “PERFECTO” me estremece cada vez que lo veo plasmado en la masonería, porque me recuerda que nunca lo alcanzaré.
¿Qué tal un título como: “Maestro masón paladín y filántropo”?
Me da, al menos, la oportunidad de ejercerlo, y no solamente de ser llamado “PERFECTO” … sintiéndome permanentemente marginado…
Salvo la mejor opinión de los VV∴HH∴ de esta Bóveda, he cumplido T∴V∴P∴G∴M∴
Eduardo Sánchez, 14º
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