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CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO DEL REY SALOMÓN

INTRODUCCIÓN

Empezamos nuestro camino de construcción, engañados por la ilusión de nuestros sentidos y perdidos entre la Escuadra y el Compas, jamás en toda nuestra vida masónica hemos podido experimentar la finalización de la construcción del famoso Templo del Rey Salomón ni en nuestros trabajos masónicos ni en el mundo profano; el arquitecto ha muerto, la palabra se ha perdido. La historia mítica nos describe que luego de la muerte del Respetable Maestro Hiram y ante la imposibilidad de reemplazarle, nuestros rituales -sin excepción- nos brindan la alegoría de un templo material inconcluso.

Basados en el estudio de civilizaciones Hindúes, Egipcias, Fenicias y Babilónicas podemos encontrar los fundamentos de nuestra actual masonería. En especial en Israel con las enseñanzas del Templo del Rey Salomón. Todos los sistemas ritualisticos, incluyendo nuestro Rito Escocés Antiguo y Aceptado están basados en pequeños dramas confeccionados para enseñar lecciones éticas, en especial la fidelidad hasta la muerte y una vida de servicio, base motivacional del homenaje que rinde cada año nuestra logia de perfección.

Es importante destacar antes del desarrollo del presente trabajo que el Templo del Rey Salomón no fue construido para proporcionarle al pueblo de Israel un centro religioso; sino para que sea de  residencia y acceso a los sacerdotes y levitas, es decir los exaltados. Tal cual estamos nosotros hoy en día en este recinto sagrado.

ASPECTOS RELEVANTES

El discurso mítico de la Construcción del Templo del Rey Salomón hace referencia al Tabernáculo de Moisés, en la Ciudad fundada por un espíritu de Justicia y Paz encarnado en la Orden del Sumo Sacerdote Melquisedec Rey de Salem quien en tiempos de Abraham da vestigios a “Jerusalén” palabra que viene del Asirio Babilónico Uru Salim “Ciudad de Paz”. Dando así la locación en la que se debe construir una obra arquitectónica para YOD-HE-VAU-HE. Siendo elegido para materializar este hecho Salomón que en hebreo curiosamente significa paz.

En medio de un manto de leyenda Salomón localizado en Gabaón, tuvo una conversación con Jehová y le dijo lo siguiente: “Yo soy aún joven, y no sé cómo he de comportarme como rey… Concede pues a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal.”

Tal solicitud agrado a Jehová quien le contestó:

“Porque no has pedido una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para juzgar, voy a cumplir con tu ruego:  Te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo ni lo habrá después.”    

Con ese importantísimo diálogo mítico y simbólico de un aprendiz de sabio con su divinidad, se da origen a una importante enseñanza y formula de construcción en este plano terrenal: la divinidad de Salomón le concede la facultad de pensar con el corazón y sentir con la mente.

Salomón Rey de Israel en el IV año de su reinado dotado de un corazón inteligente, colaborado por Hiram Rey de Tiro e Hiram Abif al segundo mes del año hebreo en la Torá, precisamente el mes Ziv cuyo computo comienza a partir del mes de Tishrei[i]  se da inicio a la Construcción del Sagrado Templo en el monte Moriah[ii], nótese que es el mismo periodo en que nuestro Supremo Consejo nos exhorta realizar este homenaje a la Construcción del Templo del Rey Salomón.  El objeto de tal construcción de manera literal consistía en precautelar el patrimonio simbólico que JEHOVA entregó a Moisés. Emblemáticos símbolos y enseñanzas que aún se mantienen en nuestro imaginario colectivo, como ser: las Tablas de la Ley, el tabernáculo, el arca de la alianza, el candelabro de los siete brazos, ángeles alados, mesas para los 12 panes de proposición, altar de incienso, mar de bronce y otros artefactos que son muy familiares a nosotros por ser parte fundamental de nuestros rituales.

Luego de 7 años exactos del inicio de la Construcción de la Gran Obra, Salomón admira la belleza de la misma, sin embargo al mismo tiempo se cuestiona a sí mismo: “¿Será verdad que Dios ha de morar sobre la tierra? Cuando los cielos y los cielos de los cielos no lo pueden contener, cuanto menos esta casa que yo he edificado.” Es así, que de ese momento una vez mas creador y creación quedan identificados uno con el otro. Posiblemente por ello el título de esta balaustrada no es el Templo de Jehová sino el Templo de Salomón. De la misma manera que alegóricamente un masón es material de construcción y constructor permanente de su templo interno.

Posteriormente, este primer y único Templo del Rey Salomón fue destruido por el Rey babilonio Nabucodonosor y saqueado por su comandante Nabuzaradan, tomando en esclavitud al pueblo de Israel quienes más tarde son liberados mediante decreto de Ciro – Rey de Persia. Es así que, Zorobabel junto a los profetas Hageo, Josué y Zacarías recuperan parte del patrimonio simbólico y dan paso a la construcción de un segundo templo -en el mismo lugar donde se encontraba el primero- aunque ya no edificado con la misma majestuosidad. Este templo fue destruido por segunda vez por el Rey Antíoco Epifanes IV. Se narra que posteriormente, en ese mismo espacio el pueblo de Israel logro restaurar algo de los escombros y en esta remodelación el V.L.S. nos indica que el Jesús – Cristo caminaba por los atrios expulsando a mercaderes corruptos de lo que quedaba de la casa de JEHOVA. Finalmente, este templo termina incendiado y destruido por el Intendente General Romano del Ejercito de Tito. Aunque el templo terrenal se haya destruido por el fuego, el templo espiritual sigue gatillando nuestro mundo masónico de hoy en día.

Este relato bíblico – mítico emplaza a la humanidad entre una Jerusalén Terrenal y una Jerusalén Celestial, Jerusalén Espiritual o Santo Imperio, dos dimensiones en la que nos encontramos extraviados en un pretendido intento de construcción material y espiritual, por ello somos masones de la escuadra y masones del compás.

ENSEÑANZAS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

La construcción del Templo de Salomón ha determinado la forma en que abordamos la masonería tanto antigua como moderna. Así como sus diversas destrucciones y construcciones nos recuerdan que el sufrimiento y la felicidad, la vida y la muerte, son imprescindibles en las construcciones transcendentes.

El templo jamás se termina de construir, el creer que tal magna obra tenga construcción definitiva tan solo raya en la soberbia, aspecto que no permite ningún tipo de crecimiento espiritual. Al igual que el templo tenemos que recibir y vaciarnos para que pueda ingresar más sabiduría. Venimos a este plano a equivocarnos y cada equivocación es un maestro; sólo así haremos consciencia de una realidad constructiva, estamos aquí para completar la Construcción de la humanidad. Cual Jerusalén, somos un espíritu de Paz encarnado en un cuerpo material que vino a aprender a dar de manera justa.

Toda riqueza acumulada en el templo acabó simbólicamente en el fuego, para recordarnos que la materia no existe simplemente para acumularla, sino para construir con ella una realidad ética y podamos rectificar la creación. No es posible comprender la espiritualidad ni mucho menos alcanzarla sino comprendemos el mundo de la materia, los materiales de construcción del templo deben estar seleccionados, marcados y numerados bajo planos materiales y nosotros ser aquella piedra clave en la bóveda del templo que equilibre transfiriendo y recibiendo esfuerzos de las columnas al oriente, y del oriente a las columnas. Recordemos que JOD HE VAU HE simbólicamente ordena un templo material a Salomón con el fin de que su creación aprenda a dar y aprenda a recibir aquella riqueza espiritual simbolizada por el patrimonio del templo de Salomón.

Para ser justos debemos hallar la felicidad de entregar, así como la felicidad al recibir. Tenemos la capacidad de percibir la necesidad del prójimo por ello si ayudamos, no debemos ayudar por exaltación propia, ni para elevar nuestro ego. La materia es energía concentrada que debe ser utilizada de forma correcta a la inmensa Gloria del Arquitecto del Mundo Entero, por ello encabezamos todas nuestras balaustradas con la máxima U.·. T.·. O.·. S.·. A.·. G.·. I.·.

Al igual que el templo, debemos construir en base a nuestras limitaciones de tiempo y espacio; así como el masón construye su templo interno en su propio tiempo respondiendo a sus propias circunstancias. Podemos construir de dos maneras, la primera en modo competencia: en una carrera de grados y títulos con el fin de encumbrar el trabajo de los demás, o podemos construir en modo creador, cual corazón inteligente embalsamado de Hiram permite crear beneficios para la humanidad y donde la única competencia somos nosotros mismos para lograr que nuestra chispa divina ilumine la creación en su debido tiempo y en su debida circunstancia.

Nos encontramos delineados por el extremo material (materialismo) y el espiritualismo radical que abandona todo contacto con la realidad material. La enseñanza definitiva del templo nos invita a espiritualizar la materia como medio de alcanzar una construcción sólida y equilibrada. El requisito para lograrlo es sentir con la mente y pensar con el corazón.   Es importante entender que la mente es una gestionadora social de decisiones y requerimos de habilidades para compartir un templo social, puesto que no existe crecimiento personal desvinculado de la sociedad en la que vivimos.

Las valiosas enseñanzas que motiva al masón a ser mejor constructor en la sociedad conllevan a ser leales con nuestra consciencia y aprender a brindar nuestro aprecio, nuestro tiempo y nuestro esfuerzo por los demás. El no comprender estas enseñanzas nos convierte en tan solo animales sofisticados, que usan traje, conducen automóviles y compiten por gloria personal… Debemos transformar nuestras ideas en construcciones palpables mediante elecciones que no son fáciles. En diversas ocasiones debemos realizar sacrificios, pasar angustias, desempeñar tareas adversas y tolerar comportamientos nefastos, todo por un bien mayor.  Si no estamos construyendo no nos acercamos a nuestra divinidad, si no estamos construyendo somos esclavos y estaremos lejos de ser un hombre libre, para ser libre es necesario quitarse el deseo egoísta y ejercer la posibilidad de emular al Creador.

Es mi palabra

Erik Mauricio Sotomayor Yévenes, 30°

Ex Poderoso Maestro R.·. L.·. P.·. Cóndor N° 4

Campamento de Cochabamba 7 de Octubre de 2022 e.·. v.·.

BIBLIOGRAFIA


 

[i] https://es.wikipedia.org/wiki/Tishr%C3%A9i

[ii] V.L.S. 1 Reyes 6:1

SOD22 El Secreto , Mario Javier Sabán

El Templo del Rey Salomón su Construcción Operativa y su Repercusión Espiritual en el Siglo XXI. Elias Evia, abril 2011.

Revistas Masónicas de Chile 1929-60 , 1937-02 , 1978-02, 199-07

Grados Adquiridos en la Gran Logia de Bolivia

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