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CONOCIMIENTO Y CULTURA MASÓNICA

Antes de comenzar nuestra exposición, nos parece oportuno dar algunas definiciones y precisiones en cuanto a los términos “Conocimiento” y «Cultura» y derivar los mismos a lo que nos interesa para la presente Plancha:

Por Conocimiento se entiende todo lo referente al arte de aprendizaje y el saber. Según la ‘Enciclopedia de la Francmasonería», y de acuerdo al concepto de «dualismo» que interpreta la Francmasonería, el Conocimiento se simboliza por la Luz, así como la ignorancia por la oscuridad. Para el iniciado, el recibir la Luz es adquirir el Conocimiento; y el anhelo del neófito por la Luz es la aspiración natural del alma por el Conocimiento.

Por su parte, por Cultura se entiende al conjunto de valores, creencias, tradiciones, instituciones, lenguajes, etc., que elabora y transmite una sociedad; también aquí, se manifiesta un «dualismo”: En efecto, por un lado, la Cultura refleja condiciones materiales de su existencia; por otro lado, la Cultura se define como una reacción espiritual que incluye las nociones de proceso y valor, tal y como lo exponen grandes filósofos del siglo pasado como Hegel, Kant, Rickert, etc., o filósofos o célebres escritores del presente siglo como Nietsche, Bodes, Vargas Llosa, Sartre o nuestro Franz Tamayo.

En nuestra modesta opinión, la unión de los términos Conocimiento y Cultura Masónica sería entonces el arte o habilidad que tiene un H:. M:. para investigar, descubrir e interpretar racionalmente los misterios de las ciencias del «saber’ que nos conducen al Conocimiento de la Verdad y aplicar este Conocimiento, de acuerdo con formación dentro de los principios, leyes y códigos, que no es otra cosa que nuestra «Cultura Masónica», en el logro de lo ideales que nos hemos propuesto al iniciarnos en la Francmasonería : La difusión y práctica de Conocimiento que enaltezcan Virtudes Espirituales como son la libertad, la Moral, La justicia, la Igualdad, La Hermandad, y el honor, la Caridad, la Tolerancia, la Humildad, La Solidaridad, la Perseverancia, el Trabajo Honrado, el Amor a la Paz y la exaltación de nuestra Fe y Amor al G:. A:. D:. U:.

Sólo practicando estas Virtudes, podremos alcanzar lo que nuestro IL:. y Pod:. H:. José Aramayo Ance cita en su magnífico artículo «Meditaciones Masónicas”: «…la meta que nos imponemos al ingresar a nuestra Augusta Institución es el desarrollo espiritual del hombre hasta llevarlo a hacer conciencia de lo divino…» y para ello debemos afanarnos en encontrar la Verdad, fuente del verdadero Saber y de la verdadera Luz.

Conseguir estos supremos fines sólo lo haremos en la medida que estudiemos, meditemos y practiquemos lo que hemos aprendido de las leyes y principios que rigen la naturaleza, bien a través de nuestras propias investigaciones, iniciativas y experiencias, bien a través de las valiosas enseñanzas que nos imparten nuestros HH:.

Sólo el Conocimiento es la fuente de toda Sabiduría y toda Verdad, y su práctica, constituye fuente del desarrollo de una Cultura Masónica que debemos difundir cotidianamente para bien de la Humanidad, basados en principios de Amistad, Fidelidad y Perfección Infinita del G:. A:. D:. U:.

Para nosotros, los HH:. AA:. el Conocimiento representa uno de nuestros retos fundamentales para convertirnos en un verdadero Masón. No en balde, y de acuerdo a la interpretación del simbolismo del número TRES de los HH:. AA:., ‘El Primer Grado Masónico descansa en la Ley del Temario, busca el Conocimiento, y muy especial, la explicación del hombre en el Universo sintetizando el misterio de la Unidad, de la Dualidad y de la Trinidad, es decir: el misterio de todas las cosas y de todos los seres»… en este principio supremo y armónico, el Temario, descansan los principios filosóficos de la Francmasonería: El Ser, las ideas y la fuerza del espíritu.

El aprendizaje del Masón, que no termina sino cuando un H:. es llamado al O:. E:., debe servir para desarrollar cada vez más su conciencia hacia lo trascendente, hacia lo universal pero sin olvidar QQ:. HH:. que si al mismo tiempo que domamos nuestra mente y enaltecemos nuestro espíritu, no la revestimos de Humildad, la máxima cualidad del sabio, habremos «arado en el mar» como decía nuestro Padre de la Patria el Libertador Simón Bolívar.

Esa Humildad debemos expresarla y practicarla no solamente en nuestros actos en la vida cotidiana sino aplicarla en la comunicación de Conocimiento que tengamos con todo ser humano aún cuando éste pertenezca al mundo profano, porque es precisamente el profano quien quizás más necesite de nosotros.

Y es ahora, QQ:. HH:. cuando escuelas iniciáticas como la nuestra han salido a la luz pública, cuando cualquier profano puede adquirir libremente literatura con nuestros escritos, que nuestra Misión se ha acrecentado; El difundir nuestras costumbres, nuestro mensaje de amor, paz y hermandad entre los hombres de buena voluntad se hace ahora un reto personal de cada Masón.

Y es que como decía en su discurso de clausura el H:. y Pod:. H:. José Aramayo Anze, en una Tenida de Iniciación a la cual tuve el honor de asistir en representación de la Columna de AA:. de nuestro querido Taller «…El Diploma de H:. A:. que se nos entrega al final de nuestra Iniciación, debemos colocarlo con orgullo en un lugar privilegiado de nuestras casas, puesto que ha llegado la era en que nuestra organización ha dejado de ser una sociedad secreta para convertirse en una sociedad discreta…»

Lo anterior no hace más que reafirmar nuestro compromiso de salir ahora más libremente a la Luz para transmitir nuestro mensaje a la sociedad profana. Y es que, en efecto, salvo la difusión de nuestros símbolos, alegorías y ritos, y aquellos Conocimientos que sólo son dados a los Iniciados, todo otro Conocimiento debe ser difundido y así contribuir a la formación de una sociedad cada vez más justa, hermanada y perfecta.

Por otra parte, la expansión de nuestra mente, de nuestra conciencia, significa en esencia una expansión de nuestro pensamiento creativo y, mientras más creativos y sabios seamos, más humildes y humanos deberemos ser y menos egoísmo deberá abrigar nuestro corazón hasta execrarlo definitivamente y sólo así, podremos proyectar nuestras virtudes para hacer el Bien a nuestros semejantes en todos los órdenes de la vida.

Desde nuestro punto de vista, esto último constituye la esencia del Apostolado Masónico frente al mundo profano, a quien debemos comparar como una enorme piedra bruta que pudiera llegar a poseer incalculable valor si es que los Masones con su inteligencia, la aplicación de sus virtudes y con la ayuda del G:. A:. D:. U:. aprenden a tallar y moldear hacia el camino de la perfección, tal y como pretenden hacer con los HH:. AA:., nuestros QQ:. HH:. Maestros con sus sabias y profundas reflexiones y enseñanzas.

Deseo QQ:. HH:. Con estas humildes reflexiones, señalar que Conocimiento y Cultura Masónica son «Opuestos Complementarios», «Teoría y Praxis’ de un mismo cuerpo. En efecto, no se concibe el Conocimiento si no le damos una utilidad racional en términos de búsqueda de la Verdad para lograr el Bien a la Humanidad; de la misma forma, la Cultura que difundimos debemos encausarla siempre a través de nuestros valores, tradiciones, costumbres y creencias masónicas. Por último, no quiero finalizar la presente PI:. sin citar una célebre frase pronunciada por un hombre excepcional, Padre común de nuestras Patrias a quienes hermanó por la Eternidad con su grito de Libertad: Simón Bolívar. La frase a la que hacemos referencia y que hoy figura como emblema en todas las instituciones educativas fiscales de mi país, Venezuela es: » Moral y Luces son nuestras primeras necesidades «, frase profunda de alto contenido Masónico que debe constituir una referencia esencial en el Estudio del Conocimiento y Cultura Masónica para todos los HH:. MM:. del Universo.

Por: Rafael Mercado Nadales

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