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CARTA DE UN MASON A SU HIJO

Hijo mío:

Cuando ya no me cuentes – como todavía lo haces – tus travesuras y tus detalles personales.

Cuando ya no te de miedo la oscuridad y abras por fin las páginas de esos libros desconocidos que hoy apenas miras, tal vez mal acomodados en nuestra modesta biblioteca.

Cuando seas mayor acércate a esos señores, que te parecen extraños y un tanto misteriosos, y si no te infunden desagrado, quizá te merecen solo cierta indiferencia.

Busca a esas personas que a menudo me llaman o me visitan y con quienes comparto unas horas cada semana, cuando me ves llegar un poco más tarde a casa. ¡Sí!, busca a esos hombres a quienes la sociedad les identifica como “Los Masones” y que yo orgullosamente, les llamo “Mis Hermanos”.

Tanto los has visto y escuchado, que seguramente ya los conoces a todos. La mayoría son jóvenes, algunos hombres ya maduros y otros más, lucen sus testas coronadas por el blanco de las canas, como algunas montañas muestran sus cimas cubiertas por el blanco de las nieves.

Pero, todos me permitieron beber de la fuente de su sabiduría. Todos por igual me abrieron en su pecho, como se abre un cesto para recibir las confidencias, los goces, las penas, los proyectos y las ilusiones del mejor amigo.

¡Si!, acércate a ellos, no importa cuán largo sea el camino que tengas que recorrer, ni cuantos los obstáculos que hayas de vencer. Decídete a buscarlos y el Supremo hacedor te mostrará el sendero.

Y cuando conozcas que hacen, como piensan y que pretenden (siempre que tu espíritu quede satisfecho y halladas todas tus inquietudes). Únete a ellos y síguelos. Pero, si después de analizar sus principios continúan sin respuesta todas tus dudas, entonces. Hijo mío, SEPARATE DE SU CAMINO CON DESCENCIA DE HOMBRE BIEN NACIDO.

Si para entonces aún vivo, aplaudiré tu decisión cualquiera que haya sido. La aceptaré porque habrás estudiado antes de definir y porque analizaste para poder escoger, es decir, que habrás decidido por ti mismo, después de razonar.

Y si ya no vivo hijo mío, pediré al GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, que adorne tu vida, con los tributos que siempre busqué para ti y que MASON o no, el mundo te reconozca como un hombre honesto, virtuoso, justo, respetuoso, opuesto a todo género de opresión y con un profundo amor a la humanidad.

                                                 ——00000——

Hijo, tal vez ya no me quede mucha vida. Hoy te pido que tú accionar diario infunda: Responsabilidad, respeto, retribución a lo bueno y tolerancia a lo malo, te recuerdo que; “La grandeza no consiste en recibir honras, sino en merecerlas”. Practica la humildad, la sencillez, el altruismo, aléjate del vicio y lo profano, y podrás decir: ¡ITEGO ARCANA DEI! = ¡FUERA YO OCULTO LOS SECRETOS DE DIOS!  Por favor, únete a las personas que emiten luz, inteligencia y sabiduría, así tu alma encontrará el camino de retorno al Creador. Hijo, No olvides que tus acciones, tus palabras, serán el resultado de lo que eres. Da a tus hijos, el mejor de los ejemplos y tendrás hombres libres y de buenas costumbres y dirás FIAT: “Omnia cum Honore, Omnia cun Decorum = Con todo honor con todo decoro”.

Autor: ANONIMO                                         Recopilado: ANDALUZ

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