Al oriente del Titicaca
Aristides
Bolivia
Una intensa, profunda y melancólica emoción invade el alma cuando se escribe, se pronuncia, se siente, se piensa, se escucha el nombre de la Patria… cuando resuena en la mente, en el corazón o en el aíre esa palabra de siete letras: Bolivia… de ese siete de completicidad con la que el Creador dotó y bendijo a esta tierra.
Nuestra Patria por donde se la mire es una completa sinfonía natural…. con una geografía que combina en perfección desde las montañas más elevadas con sus cumbres cubiertas de eternas nieves hasta llanos donde el calor parece derretir sus frondosos bosques y selvas. Interminables cordilleras con majestuosas montañas y las inconmensurables llanuras cuyo final se pierde en el horizonte. Caudalosos ríos sin principio ni final, lagos imponentes, bañados interminables y mágicos salares donde parecen confundirse la realidad y la fantasía.
Riquezas invaluables guarda nuestra Bolivia a flor de tierra y en las profundidades de ella… Todos los minerables en inagotables cantidades y como arcón de tesoros el subsuelo con sus riquezas hidrocarburíferas; fauna y flora que de tan variada no puede ser del todo conocida y que de tan valiosa no puede cuantificarse su magnitud.
Diversidad de culturas, cada cual de mayor riqueza de elementos y ancestros, lenguas variadas, ritos y costumbres por mil, pensamientos y cosmovisiones como los colores del arcoiris, música que penetra el alma, que trasciende el éter, que vibra en la nacionalidad.
Historia multifacética, rica en acontecimientos, de trajinar dinámico y sin fin, de ideales no alcanzados, de sueños realizados, de utopías y de visiones inagotables, de heroicidad y entrega……
Gentes de diversos semblantes y características anatómicas, de un solo corazón, con miles de pensamientos y anhelos, de caracteres tan diversos que parecen resumir la psicología de los comportamientos, desde la introversión meláncolica de los frías alturas hasta la cálida extroversión de las tórridas tierras bajas.
Parece que la Divinidad quiso resumir en nuestra Patria todos los elementos del Planeta o tal vez asentar en estos lares el paraíso donde habita Dios y los Hombres…
como quiera que sea, Bolivia acuna toda la diversidad de todos los aspectos de la naturaleza, como si fuera el centro desde el cual se esparcieron todas las cosas.
Qué tierra bendita la que poseemos…..
¿Qué hicimos para merecer nacer aquí? pregunta sin respuesta y vano y estéril el esfuerzo de intentar saberlo.
Bolivia, un paraíso natural, una tierra que todo lo tiene y todo lo ofrece para la construcción de la felicidad.
Nuestra Patria, después de años de luchas libertarias vio la luz el 6 de agosto de 1825 como la coronación de todos sus anhelos y esfuerzos, proclamando en ese tiempo al mundo entero, las razones por las cuales se fundó como país y las líneas de conducta que guiarían sus pasos….
Hoy a 194 años de la existencia de Bolivia, podemos decir con certeza que muy poco de lo soñado en su fundación ha sido logrado.
Allí donde pongamos los ojos nos encontramos con desigualdades lacerantes, con injusticias que lastiman el corazón, con realidades tan contrapuestas que ofenden la sensibilidad, en fin con un estado de cosas tan deprimente que las lágrimas no saltan por los ojos sino que se vierten en el corazón cual cascadas interminables de angustia y dolor.
¿Qué hicimos tan mal para vivir de esta manera? ¿Cómo hemos podido construir esta realidad teniendo todo lo necesario para conseguir un país diferente?
Del Acta de Independencia de Bolivia:
Meditemos sobre el contenido de algunas partes de este esencial documento, contrastándolas con nuestra realidad…. “La representación soberana de las provincias del Alto-Perú, profundamente penetrada del grandor e inmenso peso de su responsabilidad para con el cielo y la tierra, en el acto de pronunciar la suerte futura de sus comitentes…
Cuanta y cuan frecuente ha sido y es la irresponsabilidad con la que en la vida de nuestra Patria han sido manejados sus asuntos, parece ser que esta declaración de la responsabilidad para con el cielo y con la tierra de quienes dirigieron y dirigen nuestro país casi siempre ha sido pasada por alto, simplemente ignorada o relativizada.
“despojándose en las aras de la justicia de todo espíritu de parcialidad, interés y miras privadas…..
Como de escaso ha sido el cumplimiento de esto transformando más bien el opuesto comportamiento como la regla general con honrosas excepciones.
“implorado, llena de sumisión y respetuoso ardor, la paternal asistencia del Hacedor santo del orbe…
Repetidas veces, en las declaraciones y las más en las acciones, quienes nos han dirigido han prescindido de la necesidad de la divinidad, quizás por la incomodidad de cumplir sus preceptos, quizás por la vanidad y soberbia de creer no necesitar de tal ayuda.
“y tranquila en lo íntimo de su conciencia por la buena fe, detención, moderación, justicia y profundas meditaciones que presiden a la presente resolución…
Virtudes estas que o cayeron en el olvido de quienes debían y deben tenerlas como estandarte o fueron desestimadas por la fortaleza que se necesita para practicarlas o por el excesivo pragmatismo que inspiró sus acciones.
“se erige en un Estado soberano e independiente de todas las naciones, y protestan a la faz de la tierra entera, que su voluntad irrevocable es gobernarse por sí mismos, y ser regidos por la constitución, leyes y autoridades que ellos propios se diesen y creyesen más conducentes a su futura felicidad en clase de nación… y de los sacrosantos derechos de honor, vida, libertad, igualdad, propiedad y seguridad…
Un compromiso de construir la felicidad que como objetivo perdió sentido hace mucho pero mucho tiempo y que en la actualidad no es mas que una quimera romántica en la concepción de quienes deberían procurarla como el bien mayor y para culminar este cúmulo de incumplimientos el desconocimiento, en los hechos, del honor, del derecho a la vida, del ejercicio de la libertad, de la igualdad y hasta a veces de la propiedad y la seguridad.
Si, todo este accionar nos ha colocado donde estamos, todo este accionar ha “construido” el país en el que vivimos.
El homenaje y el trabajo del masón boliviano para Bolivia
He ahí, delante de nosotros el campo fértil para poner en práctica nuestros conocimientos, nuestra sabiduría y nuestra forma de vivir… nuestra masonería…
Hijos de la luz, obreros de la paz, ahí frente a nosotros tenemos la oportunidad de levantar las columnas del templo de nuestra patria, sobre el terreno paradisíaco que la naturaleza nos dotó levantar la egregia construcción con las virtudes que practicamos.
¿Qué mejor homenaje permanente puede brindar el masón a la tierra que le vio nacer, sino aquel de construir esa felicidad proclamada en su fundación. ? ¿Qué mejor presente podría entregar un masón a su patria que construirla cada día.?
Para ello es imprescindible decidirse a hacerlo y cumplir con las etapas del gran constructor, es decir iniciando el trabajo con la construcción de uno mismo, en convertir a su masonería en una forma de vivir, en el arte de vivir; en la exaltación objetiva de la práctica de las virtudes, en la responsabilidad ante el cielo y la tierra en cada uno de los actos, en el despojo de todo interés mezquino, egoísta, parcializado, en el fortalecimiento de una fe que proyecte la esperanza e inspire la voluntad, en lograrse a si mismo, en convertirse en soberano de su propia vida, en ser mejor para servir.
Este soberano de si mismo, este masón pleno, este y no otro, puede y debe ser el artífice de la construcción de nuestra Bolivia, un país donde reine la Libertad de pensamiento, de acción, de los sentimientos trascendentales, ese derecho inalienable del individuo de llegar a ser lo que quiere y puede ser, limitado solo por el respeto a la libertad del semejante; un país donde impere la igualdad, esa cualidad que denota el origen común de los humanos y que proporciona las mismas oportunidades a cada uno y deja al esfuerzo personal el resultado de la diversidad de realizaciones y logros y un país donde reine la fraternidad como el único camino que conduce a la paz… esa paz imperturbable que es la felicidad.
No hay otro homenaje mejor que podemos ofrecer a la patria los hermanos que nos reunimos en estos templos de la Verdad y la Sabiduría.
Siempre fue tiempo de trabajar… los obreros de la luz no conocemos de descanso o pausa, nos hemos comprometido y jurado trabajar permanentemente por ser mejores y hacer un mundo mejor… ese trabajo permanente, limpio y puro es el homenaje que hoy y en cada minuto de existencia le debemos a nuestra Bolivia…. Hoy como ayer y como siempre es imprescindible que lo hagamos…. Solo así podremos entonar con propiedad y derecho “bolivianos el hado propicio coronó nuestros votos y anhelo…..”
Hermanos masones, decidamos, desde el lugar que ocupamos en la vida, construir la felicidad de nuestra Patria.