Pienso luego existo
BALANCE ANUAL
SAFO
“Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y termina con melancolía”
Podemos basarnos en el refrán del epígrafe para comparar el año de vida transcurrido como el de un viaje por la vida, que a lo largo de 365 días, largos para unos y cortos para otros, cada ser humano ha desarrollado a lo largo del 2017 que llega a su final. Buen momento y mejor hábito que dediquemos algunas horas antes de finalizar el año para plantearnos un balance anual sobre todo lo hecho, lo que prometimos hacer y lo que dejamos de hacer.
Este es un análisis completamente personal e íntimo ante el cual no conviene disfrazar ningún dato, pues sus resultados serán también de uso y aplicación netamente personales. No habran otros revisores o personan que juzguen nuestros aciertos y desatinos, pues ya sea hecho por escrito o mentalmente, los datos son solo de incumbencia individual y sobre todo conciencial. Si aún no lo ejecutamos a tiempo de leer estas líneas, aun es tiempo de realizarlo y pongámonos manos a la obra, buscando un momento y lugar tranquilos, donde sin sobresaltos ni interrupciones de ninguna naturaleza, podamos mirarnos al espejo de nuestra realidad interior y sin falsas poses ni máscaras de ninguna índole, nos confesemos a nosotros mismos lo realmente caminado a lo largo de estos pasados doce meses.
Los resultados serán diferentes para cada uno y también cada uno de nosotros deberá saber interpretarlo y trazarse las futuras líneas de vida para la nueva oportunidad que nos da la vida de estrenar un libro de 365 días, 8,760 horas que deberemos saber utilizar de la mejor manera posible, a fin de llenarlas cada una de ellas con sabiduría, humanidad y sobre todo mucha esperanza en un futuro mejor.
Es posible que al analizar a detalle, los recuerdos negativos sean mayores que los alegres y esto no nos debe llevar a calificar la gestión como mala o negativa, ya que cada día vivido fue una oportunidad de aprendizaje, que no todos tuvieron la opción de disfrutar.
Por lo tanto acá se aplica la reflexión racional y emocional para poner en una balanza todo lo acontecido y de acuerdo a que lado se incline ella, podamos planear los correctivos o cambios necesarios para poder equilibrarla en el nuevo año. Esta es la fantástica opción que nos ofrece el libre albedrío.
Si por el contrario el análisis de resultados nos da una visión positiva, incrementemos nuestra esperanza en que aun lo podemos hacer mejor, que la vida y el creador en su divina generosidad, nos brindan la oportunidad de estrenar un nuevo cuaderno con 365 hojas en blanco, para que cada uno de nosotros dibuje en cada página rasgos de generosidad, amor, compartimiento y muchísima comprensión.
Soy consciente que al leer estas líneas, muchos habrán de compararlas con las de un libro de auto ayuda, tan de moda en la actualidad, pero créanlo o no se trata simplemente de un ejercicio aprendido hacen muchos años atrás y que depara a quien lo practica con sinceridad y reflexión, profundas enseñanzas de utilidad personal y que a la larga con la debida oportunidad de aplicación pueden ayudar a mejorarnos como seres humanos y por ende a la recuperación de una sociedad democrática y de paz.
La vida actual es aparentemente más complicada y los días transcurren con demasiada velocidad, al punto de ser corriente de uso la frase de que las horas se acortaron, pese a la supuesta ayuda de los miles de artefactos electrónicos que nos debieran haber facilitado la vida, pero que debido a su mal uso o a la falta de responsabilidad en el uso correcto de dichos adminículos, nos han atrapado en nuevas adicciones negativas. Antes quizás organizábamos nuestros días con mayor responsabilidad y criterio y sin tener la opción de estar consultando por teléfono móvil cada uno de nuestros movimientos o decisiones. Nuestro tiempo libre estaba dedicado al verdadero reposo, contacto social frontal o a la siempre positiva y formadora lectura, en lugar de abstraernos en una pequeña pantalla que pone en riesgo nuestra salud física y nuestra integridad e independencia intelectual.
Quienes hemos tenido la oportunidad de vivir el cambio de siglo y milenio; haber asistido a una niñez con plena libertad de movimiento y contacto con la naturaleza, sin tantos riesgos ni enfermedades como los actuales; haber contemplado la salida física de nuestro planeta de naves espaciales solas, luego con animales y finalmente con humanos; quizás hemos sido heridos en la sensibilidad poética de contemplar a la luna como algo ideal, apto para la poesía y el romance.
Antes de ser hollada con artefactos y pies humanos que al contemplarla en las pantallas con tanto detalle, nos han privado de ese deleite. ¿Será por ello que los actuales compositores ya no nos ofrecen canciones con letras llenas de romance, pasión y belleza poética, y son reemplazadas por burdas expresiones llenas de alusiones sexuales o de actitudes físicas de violencia y hasta amargura?
Tal vez ese sea el precio de la modernidad o simplemente otra etapa en el desarrollo de la humanidad entera, pues no debemos olvidar que ya Aristóteles hacen muchos siglos atrás se lamentaba de los niveles de educación y falta de respeto de la juventud de su tiempo, por lo tanto en este campo, las comparaciones no son útiles con el pasado y tampoco el victimizarnos como la etapa de crisis previa al final de la humanidad.
La vida humana seguirá existiendo y las actitudes y modas humanas seguirán variando de acuerdo a lo impuesto por algunos ―gurus‖ de cada tiempo, pero lo verdaderamente importante es que los seres humanos mantengamos incólumes los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que debieran ser el norte que guíe nuestros pasos presentes y futuros.
A lo largo del año que se agota, mencionamos y reflexionamos juntos sobre muchas virtudes y principios de vida, ojalá que la mayoría de las frases mencionadas a lo largo de esta columna, hayan servido para ayudar en algún momento de dificultad, pesimismo o negatividad que normalmente ataca a los seres humanos pensantes y reflexivos.
La intención nunca fue la de ser un guía o un vidente del futuro, sino simplemente la de recordar que la humanidad a través de sus pensadores ha profundizado en varios conceptos que son necesarios de recordar, aprender y por sobre todo aplicar en cada uno de nuestros pensamientos, palabras y actitudes.
La gestión concluyó, el libro de vida de la gestión 2017 ha sido llenado en su totalidad y el repaso a sus ya ajadas hojas nos podría brindar la oportunidad de modificar algunas de nuestras actitudes. Ahora que tenemos la opción de abrir un nuevo diario del 2018 tratemos de escribir en él con positividad, entusiasmo por hacer las cosas de mejor manera y por sobre todo brindar a las generaciones que nos siguen la seguridad en que las actitudes sembradas en el presente, serán las realidades que cosechen en el futuro.
La vida es personal y lo que hagamos de ella y con ella depende nada más que de cada uno de nosotros. Hagamos de nuestras vidas una oportunidad de ser felices, pues no habrá otra futura para corregir nuestros errores o para cubrir lo faltante. La materia física inicia y acaba en esta tierra y en esta vida, pero las ideas y los escritos pueden ser hereditarios para muchas nuevas generaciones. No dubitemos más y no pospongamos para mañana lo que podemos y debemos hacer hoy.
Feliz y positivo año 2018 para todos y cada uno de nuestros lectores y gracias por concedernos algo de su valioso tiempo.