La autoridad es un principio ampliamente respetado en la Masonería, dentro de las filas de su organización.
La palabra de un Gran Maestro, de un Venerable Maestro, es respetada por un principio de obediencia jerárquica; El que ingresa a la Orden Masónica hace juramentos serios de obediencia a la autoridad jerárquica.
Dentro de una Logia, los principales oficiales, es decir, Vigilantes, Orador o Capellán, Secretario, tienen autoridad en sus decisiones.
La libertad que se cultiva con gran rigor no prescinde del principio de autoridad, porque solo entonces habrá orden y respeto.
Además, es una disciplina constructiva, que ejercita a los masones, en el mundo profano, para respetar la autoridad constituida y el afecto por los más educados, los más viejos, los jefes, en resumen, todos los que gravitan en la sociedad.
La Masonería, se dice, también es una escuela donde el aprendizaje es vasto y abarca un universo.
El respeto a la autoridad es un buen hábito.